¡Es mejor que digan que aquí corrió uno, a que aquí quedó uno! Al compañero Almagrotesco parece que los países miembros de la OEA le van a aplicar la Carta Democrática, porque se le ocurrió decir una vaina que después dijo que no dijo. Es decir, dijo que no se descartaba una invasión contra Venezuela, y ahora dice que donde dije digo no es digo lo que dije sino Diego, una vaina que ya es típica de nosotros desde que nos metimos en el golpe aquel del 2002 que empezamos a decir que yo no firmé, que a mí me llamaron, que yo no estaba, vine a buscar a mi mamá me mima, que por allá fumea, y a Almagrotesco se le pegó esa vaina nuestra, lo que quiere decir que ya se jodió.
También la gente del Grupo de Esgrima, porque están entre la espada y la pared, le dijeron a Almagrotesco que ni de vaina, que avisa con tiempo cuándo vas a decir una pendejada como esa, para ver si nosotros estamos de acuerdo, pero cómo se te ocurre, ¿tú eres loco? Y además, ya la gente del New York Time también le habían enviado un mensaje a Trump: allá en Venezuela manda papá Montero. Y el hombre se achantó. Los que no hemos dicho un carajo somos nosotros, la gente de la oposición, qué vergüenza con esa gente que nos apoya. Ahora sale el Duque de Uribe a atacar al país, y uno busca lleno de esperanzas el camino que no encuentra por ninguna parte.
Y para más remate de saldos, no criticamos el viaje a China del dictador y su pueblo, - fue un gentío- sino que empezamos, como unos mismos bobolongos, - con el permiso de Miguel Enrique Otero- a criticar una papa que se metió el dictador con su primera combatiente allá en Turquía, coño, no hay derecho a ser tan estúpidos y más allá de mas nunca. Y de paso, no conforme con caerle encima en las redes, salió el compañero Marco- Truhán- Rubio a dar una orden de cacerolear los restaurantes del señor que invitó al dictador a comer en Turquía, y nos fuimos como unos mismos bolsiclones en Miami a decirle al tipo que no es no. Es que tenemos una mala calidad comprobada en las vainas que hacemos. La verdad es que alguien que sea capaz de seguir a Marco Rubio, lo único que demuestra es que es un incapaz, no queda otra vaina que pensar. Uno pensaba que no quedaban más errores que cometer, y aparece este Rubio diciéndonos, "epa, aquí hay errores que jode", y allí caímos como somos novios y mantenemos un cariño limpio y puro.
El papá de Margot está asustadísimo. "Almagro enloqueció con esa vaina de la invasión. Eso lo que demuestra es que está arrecho con la oposición nuestra que no sirve para un carajo. Ya ese hombre no sabe qué hacer. Ni yo tampoco." Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió aquel coñazo tan duro, que un tipo gritó: "comenzó la invasión"
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Mambrú se fue a la guerra, qué dolor, qué dolor, qué pena.- Me canta Margot