Vienen gringos, no hay duda. ¿Cómo no creerlo? ¿Tú imaginas que quien tiene el poder militar y se le acaban los reales, a veces hasta para pagarles a los soldados, no recurrirá al potencial que tiene en balas para tratar de recuperarse? ¿O creerás que se hundirán apaciblemente, exclamando “¡No pudimos, nuestro sistema de capitales falló, hasta la otra vida, cuate, te dejo mis armas!”? No se podría ser más pendejo; algunos habrá que pensarán que el hundimiento será mayor a causa del peso metálico de las armas, y a estos habría que entregarles un laurel de idiotizante baba congelada.
Si se te acaba la plata por tu esfuerzo de armarte, luego te quedan las armas, que intentarás hacer valer, homúnculo. Justamente lo que hacen los estadounidenses ahora. Tienen plomo mortal a granel y han empezado a difundirlo por el mundo, más prestos cuanto más fustigados por la crisis o la falta de dinero. Como decir, presentan su nueva moneda (las balas o el plomo) e intentarán imponerla. De forma que no hay dudas, los gringos vienen.
En medio del caos financiero en el que puedan empezar a convulsionar, un caos de guerra no sería extraordinario. Es más, es la práctica, como reza el clisé: los países buscan la guerra antes de declararse en bancarrota, como durante la segunda guerra mundial. Normal, se dirá, semejante impulso aventuril, tentación de la suerte, instinto de supervivencia. Podría también decirse que la crisis inaugurará una nueva era del plomo, de la guerra, de caos generalizado, casi, pues, de guerras entre países confederados o en alianzas (cual guerra mundial), exploradores de nuevas vías o destinos.
Les fallaron los cálculos monetarios, su sistema de administración y de negocios, pero la materia militar... En materia militar todo ha salido de acuerdo a sus cálculos. No hay lugar en el mundo donde no pasten sus tropas (ejércitos, fuerzas especiales, éstas ya casi con arranques autónomos). Engañaron a todoa con su democracia y respeto a los derechos humanos, con sus defensas nacionalistas y guerra contra el terrorismo, con sus ataques “legítimos” preventivos, con sus guerras “empantanadas” (Irak, Afganistán), con sus sueños dizque frustrados (Corea del Norte, China, Irán, Venezuela). Tiempo que tuvieron para imponer sus ejércitos, para, ahora con desparpajo, invadir en puro y en directo (camuflado), como hicieron con Libia, rodeando ahora a Irán, soñando con Venezuela e intentando menoscabar a China, la potencia de los nuevos tiempos.
Hoy, pues, cobran la inversión, ostentan su poder, su cinismo, su ansiedad, sus apetencias, y ya se puede decir sin tapujos que vienen, vienen los gringos... A menos que tú pienses que, en medio del hundimiento, respeten tus derechos y la moral internacional. En tal caso, los gringos vendrían y tú te irías con tu convencimiento quién sabe adónde.
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