Victoria se escribe con V de Vietnam y V de Venezuela

Era el año 1972 las tropas Estadounidenses huían despavoridas del territorio de Vietnam tras un ataques sorpresas, trampas y avanzadas vietnamitas. Es así como la nación más poderosa del mundo, culpable de haber lanzado las únicas bombas nucleares en contra de civiles inocentes y principal vencedora de la segunda guerra mundial, sufría el primero de una serie de bochornos internacionales. Para aquel momento los vietnamitas con sabiduría y vehemencia usaron las condiciones de su terreno para tenderles trampas a las tropas invasoras, se aprovecharon de la inexperiencia y soberbia de los estadounidenses y supieron emplear el factor sorpresa en su máxima expresión para atinar el mayor golpe en un campo de batalla que estos profesionales de la invasión y de la burla a las leyes internaciones nunca antes hubiesen recibido, siendo clave de esta hazaña ¡unos túneles subterráneos!. Estos túneles fueron cavados sistemáticamente por 20 años hasta llegar a las bases invasoras, posteriormente casi que al unísono estallar las bases y atacar con la artillería. Después de esa épica victoria, los Estados Unidos de Norte América no regresaron a Vietnam, y hoy en día es un país comunista que goza de un nivel aceptable de desarrollo con sus problemas y sus logros que cada país puede tener.

Curiosamente, casi medio siglo después, otro país que se escribe con V de victoria emplea nuevamente el elemento sorpresa para defenderse de una agresión y propinar quizás la mayor derrota diplomática que los Estados Unidos jamás haya recibido, agregando otro bochorno más a la ya larga lista que exhibe la primera potencia militar del planeta. Aunque aún no se puede hablar de un triunfo como el de los vietnamitas, sí que nos podemos referir al logro de haber conseguido que el Departamento de Estado y el mismo Presidente Obama contradigan lo que está expresamente escrito en un decreto, usando turbias excusas dignas de un niño de 10 años que trata de ocultar una travesura y avergonzándose de su propio historia.

Haciendo uso del argumento más lógico y simple que es negar que Venezuela sea amenaza para el país más beligerante del planeta, la diplomacia venezolana hizo estallar los túneles de alianzas estratégicas construidos sistemáticamente a lo largo del proceso bolivariano. El ALBA, La UNASUR, La OEA, PETROCARIBE, LA CELAC, El G77 más China estallaron casi que al unísono y luego Venezuela atacó con la artillería mediática que se materializaron en más de 13millones de firmas, haciendo gala una profunda voluntad democrática y enseñando el músculo de solidaridad que apoya al país.

Después del contundente apoyo internacional demostrado el fin de semana en Panamá, el Presidente Obama tuvo que negar que Venezuela fuese una amenaza, dejando entre ver que la política exterior de la Casa Blanca, además de ser abusiva es incongruente. Tal cual como EEUU huyó del campo de batalla en los 70, este fin de semana, el presidente Obama abandonó la arena diplomática ante tremenda embestida latinoamericana. Sin embargo, lo más sorprendente de esta situación es la profunda arrogancia de los estadounidenses que los llevó al fracaso en Vietnam, Afganistán, Ucrania y ahora con la diplomacia venezolana. Estas alianzas estratégicas echaron por tierra los TLC que Bush quería imponer en mar de plata, amplió la esfera de influencia de Venezuela, frenó varios intentos de sanciones en la OEA, es decir, que una reacción de apoyo global como la que se suscitó debió de haber estado en los cálculos de la Casa Blanca, aunque todo pareciese indicar que no estaba presupuestada.

Es también de extrañar, como el Presidente Obama que más allá de seguir los lineamientos de la agenda política de EEUU, diseñada desde hace años, ha demostrado, entre otras cosas, interés por los más necesitados de su país, ha intentado flexibilizar la persecución a inmigrantes, se acercó a Palestina a comienzo de su gobierno; entonces, ¿Por qué unirse en esta fallida aventura al Senador Republicano ultra conservador –hoy precandidato presidencial- Marco Rubio? Quien obviamente ha estado deslegitimando al gobierno Venezolano y apoyando la desestabilización del país para congeniarse con los latinos más reaccionarios de Miami.

Así parece que Venezuela se adjudicó una épica victoria en el terreno diplomático, que si bien no la exenta de un ataque bélico, sí que demuestra una muy alta convicción de generar paz y de unidad intercontinental que debería arrojar otros frutos a mediano plazo.



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