Hoy nos reunimos en el café de siempre. En esta oportunidad encontré a Anacleto solo, sentado en un rincón apartado, echando humo. Después de los respectivos y afectuosos saludos arrancó, como de costumbre, sin darme la más mínima oportunidad de decir algo. “¿Se ha dado cuenta, camarita, de que tenemos tremenda y aguerrida canciller? Sus palabras sólo pueden ser comparadas a cualquier discurso del excelso Roy Chaderton, en su época de Embajador ante la OEA. Con palabras certeras y sin ningún tipo de ambigüedades, no sólo defendió la soberanía de nuestra patria, sino que se las cantó bien claritas a unos cuantos participantes, entre ellos, al lacayo del tal Almugre (se parece a la apátrida MUGRE criolla), al vicecanciller de Paraguay, al representante gringo y a todo aquel que quiso meterse en camisa de once varas y opinar sobre la democracia y la difícil, pero inducida, situación por la que estamos atravesando y que nadie niega. La mayoría de los representantes de los países miembros le dijeron ‘NO’ al intervencionismo e injerencia extranjera en los asuntos internos de cualquiera de nuestras naciones, sobre todo con los precedentes de lo ocurrido en Honduras, Paraguay y Brasil, entre otras, y pusieron al lacayo en su lugar: empleado de los gobiernos miembros de la organización, a los que les debe respeto y reconocimiento. Pero parece que eso no le bastó y le ofreció a sus jefes y aliados que esta vez si lograría el objetivo. Imagino la cara del cipayo de Henry Lisandro y como se estaría retorciendo en su asiento, en el salón que le concedió su aliado para que pudiera seguir los acontecimientos en tiempo real, al ver que no sólo no se le concedería un derecho de palabra, sino que además tampoco se cumpliría la promesa del lacayo de aplicar a Venezuela la prometida Carta. Esto nos da a entender que no hemos arado en el mar con nuestra solidaridad, que los pueblos han madurado y se han dado cuenta que ellos podrían ser las próximas víctimas si no se hacen lo que el amo manda, porque éste les torcería el brazo hasta que obedecieran. Triste para Almugre y Henry Lisandro; quedaron como lo que son: un par de mequetrefes del Imperio y amantes de la guerra, ya que quién no quiere los diálogos de paz, ni la paz, es porque busca la violencia, la muerte y la desolación. ¡O sea!”.
Me siento orgulloso, como venezolano, de la Canciller que nos gastamos. Luego de escuchar su alocución, por tercera vez, me convenzo más que no fueron solamente sus palabras las que hicieron que en República Dominicana todos la aplaudieran, sino la forma asertiva, diáfana y directa de hacerlo, que mostraba la convicción personal en lo que afirmaba y el conocimiento necesario. Esta vez en Washington no fue diferente. Esta vez, además, puso a sufrir a Henry Lisandro, el del motor de Volkswagen fundido, al que le tocará reconocer la calidad de sus contrincantes.
Releí los acontecimientos de los últimos días de Salvador Allende, así como algunos pasajes de “La Casa de los Espíritus” y se reafirmó mi certeza del guión utilizado por la derecha aburguesada y traidora; el mismo que nos han estado aplicando, con todo tipo de guerra no convencional que golpea el bolsillo y el estómago de la población y que les dio resultados circunstanciales favorables el 6D, resultados a los que les quieren sacar punta rápidamente, porque al empezar a caérseles las caretas el pueblo ha comenzado a verlos como realmente son: los verdugos, y sus falsas e incumplidas promesas son su talón de Aquiles.
¿Qué estaban y están buscando afanosamente? Sin duda una explosión social, de la que ellos culparían al gobierno, para, junto a sus aliados de la derecha foránea, lograr posicionar en el mundo la idea del Estado Fallido y violador de los derechos humanos, y con ello lograr la intervención extranjera que los pondría a ellos en el poder, para así entregar, a precio de gallina flaca, nuestros recursos petroleros. En su hoja de ruta se evidencia su participación en la inducción y financiamiento de los últimos intentos de generar violencia con saqueos, lo que le ha costado la pérdida de la libertad a los que han usado como preservativos, que están en chirona, y que han dejado solos, sin la asistencia prometida. Ahora esos son “presos políticos” y no malandros y terroristas.
La pregunta de las cien mil lochas es: ¿por qué cada vez que se les llama al diálogo y a la búsqueda de soluciones concretas, a la difícil situación por la que estamos atravesando, patean la mesa? ¿Les interesa o no el futuro de la patria? ¿O es sólo de la boca pa’ fuera que se sienten patriotas? Porque si es verdad de que tienen todas las respuestas para sacarnos de la crisis ¿por qué no las han aplicado en los estados donde son gobierno regional, o en las alcaldías que manejan? El colmo es el estado donde desgobierna el eterno perdedor por ser el que posee el mayor índice delictivo del país y el mayor depósito callejero de basura. Señores, el ejemplo es la mejor lección que los hombres pueden leer.
No me explico como se puede ser tan caradura, como los son los pseudos dirigentes de la oposición cipaya, que sabiendo que el 85% de la población quiere paz y solución a los problemas que enfrenta, salen a pasear por el mundo a buscar una intervención de tropas extranjeras que dejarían nuestras principales ciudades como Trípoli, Bagdad y Damasco, en ruinas, y no distinguirían, como ellos creen, en el blanco de sus balas. Son unos verdaderos mequetrefes del Imperio y amantes de la guerra, a los que no les importan ni tú ni tus necesidades, ni el futuro de tus hijos. Sólo les importa engordar, no físicamente, sino sus cuentas bancarias; sólo les importa revertir todos los beneficios y logros obtenidos en todos los años del gobierno del Gigante Chávez y ahora de Maduro, porque para ellos tú sólo eres un instrumento de producción de sus riquezas como lo eran los esclavos del pasado para los amos del valle.
Decía Mahatma Gandhi: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”, pero, ¿Como se llega a la paz si tu interlocutor siempre te patea la mesa y no quiere ningún tipo de diálogo, porque un “empleado ineficaz e ineficiente” como Almugre, le prometió un resultado favorable que lo llevaría al poder en cortísimo tiempo? Mientras que, gracias a la iniciativa y trabajo del Eterno Comandante Chávez, Colombia pone fin a 50 años de conflicto armado interno con la firma del Cese al Fuego y Hostilidades Bilateral y Definitivo y Dejación de las Armas, estos majunches siguen buscando un conflicto interno que nos puede llevar a una guerra civil que quién sabe cuánto duraría. ¿Tendrían ellos pueblo que los acompañara? o ¿cuentan con una “ahora” clase media, mal agradecida, dispuesta a arriesgar todo lo que ha avanzado por defender a una clase a la que siempre se han querido parecer, pero que siempre los ha despreciado?
Decía Julio Cortázar: “No hay autocrítica que empiece por decir ‘yo también formo parte de las equivocaciones y de los defectos del país’. En la medida que el pueblo no se dé cuenta de que él es el protagonista de su democracia, y no los demás, no vamos a salir adelante”. Expresa tu disgusto por la crisis a la que esta oposición te tiene sometido y demuéstrale que ya jamás podrán tomarte por pendejo porque ya tú conoces a tus verdugos.