A estas alturas de la historia mundial se vienen evidenciando más que nunca, los intereses particulares de las superpotencias como parte de la nueva dominación geopolítica, de allí que los factores de poderes fácticos encabezados por USA, están bien definidos en su estrategia imperial; estos no tienen otro objetivo que el implantar la unipolaridad que los erigiría como los amos del planeta y para ello, sin duda, utilizan los más diversos mecanismos, medios y recursos.
Los Estados Unidos, siempre en mente y en la perspectiva de factor hegemónico, insisten en imponerle al mundo su sistema de dominación mediante las distintas diversas formas de persuasión y cuando no les resultan estas utilizan la guerra abierta en la perspectiva de una guerra total y destructiva, pues, al final, ellos contabilizan a su favor la reconstrucción. Siendo así, estos imperialistas, sabiendo del repudio, resistencia y disposición de combates de los pueblos y gobiernos libres para la resistencia activa, no pierden oportunidad, se preparan y actúan; amén de las racistas políticas migratorias implementadas para impedir la migración de “lo/as indeseables” hacia el sueño americano o las de protección a su economía transnacionalizada en cualquier lugar del planeta, ya tiene previsto que cualesquiera afectivos o potenciales enemigos pudieran lanzarles al propio territorio estadounidense, armas capaces de producirles daños materiales y humanos significativos, ante ello trabajan, si no lo tienen listo, en el proyecto de los escudos antimisilísticos tipo guerra de las galaxias a lo Ronald Reagan como se le conoce, para que no les entre ni coquito.
Para los gringos no existen soberanías que respetar, así, como parte de su política internacional solo se trata de intereses, socios y negocios para ganar ganar, por eso, que ese concepto de soberanías nacionales que propugna la misma ONU., por la vía de hecho a las otras naciones del mundo no les es reconocida por los EE-UU; ellos unicamente asumen y por ende solo defienden intereses estadounidenses donde quiera que estén y contra quien sea, tal como lo han demostrado en todas las regiones del planeta. Los gringos se sienten y se asumen capaces de torcerle el brazo al más pintado y si las naciones no se dejan, crean las condiciones para desestabilizarlas a tal punto que logran que las “instituciones u organismos internacionales” actúen en su nombre e intereses, bien sea imponiendo sanciones económicas, declarando la guerra abierta o con invasión multi o unilateralmente; casos, existen bastante.
Ahora bien, los estados modernos resultados de la reorganización internacional al fin de la 2ª Guerra Mundial, como muestra de diferenciación sustancial, o más bien maquillada, determinó que todos los estados que conforman sistema de las naciones han de ser soberanos, independientes y autodeterminados, pero, qué es realmente la SOBERANÍA, para ello podemos acudir a la definición clásica: Es el poder superior; es la suprema autoridad, es la manifestación que distingue y caracteriza al poder del Estado, por lo cual se afirma su superioridad jurídica e institucional sobre cualquier otro poder, sin aceptar limitaciones ni subordinaciones que cercenen sus facultades ni su independencia dentro de su territorio y posesiones.
Ahora bien, nuestra constitución de la República consagra como Principio Fundamental en su artículo 1° que la República Bolivariana de Venezuela es y ha de ser siempre irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional. De igual manera consagra como derechos irrenunciables de una Nación independiente, libre, soberana, inmune, íntegra en su territorio y autodeterminada. En este sentido o mandato constitucional, el Estado o más bien lo/as ciudadano/as investido/as o no de autoridad emanada de la soberanía popular, tiene la sagrada misión y obligación de propugnar como valores superiores del ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político, así como los fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en la Constitución, mientras define que la educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines.
Esta reflexión me lleva a unas interrogantes que seguramente muchas tendrían bastante respuestas casi inmediatas, basadas en la doctrina constitucional arriba plasmada. Sabemos que ante los intereses que han estado en juego desde la misma propuesta e iniciativa constituyente del Comandante Chávez en 1999, vistos las acciones de los enemigos internos y externos de esos principios y valores contenidos en la Constitución como esencia de la soberanía de Venezuela y en función de sus ciudadanos, pregunto qué nos viene faltando para ir más allá de su consagración y concreción. Acaso se trata de falta de voluntad, condiciones objetivas o recursos? Me atrevo a pensar en un anécdota referido por recientemente el presidente Nicolás Maduro en ocasión de la presentación junto a Elías Jaua, de un proyecto ante el Comandante Chávez, Chávez les dijo más o menos así, ah sí, muy bien, todo muy buen, pero, les pregunto, dónde está el enemigo allí, explicándoles luego que el enemigo siempre va intentar sabotear todos proyectos que choquen con sus intereses, y no cabe duda que los principios, valores y fundamentos que sustentan nuestra soberanía han sido, son y serán torpedeados por los enemigos históricos de adentro y de afuera, tal como lo han demostrado con toda la fuerza y recursos a su disposición desde un principio.
También cabe preguntarse sin dudar que estos valores de la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político, los fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo seguirán vigentes en la nueva constitución resultante de la Constituyente 2017, qué mecanismos podrían estar previstos en la nueva constitución para evitar que la derecha tenga oportunidad de sabotear o manipular las libertades democráticas; cómo evitar que la figura de los derechos humanos y la libertad de expresión por ejemplo les permita torpedear a nuestra soberanía y asimismo trastocar a la población fundamentalmente joven, quienes son en definitiva la máxima expresión de la nación del presente y del futuro; qué hemos de hacer constitucionalmente para que los organismos internacionales controlados por los gringos, no justifiquen sus acciones contando aquí con gendarmes de nacionalidad venezolana que directamente vienen actuando a sus anchas y cada día con más evidencia en favor de los intereses imperiales; en fin, cómo blindarnos como una Patria Soberana en el más amplio significado político cuando la contradicción principal seguirá siendo entre el imperio USA-UE y la República Bolivariana de Venezuela a la cabeza de América Latina?.
Bien, sé que no nada fácil, pero al ser electos el 30/J los constituyentes 2017, emanados de la soberanía popular para lograr el resultado final del proceso constituyente, tendrán ello/as la primera y más comprometida responsabilidad de modo que desde la nueva Constitución Bolivariana de Venezuela tampoco nos entre ni coquito.