¿Después de la reciente batalla en la OEA qué?

Los Gobiernos dirigen la orquesta, USA dirige el Coro, Los pueblos pagan los gastos.

La batalla escenificada en la última sesión de la OEA entre nuestro combatiente Samuel Moncada contra el imperio y sus designios fue épica pero a la vez frustrante.

No hubo manera de que la maquinaria que estaba alistada para seguir una veloz carrera por un riel previamente engrasado (seguramente con dólares) detuviera su accionar ante un Moncada que se cansaba de pedir se explicara en que artículo de la carta de la OEA se amparaba la sesión que estaría por comenzar.

El procurador de la OEA no logró de ninguna manera exponer bajo que articulo se amparaba la sesión que debatiría “la crisis en Venezuela” mas sin embargo fue claro en exponer que la sesión debería continuar pues “a su parecer” aunque no había artículo que lo sustentara la sesión estaba dentro del alcance del club.

Bajo atropello flagrante se desoyó el reclamo del representante de la Revolución Bolivariana y sin más miramientos se sometió a votación la propuesta de abrir el debate para “analizar la situación de Venezuela” 20 países que ya habían previamente acordado respaldar la moción y cuyos votos costaron una fortuna en dólares a los Estados Unidos aprobaron sin más entrar en la discusión.

Antes de la reunión ya tenían redactado el acuerdo final de la misma y solo expondrían sus “puntos de vista” para luego proceder a su firma, eso no es nuevo, así se ha manejado la OEA desde su fundación: Los Gobiernos dirigen la orquesta, USA dirige el Coro, Los pueblo pagan los gastos.

Después de escuchar la catajarra de barbaridades con las que los países contrarios a Venezuela expusieron sus motivos, el embajador Moncada quien tiene un estomago sin bilis, emprendió ya no una defensa pues para que si ya todo estaba consumado, pero si una clara y llana exposición de las realidades da cada una de las naciones que miraban la aguja en el ojo de Venezuela.

Los estirados embajadores se ofendieron por que les sacaran sus trapitos cagados en público, pues es de muy mal gusto defenderse sacando las cochinadas de uno de esa manera: “Voy con Colombia, usted nos quiere ayudar? Deje de producir cocaína, que al final termina pasando por nuestro suelo rumbo a estados Unidos, deje de permitir el contrabando de nuestra gasolina…”“Estados Unidos, Quiere Ayudar? Derogue el decreto de Obama,”

Pero mas allá de eso ya la reunión se dio y ya los que la apoyan dieron su cara, aunque no hubo nada definitivo de esa reunión, el daño está hecho, ahora la pregunta reglamentaria es: ¿Que viene?

El gobierno venezolano debería, por lo menos llamara a consulta a sus embajadores de esos 20 países quienes presionados, comprados o como sea se pusieron abiertamente en contra de nuestro gobierno.

Se dice que la lucha no es contra los pueblos sino contra los gobiernos, pero lamentablemente si el pueblo no siente el efecto de la guerra no entiende lo que está pasando, o no es contra nuestro pueblo que está dirigido el ataque económico que le quita paulatinamente apoyo y popularidad a nuestro gobierno?. Hay que cortar de inmediato el suministro de petróleo de PetroCaribe a los países de esta organización que se pusieron en contra de nuestro gobierno.

La consulta sobre si debemos salirnos o permanecer dentro del ministerio de las colonias ya tiene votos: la mayoría dice Salir de la OEA, esa consulta debe incluirse en la boleta de las próximas elecciones a gobernadores y alcaldes en forma de plebiscito.

Por otro lado visto el alcance que tiene la penetración de la oposición venezolana refrendando la acción contra la patria que ejecuta estados unidos a través de la OEA esa Asamblea Nacional debe ser anulada y los ciudadanos que están haciendo las veces de diputados incursos en el delito de traición a la patria formalmente acusados y puestos a la orden de la fiscalía.

La inmunidad parlamentaria tiene un alcance como bien lo estipulo la Sentencia 155 del TSJ, no hace falta ser abogado ni mucho menos magistrado para entender lo que dice el artículo 2000 de nuestra constitución, así que con esa Asamblea en desacato no hay diputados ejerciendo sus cargos.

No hay nada que celebrar pues la asamblea de la OEA el martes pasado fue solo una batalla de las tantas que aún faltan por librar, aprovechemos el triunfo (ni se aplico la fulana carta ni siquiera se aprobó el documento de resolución que habían elaborado).

El siguiente paso es llamar a consulta a los embajadores para que sientan que Venezuela no está jugando y la patria de Bolívar se respeta. Hay embajadas como la de Canadá por ejemplo que ni siquiera hace falta que este en nuestra patria, por cierto.

Después de la batalla de la OEA la lucha sigue…



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Oscar Jiménez


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