Unas vez más el mundo acaba de ver lo que es capaz el Imperio Norteamericano al estar tras bambalinas en el golpe limpio que le han dado a la institucionalidad democrática del Paraguay porque tendríamos que ser bien ingenuos políticamente para pensar que la Casa Blanca no haya manejado la estrategia en que se suspendiera de la primera Magistratura a Fernando Lugo. Los hechos están allí, el mismo formato aplicado aunque con otros tintes a Manuel Zelaya en Honduras, en la intentona Golpista a Evo Morales en ese plan divisionista de la nación hermana de Bolivia, igualmente a Rafael Correa en el Ecuador que infiltrándose en una protesta policial buscaron matar al Presidente, no muy lejos al mismo Presidente Chávez en el golpe de Estado del año 2002 que gracias a la Fuerza Militar Bolivariana y al Pueblo mismo lograron retornarlo al poder.
Es mucho lo que se podría decir, aunque no quiero extenderme en cosas ya bien conocidas, pero si es mi deseo señalar algunas cosas. Fernando Lugo ha tenido una gran pata coja en su proceso de cambios y ha sido ese Parlamento donde la mayoría es opositora a su gestión, un peligro vital y latente, institución manejada por la burguesía Paraguaya y que supo dar la estocada final destituyendo al Presidente Lugo y nombrando a su acérrimo enemigo como Presidente de facto.
No todos los pueblo en Latinoamérica es como el nuestro, el venezolano y la venezolana clara políticamente e ideológicamente, salió a las calles a rescatar al Presidente Chávez, por eso hoy lo tenemos y si vuelven a intentarlo va a ser más aguerrido y sin contemplaciones, no solo eso también ha respaldado su gestión y salió a votar los voceros en su gran mayoría de nuestra Asamblea. Eso no ha sido así de gratis, la conciencia política y social adquirida del Pueblo venezolano se debe a la pedagogía usada por nuestro Presidente; sus constantes cadenas informativas, reflexivas, correctivas buscan estimular en la gente su espíritu crítico, su identidad histórica, su apego a los valores verdaderos en lo democrático, en la construcción de un sistema político, social, económico y cultural de cara al pueblo.
Este gobierno ha invertido millones de bolívares en la cultura, en folletos, libros, foros, Medios de Comunicación, horas hombres en la formación directa y en la organización para que todos se articulen, profundicen en el quehacer político, un esfuerzo que no ha sido en vano porque es la batalla por la ideas; más no así los que adversan al gobierno, a Chávez y al Pueblo Bolivariano que atrapados por la ignorancia política, en persistir en los modelos de la “Democracia” representativa, en apoyar a sus verdugos y mentes aprisionadas por la mala comunicación manipuladora, inquisitoria, llena de odio y falsedad.
Si Chávez ha realizado un esfuerzo titánico, de profunda fe en nosotros para que nos liberemos de las cadenas de la opresión, el despotismo, la malformada cultura yanqui, lo apolítico, es para que nos resguardemos de las estrategias imperialistas de denominación mental para que las riquezas de la nación siga en pocas manos, un esfuerzo que ha dado sus frutos, especialmente en la juventud que por décadas fue indiferente en la política y que hoy por hoy se identifican con este proceso de cambios.
No sé hasta donde Fernando Lugo hizo el mismo esfuerzo con su Pueblo, ya que en este momento es donde la nación está pagando caro haber permitido que su Parlamento esté integrado por el fascismo representado en senadores y diputados. Aquí en la última elección parlamentaria pudimos ganar la mayoría porque sino buscarían aplicarle el mismo formato a Chávez; razones según ellos tienen para declarar inhabilitado a Chávez, de hecho en la ausencia por causa de su enfermedad ya estuviera fuera de la presidencia si no contáramos con la mayoría parlamentaria.
Pero Fernando Lugo no cuenta con esa mayoría y las traiciones se hacen notar afectando directamente al Gobierno. Es un llamado a los Pueblos de nuestra américa a que se esfuercen más por formar ideológicamente a su gente, que no se institucionalicen tanto, hacer obras sin vinculación ideológica no es buena porque estaríamos copiando los mismos patrones de la Cuarta República.
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