Clamor en el desierto

¿Hasta cuándo el mundo asistirá inerme, inmóvil y cómplice, ante otro delito de lesa humanidad y, lesa patria contra la república Siria y su pueblo? ¿Hasta cuándo, seremos solo cronistas y, relatadores de los desmanes  de los gobiernos delincuenciales de Estados Unidos y sus aliados?

Recordemos que, el gobierno imperial y sus acólitos,  el año pasado, con una campaña mediática, sucia y mentirosa, de desprestigio contra el gobierno  libio, propiciaron, que la   ONU y su nefasto Consejo de Seguridad, mediante el empleo de las fuerzas  de la OTAN y mercenarios  atacaron y asesinaron al pueblo libio y su líder Mohamed Al Gadafi. 

En los actuales momentos el imperio aprieta el nudo corredizo en el cuello del pueblo sirio, con la malsana intensión de convertir al territorio sirio en una inmensa base militar, para ser usada contra  la republica iraní, y consecuencialmente ejercer un control sobre el golfo pérsico además de robarle su petróleo y acabar con la fuerza y la dignidad del magnífico pueblo libio, todo ello enmarcado en su naturaleza hegemónica y depredadora.

Rusia y China, dos países miembros del consejo de seguridad de las Naciones Unidas y, que tienen derecho a vetar las decisiones del Consejo, están librando una batalla para detener la masacre y posterior destrucción del gobierno sirio. Porque lo consideran una causa justa y, porque también están obligados moralmente e a enmendar el error, que cometieron al apoyar, antes, la decisión del consejo de seguridad que permitió a la OTAN establecer un corredor aéreo en Libia, lo que desembocó en un bombardeo indiscriminado y criminal contra Libia, hecho que a la postre dio al traste con el gobierno y la republica libia.

Pero, aun cuando estas dos potencias,  pueden eventualmente detener ese ataque, es bien cierto, que la amenaza imperial no se elimina. Es por ello que clamamos por una acción solidaria y masiva del resto del mundo junto a Rusia y china, para de una vez por todas obligar al imperio y sus socios a respetar a la humanidad.

Aquí, en Latinoamérica tenemos que hacer un esfuerzo moral y militar disuasivo; oponer una actitud de rechazo, firme y decidida, contra, ese  atropello imperial. Comencemos de una vez, a nuclear –Latinoamérica y el Caribe- las fuerzas de UNASUR;  La CELAC;  La ALBA, PETROCARIBE, antes que sea demasiado tarde. Para que no se convierta, esa práctica agresora, en una costumbre de los gobiernos hegemónicos, cada vez que sus interese  así lo requieran.

Trabajemos pues, con rapidez y diligencia, para conformar una propuesta contundente, que destruya las apetencias imperiales. Para nadie es un secreto, que los próximos agredidos podríamos ser, los países progresistas de Latinoamérica. Seguros estamos que  el imperio esta engolosinado con el éxito que ha tenido en el procedimiento utilizado en la operación Libia. Es una insensatez, muy grande creer, que el imperio se detendrá y se conformará con controlar a libia y Siria, ellos quieren más y vienen por más, la única manera de detenerlos es demostrándole que somos pueblos dignos y, que no estamos dispuestos a doblegarnos ante sus apetencias hegemónicas.

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA!

¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

wiliancastillop@gmail.com



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William Castillo Pérez


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