En sus confesiones sobre los crímenes que cometió, Jhon Jairo Velásquez, alias “Popeye” como sicario mayor del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, contenidas en tres videos cuyos enlaces los dimos a conocer en artículo que publicamos en este mismo medio en días recientes (El sicario mayor de Pablo Escobar Gaviria llama a derrocar al ...), él pretende con su narrativa -sin duda socarrona y prepotente- imponer la matriz de que el Gobierno de la Revolución Cubana realizó innumerables operaciones de narcotráfico para el cártel de Escobar Gaviria, sin hacer alusión alguna a que los funcionarios corruptos y traidores de ese país que se los descubrió en esas abominables andanzas en la década de los años ochenta, fueron llevados a juicio y cuatro de ellos, incluyendo a un General que ostentaba el título de Héroe de la Revolución por sus méritos en las luchas en África por la independencia de Namibia, fueron condenados a muerte, sentencia esa que fue cumplida hace un poco más de 27 años, es decir, el 13 de julio de 1989.
De manera que hemos creído muy necesario abundar sobre esos puntuales episodios para desmontar ese intento de denostar de la Revolución Cubana por parte de un criminal de la peor especie que apenas cumplió 23 años de cárcel, no obstante haber asesinado con su propia mano a 300 personas, el cual fue puesto en libertad en meses recientes por “buena conducta” y ahora la mediática colombiana e internacional intentan transformarlo en una figura de telenovela, que ha venido siendo requerido por los medios amarillos y concentrados del hemisferio que les interesa mostrar este tipo de historias para la manipulación y el engaño de los pueblos, a cuyos fines y quienes están detrás de ese aberrante proyecto, ya lo han convertido, como él mismo se califica, en un renombrado activista político defensor de los derechos humanos (*).
Dentro de ese objetivo, creemos que solo basta darles a conocer a nuestros lectores de Aporrea dos documentos (videos) sobre el juicio al referido General, cuyo nombre era Arnaldo Ochoa Sánchez, por sus actividades ilegales e inmorales, quien, junto con otros miembros del ejército de ese país y del Ministerio del Interior, las llevaron a cabo entre el año de 1986 hasta que fueron descubiertas en 1988 por la inteligencia cubana, lo cual determinó el enjuiciamiento de los mismos, con el resultado de condena a muerte a cuatro de ellos y prisión para los trece restantes, entre los 10 y los 30 años.
Este enlace que copiamos abajo nos ofrece una parte del proceso judicial seguido a Ochoa y a su banda, pero para quien le interese acopiar mucha más información sobre esas abominables actividades de esos traidores a la Revolución Cubana, en la Internet corren muchos documentos relacionados con ese juicio que llevó a cabo y sin mediatizaciones de índole alguna la justicia de ese país en contra de esos delincuentes que traicionaron sus más altos valores, como son la ética, la moral y, sobre todo, la verticalidad e indomable decisión que impulsa a ese país a luchar, sin descanso alguno, por el desarrollo de su pueblo en un marco de dignidad, de justicia plena y de elevación de las mayores virtudes de solidaridad que deben prevalecer en cada ser humano.
Es preciso advertir que en buena parte de esos documentos se hace evidente que han sido manipulados hábilmente para intentar mostrar una realidad que nada tiene que ver con los graves delitos que les pudieron imputar a los acusados, la cual se inscribe en un supuesto descontento en algunos sectores de la vida militar del país que tenían claros propósitos de insurgir a los fines de desplazar del mando de la revolución a sus directos responsables, Fidel y Raúl, de manera que hay que mirarlos con mucha sospecha, aun cuando particularmente observamos que por más intentos que pudiéramos advertir en la producción y presentación de los mismos para confundir, la contundencia de las confesiones de los imputados son más que suficiente para impedir que ese objetivo haya podido ser logrado.
No obstante esta aclaratoria, recomendamos a quienes tengan esa posibilidad, que logren obtener aun cuando fuese copia de las ediciones de la revista cubana “Bohemia” Nos. 26, 27, 28 y 29, correspondientes al mes de julio de 1989, en donde se recogen las incidencias de todo el proceso judicial a que fueron sometidos los inculpados e igualmente se incluyen allí los contenidos íntegros de los interrogatorios que realizó la fiscalía a los inculpados, a los testigos, a los integrantes de los cuerpos de investigación y, por supuesto, a los respectivos abogados que asumieron la defensa de los enjuiciados.
Cuba- Juicio al General Ochoa (1988 ) - completo - YouTube
1989/012 JUICIO AL GENERAL ARNALDO OCHOA - YouTube
Cerramos esta nota con esta reflexión muy pertinente. No conocemos en la historia no muy añeja del perverso negocio del narcotráfico en nuestro Continente, que país alguno haya conducido un proceso judicial en contra de funcionarios de su nomenclatura de gobierno, como éste de Ochoa y sus cómplices, que concluyó con la pena más severa para quienes, en ese grupo, eran las figuras que ostentaban muy elevadas jerarquías militares.
Más allá de que en Cuba la legislación contempla la pena de muerte como la pena más severa, reto a quien nos diga qué otra figura relevante, parte de un gobierno en ejercicio en nuestramérica haya sido condenado a pagar cárcel por el delito de narcotráfico de estupefacientes...???
Pero por favor, eso sí, que no me aleguen que si hay uno, el panameño Manuel Antonio Noriega, pues ya sabemos y sobre eso abundan las pruebas, que él fue sólo un cipayo de los yanquis, agente de la CIA, a quien el gobierno gringo le perdió la confianza y por eso lo sacó del poder con una invasión militar que dejó el saldo sangriento de más de 3 mil panameños masacrados por la aviación estadounidense en diciembre de 1989…