La Historia nos ha enseñado que el proceso de decadencia y degeneración de un país no suele revertirse sin antes producirse bien ese colapso regenerador o trastorno civil de que hablamos. Es inútil esperar que en Venezuela pueda haber una recuperación económica y moral de la nación mientras subsista el mismo sistema de gobierno “liberal-burgués”, y subsistan los mismos elementos gobernándola. Pero de una cosa debemos estar convencidos con absoluta certeza: mientras predomine en el país la “mentalidad betancurista”, no habrá ninguna perspectiva ni posibilidad de regeneración y recuperación nacional, como no la hubo durante el siglo pasado mientras imperó idéntico espíritu de anarquía y disolución.
La situación del país en estos días no puede ser más grave. Pocos lo ven o no quieren ver. No basta con implementar unos paliativos. Estos de poco servirán. Si el gobierno no piensa con seriedad se pueden perder quince años de expansión socio-política, (toda la lucha de Chávez) porque ahora el pueblo está sufriendo. Sigue sufriendo la intensa especulación y acaparamiento de los insumos de primera necesidad y medicamentos que se ha cernido sobre el país. Y viven mal mientras los especuladores obtienen márgenes altísimos de ganancias. Mientras el dólar fluctúa libremente. Y cada día que el dólar sube, la comida del pueblo venezolano es más cara, y para complicar más el problema, la reventa (buhonería) para encarecer más los artículos de primera necesidad. Y para más vaina, la escasez generada por la extracción (bachaqueo) hacia Colombiagranadina de nuestros alimentos, generando inmensas colas, que sufre el pueblo venezolano todos los días desde las cuatro de la mañana a las ocho de la noche, en que cierran las puertas los supermercados.
Señor Presidente: ¿Será que el pueblo no tiene dolientes?
Si observamos todo esto, hay pocas esperanzas. Estamos sobre un volcán pronto a explotar si el gobierno se niega a escuchar, a implementar cambios, a cambiar los ministros de la economía, a hacer cesar el destructor malestar social producido por el acaparamiento y la especulación. El pueblo está sufriendo y el socialismo no se puede construir con seriedad, si no responde a las necesidades del pueblo, sino le permite vivir con dignidad y realizarse humana y espiritualmente.
Las manipulaciones de la burguesía y del imperialismo que han resultado en desajuste social; así como de todos los actores: la responsabilidad de los “nuevos economistas”, la de los políticos que “han fracasado”, la de los agentes financieros internacionales, hasta construir una imagen de “Venezuelas-superpuestas o antagónicas” donde el sistema político del viejo Estado fracasado ha sido desplazado de sus funciones por el poder económico.
De allí que nuestros dirigentes en estos cruciales momentos están en la obligación de no olvidar la admonición del Libertador, dicha el 15 de febrero de 1819, ante el Congreso de Angostura: “El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. Y éste “socialismo” que practica nuestro actual Gobierno, aunque nos duela decirlo, no ha logrado en los últimos dieciséis meses ofrecer una posibilidad de realización al pueblo venezolano. Todas las medidas y programas son populistas y sólo persiguen mantener el clientelismo político, la altísima e inútil burocracia, la corrupción y la incapacidad de la clase dirigente, lo minan todo.
—En cuanto a las necesidades vitales, Venezuela es una nación a corto plazo; a largo plazo nos moriríamos de hambre, pues no producimos nuestros alimentos.
—Los caminos que llevan al futuro pasan por la confirmación de una nueva mentalidad política de la clase dirigente, por la comprensión de las realidades del pueblo, por la comprensión de la interdependencia, por la convicción de que en la construcción del socialismo debe participar todo el pueblo y no sólo una cúpula.
—Lo tenemos todo, juventud promisoria, amplio territorio repleto de recursos potenciales, situación y ubicación envidiables, prestigio histórico de gloria… ¿Qué más queremos?
—Camaradas del comando del PSUV: ¿Vamos a acabar la Revolución o vamos a iniciarla…? Un paso de más sería un acto funesto y culpable. Un paso de más en la línea de la libertad sería la destrucción de la burguesía. En la línea de la igualdad sería la destrucción de la propiedad. El pueblo se cansa. El pueblo aspira a disfrutar del fruto de sus esfuerzos. Estamos en vísperas de lamentar todos los sacrificios que hemos hecho por la Revolución.
—Señor Presidente: ¡Raspe a todos los ministros de la economía, por incapaces!
¡Gringos Go Home!
¡Pa’fuera tús sucias pezuñas asesinas de la América de Bolívar, de Martí, de Fidel y de Chávez!
¡Hasta la Victoria Siempre, Comandante Chávez!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!