El siglo XXI nos muestra un capitalismo que ha entrado en su fase de decadencia, se nos presenta en su intento hegemónico más agresivo y criminal. Con la pretensión de instaurar un Estado Imperial definido por James Petras como “La institución política que facilita la expansión exterior del capital” (…) (1). El capital ha venido estableciendo su propia legalidad internacional ya que (…) “El componente militar y de inteligencia del Estado Imperial actúa bajo el principio imperial de que las leyes, edictos e intereses del imperio son primordiales y tienen preeminencia sobre el derecho internacional, los acuerdos y tratados internacionales.
EE UU no reconoce fronteras ni respeta soberanías nacionales, solo si coinciden con sus propios intereses, afirman la superioridad de sus leyes y el derecho a perseguir a sus adversarios en cualquier lugar, en cualquier época -el principio de extraterritorialidad-” (2). Esta es la legalidad que nos ha señalado ahora por intermedio de un estamento superior del mismo Estado Imperial (OFAC) es el acrónico en ingles de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Es responsable de administrar e implementar sanciones económicas y comerciales contra países extranjeros específicos, organizaciones patrocinadoras del terrorismo y narcotraficantes
La razón política grave de esta imposición de parte de los Estados Unidos, es que no acepta otra postura que la sumisión al sistema del capital; no importa que mueran 100mil personas diarias, que aumente el desempleo y que los pueblos pierdan su independencia y soberanía.
Los Estados soberanos que no se someten a su hegemonía, empieza a denunciarlo como Estado “forajido”, Estado “Terrorista” imponiéndole fecha a su intervención como sucedió con Libia
EE UU tiene puesta su vista sobre América Latina, por su diversidad en la cuenca de la Amazonía y la Orinoquia, los recursos hídricos en la Cuenca del Guarani, sobre los reservorios de materiales estratégicos existentes en la región, en especial los reservorios energéticos existentes en el subsuelo venezolano.
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