El mundo enfrenta un surtido de problemas energéticos difíciles que, en todo caso, han empeorado en las últimas semanas. Estos problemas se están multiplicando a ambos lados de la división geológica clave de la energía: bajo la superficie, reservas otrora abundantes de petróleo “convencional”, gas natural y carbón, fáciles de conseguir, se están acabando; sobre la superficie, los errores de cálculo humanos y la geopolítica limitan la producción y la disponibilidad de suministros específicos de energía. Ya que los problemas aumentan en ambos terrenos, nuestras perspectivas energéticas se están reduciendo.
Este, de ahora en adelante será el patrón y el destino de todo aquel país que tenga petróleo en su suelo y otras riquezas necesarias para que los imperios piratas de la historia puedan subsistir los próximos treinta años si es que el cambio climático que afecta seriamente el planeta Tierra, no acaba antes con la existencia de la vida tal y como la conocemos actualmente. Generalmente, el efecto más inmediato y dramático de la sequía prolongada es una reducción de la producción de grano, llevando a los alimentos a precios cada vez más elevados y a una mayor agitación social
Todos los imperios se han impuesto a otras naciones más débiles por la fuerza de las armas, por su supremacía bélica. Para ellos no importan los que tengan que morir, ni lo que tengan que sufrir los pueblo conquistados, sobre todo cuando el saqueo como en el caso de Libia, Irak, o Afganistán es grande y jugoso. La muerte es titulada como mal menor necesario y daños colaterales, para salvar y obligar a los pueblos a vivir bajo la garra del imperio.
Es indignante, vergonzoso y canallesco, que otros imperios que tienen hoy la fuera de frenar y parar estas masacres de la ONU, en todas las formas posibles no lo hagan y callen su voz, o cuando mucho protesten timidamente para guardar las apariencias.
Hoy la ONU y la OTAN están en manos de las fuerzas imperiales. Aquí no sucede como en La Guerra de las Galaxias, «star War» no surgen los Jedai, los Yoda, los Obi-man-Kenobi, que se opongan con sus armas a la fuerzas de la oscuridad dirigidas por el emperador Darth Vader, quien no es otro que el malogrado caballero Jedi Anakin Skywalker quien es ganado por el lado oscuro de la fuerza. «Hoy representado por Obama» quien paradogicamente es el presidente del imperio de la muerte, el de los huesos y las calaveras.
Lamentable pero lo que está sucediendo estos días en Libia parece una copia al carbón de esta película, pero lamentablemente, sin los héroes, sin las heroínas, ellos en esta realidad permanecen callados o alzan sus protestas timidamente, y es comprensible de que no existan héroes en este macabro argumento de la realidad. El lado oscuro de la fuerza, tiene armas terribles de destrucción y muerte y las emplea sin compasión en nombre de la libertad de su imperio, cuando es necesario y en forma despiadada y contundente. Así vemos hoy como gran parte del pueblo de EEUU, ha pasado a ser un sumiso y obediente esclavo del lado oscuro de la fuerza.
Este es el último parte de guerra de esta macabra serie: De acuerdo con el Ministerio de Información de Libia, los aviones de combate de la OTAN, al atacar la emisora estatal de Libia y sus instalaciones anexas, han ocasionado graves daños a los edificios públicos.
Las Bombas de la OTAN, son inteligentes sin duda, buscan el petróleo de Libia, no importa los muertos, no importa los sufrimientos, no importa la destrucción, lo que le importa a estas bombas imperiales es la conquista del petróleo que le pertenece a la nación libia.