El país que más viola los derechos humanos, el país que asfixia a sus propios ciudadanos hasta matarlos, el país que confina en una prisión sin derechos humanos a quienes secuestró y secuestra aun, el país que manda a sus enfermos a morir en las calles por no tener seguro medico, el país que viola, bombardea, asesina y tortura emprendió una cruzada contra Venezuela y los venezolanos.

“No puedo respirar” susurraba el afroamericano Gardner mientras su verdugo, uniformado de policía del país de los súper amigos y cuyo jefe superior es nada más y nada menos que un “premio nobel de la paz”, lo asfixiaba hasta la muerte.

“No puedo respirar” dicen los ciudadanos del mundo ante la hedentina a mierda con azufre que sale del país del norte de la boca fétida de un sistema judicial que determinó que el policía es inocente de la muerte de Gadner, pero promete que los chavistas de Venezuela no quedaran impunes ante la atrocidad de haber impedido que María Machado diera un golpe de estado.

No puedo respirar no pueden decir ya los asesinados por las guarimbas que financió el gobierno de Obama a través de sus lacayos de aquí; pero podemos decirlo en su nombre quienes aun sentimos la angustia de sus muertes absurdas.

La bota norteña sigue sobre nuestro cielo asfixiando nuestra economía como en los tiempos de la guerra fría, la bota norteña hedionda y llena de virus nos infecta el aire mientras quienes están acostumbrados a vivir en los albañales celebran su proximidad.

La oligarquía venezolana, al igual que el resto de las oligarquías han amasado su fortuna a través de ilícitos de todo tipo, las fortunas de contrabandistas, mafiosos, delincuentes de cuello blanco, extorsionistas, narcotraficantes, llenaron al país de empresas hermosas con fachadas de lujo y con personal gerencial de traje y corbata. Empresas perfumadas con productos refinados de limpieza pero cuyo olor es difícil de disimular.

Esa oligarquía sigue recibiendo financiamiento del gobierno norteamericano para derrocar al gobierno que nos dimos la mayoría; ese senado norteamericano que aprobó las sanciones contra los funcionarios venezolanos es el mismo que aprobó un desembolso de quince millones de dólares para financiar el golpe de estado en gestación en la patria de Bolívar, la patria de Chávez, la patria nuestra y es el mismo que permite que en Guantanamo se siga torturando a inocentes y a culpables.

No puedo respirar dicen los secuestrados del régimen de Obama que están en esa condición desde Bush padre, mientras los torturadores hacen de las suyas ante la inclemente mirada del premio nobel de la paz.

La hipocresía mundial quiere sancionar a funcionarios venezolanos ante la fiesta de los apátridas nuestros que cargan un ataque de lombrices y celebran con buen whisky la ocurrencia del gobierno norteño, se les van a quedar frios los pasapalos y se les va a aguar la bebida ante nuestra respuesta: No puedo respirar.

Fooo, no puedo respirar, ante el olor que expelen los que habiendo nacido en la patria de Bolívar (por lo menos, para no nombrarles a Chávez), celebran la caída de los precios del petróleo, y el anuncio de los hipócritas del mundo con pretensión de sancionarnos.

El día que los Estados Unidos de América (que parecen estar destinados por la providencia a plagar a la América toda de miseria en nombre de la libertad) se acojan a los preceptos internacionales y obedezcan el mandato de las Naciones Unidas sobre la eliminación del bloqueo a Cuba, dejen de bombardear países, dejen de invadir, dejen de financiar el narcotráfico colombiano y Mejicano, dejen de bloquear el avance tecnológico de las naciones, dejen de envenenar el suelo, el subsuelo, la atmosfera, la estratosfera, los ríos y los mares…ese día podremos respirar con tranquilidad.

No a los traidores a la patria. Doscientos años después es hora de que se acabe la Bovera, es hora de que los apátridas sean reducidos y sus líderes encarcelados.

Obama ante tu sanción nuestra respuesta es “No puedo Respirar” eso te suena?

Independencia y Patria Socialista

No a la injerencia norteamericana