“La unidad en la guerra es la primera ventaja”.
Simón Bolívar.
A veces pareciera contradictorio hablar dentro de un mismo contexto de la paz y de la guerra. En los tiempos de revolución nada es mas seguro a que nos veamos forzados a construir la paz bajo la amenaza imperial de una invasión y de la destrucción total de todos aquellos logros que se han conquistado a través de este proceso bolivariano.
El imperio norteamericano en su afán de dominio y de saqueo de las riquezas del mundo amenazan, invaden y destruyen con la sola intención de arrebatar a los pueblos mas débiles militarmente que ellos, todas sus riquezas para satisfacer el voraz apetito de una sociedad consumista que se destruye a si misma. No es cosa de esperar que se auto destruya, porque puede pasar mucho tiempo y arrastrar tras de de sus estertores a pueblos inocentes. Se trata que a través de la organización y de las luchas populares, podamos contribuir con el aceleramiento de la caída del imperio, que como estaba predicho entró en la etapa de su deterioro y destrucción.
Ha quedado mas que demostrado que a lo único que le teme el imperio es a la unidad; a la unidad de los pueblos, de la clase obrera y de todos los revolucionarios y de todas las revolucionarias. Ya decía Bolívar que la unidad nos hace invencibles.
El imperio vive su mayor crisis en América latina ahora que se han ido concretando ciertos movimientos, no solo de los revolucionarios y revolucionarias, sino de gobiernos, de estrategias económicas y políticas y de dialogo directo entre nuestros países, sin la mediación de la casa blanca ni de los órganos financieros internacionales.
Es por eso que no podemos caer en ingenuidades y pretender que no existe un peligro de invasión a nuestro país, por el hecho que ignoremos las agresiones de los múltiples voceros norteamericanos, no podemos esconder la basura debajo de la alfombra de la ingenuidad y creer que con eso ha pasado el peligro.
El llamado que debemos hacer todos los días es a la unidad, como si fuera nuestra mejor oración, porque unidos podemos lograr que nuestros sueños sigan siendo realidad. No caigamos en la trampa que nos está tendiendo el imperio al presentar a la oposición venezolana como dividida y como débil. Ningún revolucionario o revolucionaria debe caer en el sueño engañoso del triunfalismo. Cuando la bestia está herida es más peligrosa.
Esta estrategia de la división y enfrentamientos que está armando el imperio a través de su subsidiaria Súmate, puede ser una bomba caza bobos que nos puede sorprender por la baranda de afuera. Recordemos que la estrategia de retirarse los partidos de la oposición de los pasados comicios parlamentarios, puede ser una estrategia para que el gobierno nacional, y los gobiernos regionales y locales se engolosinen y bajen la guardia y concrete un autogol revolucionario.
Como cristiano, siempre leí en la Biblia, que el diablo anda como “león rugiente” buscando a quien devorar, ojala nosotros y nosotras no vayamos a ser esas mansas ovejas que salgamos devoradas por la astucia del imperio. Solo la unidad de los revolucionarios y revolucionarias, será garantía de triunfo de la candidatura del presidente Chávez.
En Venezuela con estas elecciones nos estamos jugando la esperanza no solo de nuestro país, sino de Latinoamérica y del mundo entero. Chávez es el candidato de toda la humanidad frente al proyecto de muerte que representa Mr. Bush.
Es por eso que nuestro discurso no puede solo fijarse en los éxitos y logros de esta revolución, sino que debe estar acompañada de la preparación para una guerra que no deseamos pero que tampoco vamos a descartar si se da la invasión a esta tierra sagrada de Simón Bolívar. La estrategia del imperio puede ser que nos descuidemos y que en un arranque de triunfo y gloria, como los que actualmente vive nuestra revolución, desechemos de nosotros toda posibilidad de una invasión, o de saboteos o embargos económicos por parte del imperio o de sus fuerzas mercenarias.
Siempre me gusta recordar algunas historias bíblicas y la de las vacas gordas es la que mas se parece actualmente a nuestro país; vivimos épocas de abundancia y así es muy fácil ser revolucionarios y revolucionarias, ¿Que pasará si vienen los tiempos de las vacas flacas? El imperio podría manipular la economía global y crear una crisis mundial que pueda perjudicar a nuestro país y al resto de los países que se les enfrenten. ¿Seguiremos siendo revolucionarios en tiempos de precios de petróleo bajos? ¿Seguiremos siendo revolucionarios y revolucionarios en tiempos de invasión? ¿Mantendremos nuestro compromiso revolucionario en tiempos de un posible embargo económico como el que ha soportado por tanto tiempo la hermana revolución cubana? Recordemos a Bolívar llamándonos a la unidad y a la dignidad.
Por eso cada revolucionario y revolucionaria debería entrenarse y prepararse para la guerra que en todos los niveles nos va a presentar el imperio, sobre todo aquellos y aquellas que gustan de ostentar cargos públicos.
El gobierno nacional, a través de la Fuerza Armada Nacional, debe emprender una maniobra nacional de entrenamiento a la población para que estemos todos y todas preparados para la guerra de defensa nacional si esta se llegase a presentar.
Preparémonos a defender la patria de Bolívar y de los demás libertadores y libertadores de nuestra patria.
¡Hasta la victoria siempre!