Antes la arremetida imperial expresada en el infeliz decreto de la Casa Blanca; consiente que el momento es para la unidad nacional, hice un compás de espera antes de opinar, (o intentar publicar en este portal a riesgo de ser calificado de infiltrado por mis opiniones) con el fin de ver y recoger las propuestas y contra propuestas, de propios y extraños a la Revolución Bolivariana, al Gobierno de Nicolás Maduro, el GPP, Diosdado Cabello y comando cívico militar de la revolución.
En ese sentido, sin caer en provocación, hice una espera suficiente para ver como esta derecha cobarde y absurda, se delata y sin ningún rubor, reconoce su satisfacción por el ataque imperial, al punto que casi la totalidad de sus diputados a la asamblea nacional, se les vio en el rostro las muecas de regocijo propias del adulantes frente al poderoso agresor.
Por lo anterior, me atrevo a aseverar que en cada opositor presente en el hemiciclo, sus corazones latían al compás de los tambores de guerra, felices, pletóricos porque la alianza para el progreso y la sonrisa de Súperman, les estaba sirviendo la posibilidad de ser gobierno de inmediato. Tanta fue su alegría, que poco falto para que lucieran una franela con la cara del presidente Obama mostrando su ferocidad cual cancerbero en las puertas del infierno y así exponer sus altas cualidades, como demócratas civilizados, gente inteligente, señores y señoras aptos para gobernar en nombre de esta historia de terror continuado, con la que los gringos pretende dominarnos.
Bien lo dijimos en el pasado, el negro de la piel de Obama camufla el odio que el siente por su origen, desde su llegada al poder, lo único autentico que ha hecho es presentarse tal y como es: un capataz lame botas el cual al despreciar a sus iguales, se ensaña en su contra, para aspirar a parecerse a quienes lo dirigen, a quienes lo violan, a quienes le doblegan su alma al tiempo que matan sus sueños. Él sabe de emboscadas, arremetidas, llegar, matar y salir, de doblar brazos, de exterminar pueblos enteros, pero no sabe de honor, de unidad, lucha, batalla y victoria.
De tal palo, tal astilla, observemos pues que nuestra oposición reproduce con exactitud milimétrica el sueño americano, los valores intrínsecos de una sociedad donde la frivolidad de los aparadores supera cualquier consideración intelectual distinta a la lógica del consumo. Es patético verles adorar su Dios desde las convicciones más sublimes y devotas del protestantismo y con la misma fuerza disfrutar la destrucción de pueblos enteros alrededor del mundo.
Por nuestra parte, en nuestras filas bolivarianas reconozco que existen particularidades cuya postura de revolucionarios de cafetín (maniobrero y divisionista), les lleva al absurdo de nadar a contra corriente en las turbulentas aguas de la realidad, son esos camaradas cuyo dogmatismo niega de entrada cualquier lógica fuera de sus anquilosados parámetros, y en ese sentido condena al resto de los humanos que apoyamos el proceso, so pretexto que a la muerte del comandante, ellos heredaron la custodia de la doctrina chavista en esencia y nosotros, los simples mortales, a su juicio, secuestramos el partido y el legado con Maduro (el chofer de autobús) y Diosdado (el Capitán).
Ahora mientras la revolución avanza enfrentando a un maremagno de ataques dentro y fuera del país, estos sesudos analistas y sus desgastados argumentos, lamentablemente coinciden con la oposición y en muchos casos, con intención o por omisión, le elaboran el discurso con el que luego la más recalcitrante derecha nos enviste. Decir por ejemplo de manera altanera e irresponsable, que el diálogo convocado por UNASUR, es una reunión entre las cúpulas, que el ataque de Obama es una lucha entre el capitalismo de allá y el de acá, que somos socialdemócratas, ladrones, enchufados y pare usted de contar. Es cantar el fracaso antes de ir al combate. Es no entender que en este momento en Venezuela solo hay dos fuerzas, los que defendemos y defenderemos la patria y los que juegan a su destrucción, cualquier otro factor, o está aquí o está allá, pero nunca entre los dos.
A ese grupito de compañeros, se le olvida que el comandante nos convocó a la unidad, y en ese sentido en las fuerzas políticas que se conglomeran en el GPP, las discrepancias, cuando las hay, se debaten a puerta cerrada, como se hace en familia, por eso nunca hemos visto a ningún factor o partido de la unidad, ventilar asuntos internos en el exterior de la organización y menos aún desconocer el liderazgo que les es propio a la vanguardia de la revolución encabezada por el Presidente Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
Solo me resta decir, que la polarización sigue siendo por ahora y a pesar de la declaración de guerra del imperio, ideológica, cargada de mucha conciencia de clases y en el marco de la democracia bolivariana, hoy la polarización tiene fundamentación y más conciencia, pues ahora es que somos chavista y por tanto, estamos inspirados por su legado. Todos somos Chávez y todos hemos de combatir al Imperio.