Nuestra América ante nuevos desafíos

Al proceso de decadencia monstruosa del Imperialismo Occidental encabezado por EEUU, en el marco de la crisis que estremece la civilización capitalista, se debe su feroz contra-ataque contra los procesos independientes y la actual expansión militar del Pentágono (bases, flotas, unidades, redes, misiones) en todo el  subcontinente latino-caribeño conjuntamente con los siguientes pasos, medidas y acciones degradantes:

1.-El reforzamiento de la intervención militar en Haití con el manto de la ONU en el centro de la frontera imperial caribeña sembrada de bases militares.
2.-La ominosa decisión de incorporar Colombia a la OTAN en medio del intento de una paz engañosa dirigida a desmovilizar militarmente a las FARC y a toda la insurgencia heroica.
3.-La caotización  y militarización de México y su proyección como modelo neoliberal  altamente degradado con records en cuanto a gansterización del poder establecido; sometido adicionalmente al empecinamiento de TRUMP en la construcción del muro fronterizo, a la amenaza de intervención militar ya anunciada por él y a la nuevas tensiones que todo esto genera.
4.- Los primeros golpes ultra-reaccionarios en Honduras y Paraguay, y más recientemente en Argentina y Brasil, para imponer mafias burguesas, partidocracias pervertidas y  voraces corporaciones imperialistas.
5.- La intensificación de los planes desestabilizadores en Venezuela, Ecuador y Bolivia (con mayor énfasis inicial en controlar, a como dé lugar, a Venezuela conjuntamente con Colombia.

En ese orden la limitación de la oleada de los plausibles cambios registrados en los últimos tres lustros en países como Brasil, Argentina, Paraguay, Venezuela, El Salvador, Honduras y otros  a la recuperación de la independencia política y a reformas sociales y políticas de variadas profundidades, ha facilitado esa contraofensiva imperialista-derechista en una serie de casos. Los estancamientos y enturbiamientos  de esos cambios de corte reformistas y/o reformadores, han provocado diversos grados de deslegitimación del llamado “progresismo” y han servido de caldo de cultivo a esos virajes ultraderechistas, unos consumados y otros en disputas.

⦁    Golpean para empantanarse más.

Sin embargo, los virajes derechistas (donde se han consumados) –algo muy evidente ahora en Argentina y Brasil- no han logrado estabilizarse, provocando a la vez reacciones populares más radicales. Las embestidas ultra-neoliberales contra las conquistas democráticas y logros sociales, junto las agresiones bestiales del lumpen-capitalismo contra el pueblo trabajador y sectores medios, han vuelto a generar indignaciones y movilizaciones colectivas de alta intensidad.

Una ola más radical brota en el seno de la oleada reformadora y reformista que declina a consecuencia del auge las contrarreformas en medio de fuertes tendencias a la ingobernabilidad. Incluso recientemente el pueblo mexicano se incorporó a las insubordinaciones en el contexto del gasolinazo.

En verdad ni el imperialismo ni las lumpen burguesías locales cejan en su estrategia integral de dominación, rescatando y reactivando además las recetas neoliberales más drásticas, imponiendo mafias políticas empresariales y partidocráticas, procurando además subordinar al emergente y también corruptor imperialismo brasileño.

Tampoco los pueblos empobrecidos, abusados, excluidos, se resignan a aceptar sus funestos designios. Emergen nuevamente con impresionantes protestas y movilizaciones.

La confrontación tiende a crecer así como la militarización de la estrategia imperialista en un contexto en el que se hace evidente que cuando las transformaciones se limitan a las reformas dentro del orden capitalista –no importa sus diversas profundidades- y se obvian las transformaciones anti-capitalistas, repuntan nuevas crisis y las derechas y el imperialismo arremeten con más ferocidad.

Las nuevas bases militares gringas en el Continente y la DETERMINACIÓN DE INCORPORAR A COLOMBIA A LA OTAN indican la decisión de escalar la violencia, sin descartar agresiones altamente destructiva, similares a las que EEUU ha hecho en Libia y otras partes del mundo; apuntando contra todos los procesos y Estados que no controla.

En primer plano están Venezuela (declarada por EEU “peligro hemisférico”) y eventuales insubordinaciones e insurgencias populares que desborden los Estados subordinados. Le siguen países de la rica zona amazónica que no tutelan, sin dejar de proponerse revertir la hasta ahora invencible revolución cubana.

Es notorio y debe alertarnos el hecho de que en el contexto de una engañosa y temporal distención respecto Cuba, Trump comience a retomar la hostilidad.

El ascenso de TRUMP agrega a la clásica –y siempre hostil- estrategia bi-partidista de EEUU en el Continente un mayor desprecio racista por nuestros pueblos al interior y dentro de sus fronteras, un agresivo tono fascistoide, mayores afinidades con lo peor del lobby cubano-americano y las ultraderechas de la región. Sin que descartemos una negociación con Putin respecto a Cuba, difícil todavía de prever sus contenidos.
⦁    Revolución o barbarie.

En tales circunstancias la fuerzas revolucionarias del continente no podemos aceptar como válida la actitud de quienes han propugnado por el desarme unilateral de las FARC-EP, previa renuncia a la CONSTITUYENTE SOBERANA y a la aceptación en los hechos de la permanencia de las bases y del aparato militar estadounidense en territorio colombiano, reforzada ahora con su inminente incorporación a la OTAN.

La calentura de los hornos en casos así exige otra actitud. Ejemplos como lo de Ebolá, PPK, las organizaciones revolucionarias y otras fuerzas político-militares, son muy aleccionadores respecto al valor de esos esfuerzos para frustrar metas imperialistas en medio de su “guerra infinita”.

Igual exige superación del reformismo en todos los procesos, profundidad anti-capitalista, más radicalidad en la contrapartida antiimperialista e intensas conexiones entre nuestras luchas (necesitadas de una eficaz COORDINACIÓN CONTINENTAL de las fuerzas transformadoras) y las del bloque de emigrantes y sectores discriminados a ser agredidos en el interior de EEUU; donde crece la tendencia a las confrontaciones socio-políticas y se crean condiciones para desarrollar  fuerzas alternativas tanto al chauvinismo fascistoide truniano como al  podrido stablishment tradicional, que en cierta medida encarnan los que en EU optan por opciones avanzadas como la que representó Bernie Sanders y por otras más radicales.

Tal fenómeno ya está en las calles del resquebrajado Coloso del Norte y tiende a crecer con mayor intensidad en el resto del Continente.



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Narciso Isa Conde


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