Agresión imperial, un formato repetido

Desde su fundación, los Estados Unidos de Norte América, ha impuesto a sangre y fuego su modelo económico y su hegemonía cultural. Así la guerra ha sido su gran negocio y con ella ha posicionado, salvo honrosas excepciones, la vacuidad de su pensamiento y la negación de la historia contra cualquier praxis alternativa, que contradiga su mandato imperial.

En ese sentido, una larga lista de invasiones y devastaciones decoran el currículo bélico de los gobiernos norte americanos y tal ha sido su nivel malévolo perfeccionamiento, que sus acción están determinada por un guion estandarizado para derrotar gobiernos, apropiarse de los recursos naturales, lograr jugosos contratos de reconstrucción y sustituir a las fuerzas militares y policiales de esos países, por la activación de contratistas asesinos con los cuales mantienen el estado tensional sin afectar la necesidad por el gasto militar y armamentístico para todos los agente intervinientes en la confrontación.

En términos generales el guion es el mismo que aplicaron en Libia, Siria, Afganistan, Panama, Grenada entre otros y sus elementos mas resaltantes son:

- Provocar una reacción militar de parte de las FANB la cual sea presentada en las redes y los medios como una acción intencional ofensiva de carácter bélico contra los pacíficos golpistas. En esa etapa es imprescindible para el invasor, tantos muertos como sea posible y si son del bando opositor, tal como sucedió el 11ª en Venezuela, es mejor

- La invasión militar debe ser encabezada por mercenarios extranjeros y fuerzas militares de los países vecinos y el paramilitarismo delincuencial contra del Gobierno legítimo.

- Como el objetivo de la invasión no es una obra pía para establecer la supuesta democracia del Capitán América y la libertad que grita Superman, es menester tomar posesión de las reservas de petróleo, auríferas, ferrosas, diamantíferas etc., privatizar sus industrias, transfiriendo el control y propiedad de esa riqueza a manos extranjeras.

- Deslegitima al gobierno nacional y rompen la paz pública provocando el caos en todas las instituciones

- Desconocen la autoridad del Gobierno y se suman a la insurrección creando un Gobierno paralelo que llamarían Consejo Nacional de Transición (CNT).

- Es allí donde entra en actuación los grupos mercenario los cuales intensifican los niveles de violencia en las ciudades.

- La OEA ataca y certifica la ilegitimidad del Gobierno por supuestos toda acción legitima en el uso proporcionar de la fuerza, es calificada de crímenes de lesa humanidad.

- En la medida que el conflicto avance, se sumaran socios para repartirse el botín saqueado.

Como se puede observar, estamos ante un formato repetido y apenas ajustado a las características particulares de nuestro contexto territorial.

Cuatro años de guerra sostenida, las victimas somos todos los que aquí habitamos y las motivaciones siguen siendo el tomar a cualquier costo y por cualquier via el poder.

Amigo lector, piense por un instante, que era Libia y que es ahora. Que era Irak y que es ahora, como estaba Siria y como está ahora. La respuesta es más que evidente.

El oposicionismo tiene sus intereses económicos bien definidos, ninguno de ellos tienen algo que perder, todo lo contrario, a mayor desgracias propinadas a la patria, mayor será su estado bienestar, ojala que me equivoque y emerja la sensatez.



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Ángel Rafael Tortolero Leal

Profesor Investigador Titular en la UNERG, Diplomatico Ex Embajador, Analista Internacional, Miembro del Centro de Estudios Socialistas Jorge Rodríguez. Internacional Bolivariana y Miembro de la Línea de Investigación: Políticas Publicas y Pensamiento Contra Hegemónico. Militante del PSUV

 angeltortolero@gmail.com      @ANGELTORTOLERO1

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