Nuestra América en vivo

Ninguna convergencia histórica parece más natural que una Alianza cívico militar de los pueblos de la América de Bolívar y de Chávez. Disgregados hace siglos por la explotación de los imperialistas a partir del siglo XVI y la burguesía apátrida, nuestros pueblos pueden y deben ya plantearse el problema de su unidad nacional, extendida desde el río Grande hasta el estrecho de Magallanes, como bien lo manifestó el Gigante Chávez. Esa posibilidad histórica merece convertirse en ideal común, pues son comunes a todos los pueblos las esperanzas de progreso y los peligros de dominación. Hora es de repetir que, si no llegara a cumplirse tal destino, facilitaríamos la colonización por el imperialismo Gringo que desde más de doscientos años nos acecha: la oblicua doctrina Monroe, firme voluntad de los Estados Unidos, expresan y mantienen su decisión de tutelar y explotar a la América de Bolívar y de Chávez, (Destino Manifiesto) invadiéndola militarmente o cautivándola, por la diplomacia del dólar. Son sus alabarderos los representantes de la burguesía, la “social democracia” y tiranías políticas de nuestro Continente, el parasitismo económico y la superstición religiosa, que necesitan mantener divididos a nuestros pueblos, explotando su libertad recíproca en favor de los intereses creados en quinientos años de feudalismo tradicional.

La historia viva de nuestros pueblos es una escuela de renovación. Nada hay estable, ni inmóvil, ni eterno. Todo punto del pasado fue palestra que anhelaron demoler, transmutar o construir nuestros pueblos, inspirándose en ideales y pasiones que forman la movediza trama de la Historia viva. De mentira y convencionalismo es, en cambio, la urdidumbre de la historia muerta por los que medran de exhibirlos a la veneración de los ignorantes, rebeldías contra dogmatismos opresores. Esta declaración que pudiese parecer presuntuosa, no lo es. Ella es necesaria porque dentro de esa lógica fatalista se puede desviar el análisis hacia el pasado, buscando relaciones de causalidad para el estado actual de cosas existentes con acontecimientos del pretérito.

El Verbo encendido de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez nos arenga siempre: Frente a esas fuerzas reaccionarias, la esperanza de acercarnos a una firme y solidaria alianza sólo puede ser puesta en práctica por nuestros pueblos, si logran ser tan nuevos por su espíritu, como por sus años. De hecho, la idea del pasado compartido, conjuntamente con la de una voluntad compartida, ha sido considerada por el Gigante Chávez como clave en la definición de nuestra alianza. Empero, el hecho de no tener todos los habitantes de la comunidad un pasado compartido, por ser muchos “recién llegados”, dado que provienen dentro del ámbito de la civilización occidental, y que los Estados se formaron como resultado de la lucha por la imposición de los valores consustanciales a la idea de la democracia —comunes a todos los miembros de esa civilización y hoy internacionalizados— la historia debe ser aceptada como historia común; y, consecuencialmente, como factor vinculante.

Es el aprender a inventar soluciones frente a circunstancias cambiantes lo que define la habilidad del buen Latinoamericano y ello supone el desarrollo de capacidades para obtener, procesar y evaluar información. La habilidad de combinar información de manera de formar nuevas pautas y hallar nuevas soluciones es la clave para formular apuestas con alta probabilidad de ganancia. Se podría decir que hemos aprendido a jugar lo político, y probablemente en esta proposición se encuentran las respuestas a las interrogantes que nos hemos planteado.

Más aún, el carácter heroico de la gesta independentista, (Bolívar y San Martín) la dimensión continental de la lucha y el culto a sus conductores —que se ha mantenido como tradición significativa— le da al gentilicio una razón de orgullo que pronto es adquirida por el joven de nuestra América —e incluso por el extranjero residente—que le da sentido a su asociación con la comunidad; siendo, sin lugar a dudas, uno de los elementos fundamentales que explican la existencia de: ¡Desenvolver la justicia social en la nacionalidad de la América de Bolívar y de Chávez!

¡Bolívar y Chávez Viven, la Lucha sigue!

¡Hasta la victoria siempre!

¡Venceremos!


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Manuel Taibo


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