De manera insólita, demostrando el más rastrero de los servilismos hacia sus amos del norte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, invocó el pasado martes 31 el procedimiento para activar la llamada Carta Democrática contra Venezuela.
Ese sujeto dio un paso sin precedentes con el que pretendió dar inicio a otra nueva agresión, muy peligrosa, contra nuestra Patria.
Almagro, como un cualquier cagatintas por encargo, solo intenta ejecutar una orden que le dio el Departamento de Estado.
Don Rómulo Gallegos jamás pensaría que Ño Pernalete y el bachiller Mujica pudieran salirse del llano de los tiempos de Gómez para hacerse carne en las relaciones internacionales del siglo XXI.
Al mujiquita Almagro el imperialismo yankee (Ño Pernalete) le encargó, así de sencillo, interpretar el espíritu de su OEA de acuerdo a la decisión que ya previamente él, Mr. Obama, ha tomado.
En Doña Bárbara Ño Pernalete no anda con medias tintas: "Por eso yo, cuando se presenta aquí un litigio, me informo en la calle quién es el que tiene la razón y me vengo aquí y le digo al señor: "Bachiller Mujica, quien tiene la razón es fulano. Sentencie ahora mismo a favor suyo"".
Así, tratando de demostrar que es un buen tinterillo redactó un informe de 132 páginas, lo armó con sofismas de leguleyo para complacer los caprichos de su amo.
Solicitó la convocatoria del Consejo Permanente de los Estados miembros de la OEA entre el 10 y el 20 de junio, para, según él, "atender a la alteración del orden constitucional y cómo la misma afecta gravemente el orden democrático". Toda una joyita del jalamecatismo.
El titular de la OEA "sustenta" su "informe" sobre denuncias hecha por la mayoría opositora de la Asamblea Nacional, una derecha que, como se sabe, está en fase de desesperación y se propone, a como dé lugar, incendiar a Venezuela porque sus planes golpistas han fracasado rotundamente.
Con toda razón el Presidente Maduro acusó a la derecha de la AN de conspirar con la derecha internacional para provocar una intervención extranjera en Venezuela.
Sin duda, con la Carta Democrática Interamericana que invocó el secretario general de la OEA, Luis Almagro, se busca facilitarle a los EE.UU. la posibilidad de intervenir en nuestro país, debido a la flagrante incompetencia demostrada por la derecha local.
Lo que no pudo calcular el arrastrado de Almagro fue el poder del legado del Comandante Chávez, quien nos construyó un blindaje muy sólido en las relaciones hemisféricas.
En la noche del 1ro. de junio Venezuela recibió con mucha alegría la noticia de la gran victoria diplomática en la OEA. Nuestra representación volteó la tortilla y logró convocar al Consejo Permanente para declarar el apoyo al diálogo, la Constitución y a la Paz. O sea, no aplica la llamada Carta Democrática.
Esta importante victoria de nuestra diplomacia es un reconocimiento total y absoluto al gobierno constitucional, legítimo, del Presidente Nicolás Maduro. El mujiquita Almagro ni siquiera tuvo el coraje de presentarse en la sesión, y, por tal trancazo, los traidores Ramos Allup y consortes solo quedaron recogiendo los vidrios mientras gruñen en su propia hiel.