La formación de los Estados nacionales de la Unasur ocupó toda una época que comenzó a finales del siglo XVIII y concluyó con la batalla de Ayacucho en 1824. Durante estas dramáticas décadas las guerras libradas contra el Imperio Español, asumieron en ese periodo un carácter Histórico profundamente progresivo. La creación o defensa de los Estados Nacionales, necesarios para el desarrollo de las fuerzas productivas y de la cultura.
Desde el momento que se establecieron las repúblicas y con la desaparición física del Libertador Simón Bolívar; la entrada de Páez, Santander y Flores etc., en nuestra realidad histórica del siglo XIX hasta nuestros días, se caracteriza por el desacomodo popular y la consecuente desbandada social. Nuestra América va a vivir en un clima de guerras civiles, y cuando falte ese clima será sustituido por las dictaduras y la “democracia” representativa.
Desde que los Estados Unidos se lanzaron a la conquista de nuestra América, etapa que se inicia con la creación de la Unión Panamericana y con la guerra para hacer de Cuba un protectorado y apoderarse de Puerto Rico y las Filipinas, elementos todos que los colocan en posición privilegiada para luchar con éxito con sus rivales; la Política gringa necesitaba nuevas definiciones, nuevos instrumentos económicos, jurídicos y políticos que sirvieran a sus futuros despojos territoriales; facilitaran su penetración y extorsión económica, contribuyendo al acaparamiento de nuestras materias primas y a la preponderancia de su comercio.
El principal exponente de esa política fue Andrew Jackson. Jackson expuso el siguiente criterio: El modo de obtener un territorio es ocupándolo y después entrar en negociaciones. Con esa “política” cumplieron el legado colonialista de Jackson: Jefferson, Monroe y Clay. En esa etapa, los Estados Unidos cumplieron el mandato de “Absorber las Colonias Españolas pedazo a pedazo” absorbiendo un Pedazo Enorme, no de una colonia española, si no de la República Mexicana, independiente y soberana. Como resultado de la guerra conocida con el nombre de “Guerra de Tejas”, le fueron arrebatados a México, todo el territorio que hoy ocupan los estados de: California, Nevada, Utah, Arizona, Colorado, Nuevo México, Tejas, y gran parte de Kansas.
Estados Unidos, gracias a condiciones históricas favorables y a la posesión casi absoluta de todo nuestro Continente de una enorme riqueza natural, extendió sobre nuestros países su manto “protector” de una manera muy “pacifica” y “democrática”. Nuestra América es un punto de apoyo indispensable para la agresión mundial por parte de los Estados Unidos. Ya no se trata de que la Casa Blanca defienda a las “democracias” de nuestra América, sino que las defiende en beneficio de sus intereses. ¿En qué sentido se puede calificar a Estados Unidos de “guardián de la libertad” de los mismos pueblos que explota? Solamente en el sentido de que Estados Unidos está dispuesto a “defender” a los países de nuestra América en defensa de su propio peculio. La ubicación de nuestra América respecto a los Estados Unidos no tiene nada que ver con la línea divisoria entre democracia y socialismo, sino por nuestras riquezas naturales.
Las pías e hipócritas exigencias del imperialismo determinadas por consideraciones geográficas, estratégicas y por intereses comerciales, no por razones políticas; que cuenta con el apoyo de la parásita burguesía y de algunos gobernantes cipayos de nuestra América que provocan en cada una de nuestras naciones actitudes entreguistas y poco democráticas. La conclusión es clara, el imperialismo no puede obtener nada significativo con concesiones a los países de nuestra América en la política interna ni concesiones en la política exterior. La agresión permanente a nuestros países por parte de Estados Unidos, hace muy elocuente la eliminación de su política diplomática.
La opresión imperialista se hace más intolerable a medida que nuestras naciones oprimidas despiertan y se hace mayor su ansia de libertad. La lucha por la libertad e Independencia de nuestra América es inseparable de la lucha por la independencia nacional de cada uno de nuestros países.
Desde los catorce puntos “pacifistas” de Wilson (Mensaje de Paz): la ARA (American relief Association) de Hoower; el reformista New Del de Roosevelt; la Alianza para el Progreso de Kennedy; el Consenso de Washington; la Carta Interamericana; la Teoría del Aislamiento, la Ley Patriota y la Intervención Armada. Estamos en un momento crucial en nuestra América. Ya no más ilusiones pacifistas ni milagros. Tenemos que estrechar más íntimamente los lazos en base a la lucha por la autodeterminación. El imperialismo oculta sus objetivos peculiares –La conquista de mercados, fuentes de materia prima y esferas de influencia– con ideas tales como “La salvaguarda de la paz”. El vocablo imperialismo, está disfrazado con una frase: “Defensa de la democracia en el Hemisferio” ¿Pero conscientes o sin darnos cuenta es ese el destino de nuestra América? He aquí el mapa político del “Destino Manifiesto”.
La docilidad de los países de nuestra América no es producto del amor a la paz sino de la debilidad. La causa de la debilidad no reside en el régimen democracia o socialismo como tal, sino en la desproporción entre las bases económicas y el poderío militar, entre nuestros países y el imperialismo sionista gringo. Las relaciones entre Washington, la burguesía y las dictaduras de nuestra América nunca se deterioraron, por el contrario, mejoraban bastante. La razón reside en que Washington considera a las dictaduras un instrumento más dócil y seguro para los intereses imperialistas norteamericanos que la democracia revolucionaria. Esta es básicamente la posición de la Casa Blanca respecto a los países de su “patio trasero”.
Sin embargo esta forma de explotación “idílica” les plantea hoy de una manera obviamente militar su posibilidad de supervivencia. Los Estados Unidos, han lanzado por el mundo la ulcera del canibalismo, más terrible que la peste, que corroe el alma de los hombres. Y no de los hombres aislados, sino de pueblos enteros... Esa ulcera del canibalismo corroerá al mundo, mientras todas las riquezas, todos los bienes de la tierra no se hallen en manos de “quienes los trabajan”, sino en manos de unos “engendros”. Pero: en vano, en vano esperen esos “engendros” escapar al juicio de los hombres. Su poder, el poder del dinero toca a su fin. La historia está juzgándoles ya.
“Barak Obama: Es un sajón blanco, clonado con piel negra”.
Cito al Libertador: “Los Estados Unidos, que parecen haber sido hechos por la providencia para hacernos más difícil la vida a los que en esta parte del mundo hablamos español”. Palabras ante los Embajadores de las Repúblicas del Plata en Bolivia, cuando los convocó, para construir La Confederación de Países Sudamericanos.
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!
¡Bolívar y Chávez Viven, la Lucha sigue!
¡Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos!