El riesgo Trump crece y se consolida

Pues no; los que suponíamos que, ya instalado en la Casa Blanca, el señor Trump acondicionaría su discurso y su actuación a los cánones del poder institucional, dejando de lado sus bravuconadas y desplantes, nos equivocamos rotundamente. Incluso, tal comportamiento se convierte en su principal tema de propaganda: la anti política. No sólo México, sino el mundo entero, está a la expectativa de cuál será el nuevo twitt del troglodita para intentar su interpretación y confirmar su carácter amenazante. Desde luego que su xenofobia, exacerbada como mexicanofobia, sigue adelante sin parar en mientes ni consecuencias; lo de los derechos humanos se lo pasa por el arco del "trumpo" y emite cada día nuevas órdenes ejecutivas para criminalizar a los migrantes e iniciar redadas masivas para la deportación. La balbuceante actitud del gobierno mexicano sólo muestra que está acalambrado y sin saber qué hacer; pareciera que su única respuesta es esperar a que otros problemas lo distraigan y se olvide de nuestros compatriotas. Contrasta la actitud sólida y digna, no por ello irrespetuosa, de López Obrador que llevará la queja hasta la misma ONU para exigir respeto a los derechos humanos de los migrantes.

En otro orden, no menos inquietante, el troglodita del norte ha subrayado su decisión de regresar al método de las relaciones bilaterales con cada país, sin participar en negociaciones por bloques, de manera de explotar su poderío a plenitud, así como la de arreglar el déficit de la balanza comercial con México a base de imponer restricciones a las exportaciones mexicanas y, en consonancia, impulsar las ventas de sus productos en nuestro país.

En estas condiciones se anuncia que la renegociación del TLC se verificará a partir de mayo próximo pero con una pistola apuntando a la sien de sus interlocutores, de manera que atiendan a su voluntad o se den por muertos. Eso no puede ser llamado una negociación sino simple y vulgar imposición. Lo peor del caso es que el gobierno de México acepta abrirse a la supuesta renegociación. Por principio de cuentas, en tanto que nación soberana signataria de un acuerdo, es indigno aceptar el trato anunciado, sólo comparable con el trato entre un emperador y sus vasallos. Si de por sí el TLC ha sido nefasto para los intereses nacionales, la anunciada postura de Trump garantiza que cambiaría para mucho peor. El caso, entonces, no sólo es cosa de indignidad sino de extrema estupidez. Si el TLC se deshace los mexicanos saldremos ganando y mucho: el campo se recuperaría en menos de un año, en tanto que el negocio automotriz se mantendría dado que no depende del TLC sino de los acuerdos entre las empresas a nivel mundial.

El destino de México no puede estar en manos de los descerebrados que hoy nos gobiernan; en 2017 puede perderse lo que a partir del 18 sería la esperanza. Es preciso actuar hoy y aplicar en ello el más profundo sentido patriótico; se requiere una enorme movilización de voluntades que imponga a Peña Nieto la actitud a adoptar, incluso con la remoción de los miembros del gabinete que debieran llevarla a la práctica. El temor y el encabronamiento son generales, incluidos los conservadores normalmente tan pro yanquis.

El problema es de convocatoria. Ya vimos que la convocatoria de la derecha fue desdeñada, no por su bandera anti Trump, sino por el efecto de salvamento del desprestigiado y acorralado Peña Nieto. Entreveradas con las protestas contra el gasolinazo se han expresado muchos grupos sociales y han dado pie a una especie de movimiento, pero sin articulación y desorganizados. Toca pues insistir en que la convocatoria debe partir del más amplio conjunto de organizaciones y personalidades políticas que, sin protagonismos ni aprovechamientos preelectorales, se aboque a la tarea de poner al país de cabeza de suerte de doblegar al régimen, no necesariamente derrocarlo. Desde luego que no es tarea sencilla, pero el riesgo en que se encuentra el país es de tal envergadura que obliga a realizarla.

Cuauhtémoc Cárdenas y Alejandro Encinas están convocando a ese frente amplio; Andrés Manuel sigue reclutando y cosechando adhesiones a su proyecto y, con toda certeza sería el candidato presidencial en cualquier circunstancia y se consolidaría con un frente amplio. Es hora de sumar fuerzas y aspirar a la defensa de México, creando el poder popular desde ahora, no sea la de malas que para el 2018 ya no nos quede país por defender.

Correo electrónico: gerdez777@gmail.com



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Gerardo Fernández Casanova


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