Ante la amenaza de invasión imperial

Los sueños quiméricos de la democracia representativa adeco-copeyana de Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, de la paz eterna bajo la égida de esas organizaciones políticas, se han vuelto tan ridículas como las frases sobre la unión de los pueblos bajo la égida de la libertad, del comercio… Sólo el pueblo es capaz de fraternizar bajo la bandera de la revolución socialista, puesto que la burguesía tiene que defender en el país sus intereses particulares, y como el interés es, para ella, el elemento determinante, no puede elevarse por encima del nacionalismo.

El demonio adeco-copeyano en figura humana encarnado en Betancourt y Caldera, que trataron de devororar lo último que quedaba en pie en la infeliz Venezuela. Unidos a ese monstruo imperialista que amenaza con destruir el espíritu de la libertad en los pueblos del mundo, invaden Afganistán, Palestina y Libia, después de destruir Iraq; se disponen ahora a abalanzarse sobre Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua, reducir al silencio al pueblo de todos nuestros países, con ayuda de bombardeos selectivos precedido a la invasión, en vez de darnos la justicia por la que clamamos. Cientos de millares de barbaros mercenarios de la OTAN acamparán en la frontera costarricense y colombiana, dispuestos a arrollar de un momento a otro nuestros países, enviándonos a la muerte y, a las cárceles gringas.

Es decir, los países capitalistas más ricos, tradicionalmente los más rapaces y privilegiados, que desde hace mucho concentran en sus manos la parte del león de las posesiones de los recursos naturales del planeta tierra. No es difícil encontrar la explicación de esta “selección natural”.

El único obstáculo en el camino de la invasión es el temor al pueblo venezolano que sienten las clases propietarias criollas. Mientras el pueblo permanezca fiel a los principios de la revolución y al Comandante Chávez representa, junto a la FANB a la que está estrechamente ligado, el factor más importante para garantizar la paz.

La invasión es una calamidad externa que interrumpe circunstancialmente el progreso nacional y, por lo tanto es generada por la explosión de contradicciones internas de los países imperialistas en el momento que se les hace imposible todo progreso si nuestra revolución sigue vigente.

Los grandes acontecimientos que se ciernen sobre nuestro país no dejarán piedra sobre piedra de estos traidores adeco-copeyanos que se sobreviven. Sólo el socialismo mira con confianza hacia el futuro. El PSUV ¡Es el partido de la revolución socialista! Nunca hubo un objetivo más importante en Venezuela desde la epopeya emprendida por el Libertador Simón Bolívar para darnos la Libertad. Sobre cada uno de nosotros cae una tremenda responsabilidad histórica. El país nos exige una entrega total y completa. Que los filisteos sigan buscando su personalidad en el vacío; para los revolucionarios darse enteramente a la Revolución significa encontrarse.

¿Sólo hemos de tener palabras con que atacarlos, sin armamento suficiente con que combatirlos, como le aconteció a Libia? ¿Por qué, no se adquieren las suficientes armas de lo más avanzado para la disuasión y defensa, para blindar a nuestro país del voraz apetito imperialista? Por lo menos, para que les cueste la pérdida de bastantes vidas y grandes cantidades de recursos materiales y económicos. Sí es que se atreven a invadirnos.

Si nuestra definición del Estado Socialista es exacta, su papel debe limitarse a recibir los impulsos de su mandatario (el pueblo), a ejecutar su voluntad, a representar sus intereses, a permanecer en guardián del pacto social, a registrar sus opiniones particulares sin que, en ningún caso, pueda por su propia iniciativa o voluntad privada impedir el ejercicio de los derechos que tiene por misión hacer respetar. Para dar a nuestro pensamiento una forma más precisa, diremos que el Estado es la gerencia social; no tiene puntos de intereses distintos a los del pueblo porque no tiene ni vida ni existencia propia.

¡Yanquis Go Home!

¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!

Hasta la Victoria Siempre. Patria socialista o Muerte.

¡Venceremos!

manuel.taibo@inter.net.ve


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Manuel Taibo


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