La terquedad de los hechos parece que se impondrá en el caso Siria y aún cuando el gobierno se compromete a la entrega de armas químicas en su posesión para evitar la anunciada invasión, posiblemente terminen imponiéndose los intereses del sionismo que apuesta a la invasión de este país.
Después de resistir 30 meses de conflicto interno y casi derrotar militarmente a los opositores, financiados por factores externos que apuestan a deponer al gobierno de Al Assad, el gobierno Sirio se ve conminado a la entrega de las armas químicas en su posesión, como condición para no ser invadido por la coalición que encabeza los Estados Unidos.
Posiblemente después exigirán que el Presidente Sirio deje sus funciones, para constituir un gobierno de Coalición que incorpore a los opositores y finalmente terminar enjuiciando al actual Presidente y a sus colaboradores más cercanos acusándolos de delitos de lesa humanidad, el imperio es implacable e ingenuos quienes crean lo contrario.
Ya antes George Bush, amparado en la “Guerra contra el terrorismo”, nos mostró de lo que era capaz el imperio guerrerista estadounidense contando con sus lacayos europeos cuando devastaron países como Afganistán, Irak y Libia. Ahora le ha tocado al “pacifista” Obama darle continuidad a esta misma política guerrerista ahora con la presión del sionismo israelita que apuesta a incrementar su influencia y su poder en el Medio Oriente.
Apelar a razones humanitarias a favor del pueblo sirio contra la invasión es hasta una ingenuidad, por decir lo menos, que carajo le importa a los gringos la muerte de gente inocente. Ya estos guerreristas han demostrado demasiado que cuando sus intereses están en juego la vida de las personas importa poco o nada.
Los pueblos dignos del mundo deben asumir que la dignidad no se negocia y que lamentablemente es preferible morir peleando que someterse a los designios de los poderosos que terminarán siempre aplastando sin consideración a los débiles en nombre de sus intereses.
En estos días que recordamos el golpe a Allende en Chile, donde muere el Compañero Presidente y se instaura una feroz y sangrienta dictadura, los revolucionarios venezolanos y latinoamericanos debemos saber que los imperios no perdonan y que los retos que hoy enfrenta Siria debe prepararnos para los desafíos del futuro.
