El imperialismo y sus parásitos de la burguesía “venezolana” preparan una emboscada contra la Revolución Bolivariana. Para nadie parece ser ya un secreto que la reacción planifica y se beneficia de escenarios de violencia en el país. Como perros rabiosos nuevamente vuelven a mostrar sus colmillos amenazantes, pues, se avecinan tiempos de elecciones presidenciales pautados para octubre y saben que la única forma de influir en ella para captar los votos de aquellas personas confundidas, manipuladas y atemorizadas por la vil campaña terrorista bandera de la reacción: la inseguridad, sería contribuir y esperar a que se incrementen los hechos de violencia en el país. La desestabilización, así como el desabastecimiento y el crimen organizado son también útiles armas de la reacción en su guerra de desprestigio del Presidente Chávez. En su carrera electoral la canalla se jugará todas sus cartas. Cuenta para ello con toda la experiencia y el apoyo logístico y financiero del imperialismo estadounidense y del sionismo internacional. Contra el gobierno bolivariano se pretenden probar un formato imperial de intervenciones parecido al que hoy viene siendo aplicado en varios países del Medio Oriente y el Norte del África. La desestabilización es una buena táctica de guerra para la reacción.
La clase política bastarda del país está convencida de que una batalla exitosa contra el Presidente Chávez está perdida en el terreno del debate político y legal. Los candidatos presidenciales de la reacción no encuentran formulas ni ideas nuevas para seguir manipulando al pueblo. Sus propuesta de “capitalismo popular”, “socialdemocracia”, “socialismo democrático”, etc., no logran motivar el debate entre sus seguidores. Sus penosos discursos apenas llegan a ofrecerles falsas promesas de “seguridad, empleo y desarrollo”, pero nunca dicen el Cómo lo harán. Sus promesas vacías maquillan las verdadera intención hamponil de la burguesa. Insisten con especial énfasis en el tema de la inseguridad.
El odio y el miedo movilizan sentimientos. Así razona y actúa el fascismo. La reacción sabe que activando el miedos de la población podrían influir para desfavorecer la reelección presidencial de Chávez. No tienen recato ni vergüenza por el daño que hacen a la población por sus acciones. El tema bandera de campaña de la reacción: “la inseguridad” nos delatan ya el crimen perfecto que vienen cocinando contra el Gobierno Bolivariano. Si bien es cierto que existe un problema grave con la inseguridad del país motivado por el sistema capitalista enajenate y creador del lumpen proletarios delincuentes y asesinos, y que se agrava gracias al paralizante Estado burgués impune, llama la atención que algunos hechos de violencia que se vienen registrando en los últimos años en el país sobrepasan los límites aceptados por el común venezolano.
Muy extrañamente la revista Foreign Policy (medio de difusión de las ideas de los think tank imperiales) publicó muy recientemente un artículo titulado Next Years Wars donde predecían el incremento de la violencia en Venezuela motivado por las elecciones presidenciales de 2012. En la misma idea, vez el turno es le tocó Infotam (también revista informativa latinoamericana) cuyo escrito titulado: Venezuela secuestrada por la violencia, dice lo siguiente “hay un campo en el que el gobierno solo ha cosechado fracasos y que puede ser determinante para que un porcentaje significativo de los venezolanos de la espalda a Chávez en las urnas: la violencia. Todos los sondeos revelan que los venezolanos consideran la delincuencia como el principal problema del país. Todas las web referentes de la derecha en Venezuela publican diariamente informaciones resaltando el fracaso del gobierno frente a la delincuencia, mientras que el actual Alcalde de Chacao, Emilio Grateron, no tuvo recato en manifestar sus intenciones de traer a Venezuela al impulsor del paramilitarismo en Colombia, José Obdulio Gaviria Vélez, pariente del narcotraficante fallecido líder del Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria, y ex asesor del ex presidente colombiano Alvaro Uribe Vélez.
Los asesinatos de líderes campesinos, sindicales, líderes políticos y trabajadores humildes en manos de sicarios contratado en Colombia y Venezuela; la proliferación de los secuestros express y el pago de vacunas no sólo en las fronteras con los países vecinos sino en todas las ciudades importantes del occidente, centro y oriente de país; los incomprensibles homicidios en asaltos menores (por resistirse al robo un blackberry o cartera); los Pranes en las cárceles más importantes del país, etc., nos muestran la gravedad del problema. Según estudios estadísticos hechos por algunos entes del Estado y privados del país los indices delictivos en las Gobernaciones y Alcaldías en manos de la reacción superan los estándares anteriormente aceptados como normales. Más sin embargo, y parafrásticamente, esto sirve a la canalla para achacar la responsabilidad de la violencia y la inseguridad al Presidente Chávez.
Pero reflexionemos un poco. ¿Exageramos quienes pensamos que el incremento de las acciones criminales podría estar siendo parte de un plan bien trabajado por algunos agentes de la reacción para influir en las venideras elecciones presidenciales? ¿Por qué continúan produciéndose denuncias sobre presencia de Paramilitares colombianos en el país? ¿Acaso el incremento de la inseguridad en el país no contribuye a matizar discurso de la reacción como su mejor bandera contra la revolución?.
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Miembro del Centro del Saberes Africanos