El psicópata Donald Trump, el más grande infanticida del planeta

No voy a dar un tubazo periodístico; como he dichos otras veces, no creo que se pueda decir algo sobre la dimensión destructiva, asesina y criminal del imperio gringo, que no se sepa en el planeta.

De lo que si estoy convenido es que así se tenga conocimiento de la naturaleza hamponil de esos facinerosos, hay que seguir diciéndolo, primero, porque hay cosas que no se pueden callar, como es el asesinato de niños que ha ejecutado el psicópata Donald Trump en el mundo y, segundo, porque no se debe ser cómplice de esos jefes de gobiernos, representantes de los organismos multilaterales, que hacen silencio, unos por arrastrados y otros por miedo, por cobardes, porque les tienen pavor.

Curiosamente no hay cifras de los niños que los EEUU ha desmembrado en el mundo en sus ocupaciones, en sus bombardeos, por lo menos que puedan leerse en internet, así como la canalla mediática lleva cuenta de los asesinatos que en Venezuela comete la oposición terrorista, para atribuírselos injustamente a nuestro conductor de victorias, Nicolás Maduro Moros.

Me imaginé una lista por países de muchachitos destrozados por el fuego de las bombas y los misiles gringos, pero solo me topé con algunas cifras aisladas, de todas maneras, sabemos que, ante la arremetida criminal de ese imperio asesino, caen niños por montones. En una sola sumatoria por ahí deambulando sobre Siria, pude leer que en apenas unos días de bombardeo el psicópata Donald Trump mató 60 criaturas.

Y reflexionando sobre esa condición del mayor infanticida del planeta, siento que no es solo el asesino tradicional que mata y ¡ya!, no, este monstruo va más allá, se regodea en la sangre, en el sufrimiento de sus inocentes víctima, parece sentir placer en el dolor de los pequeños en desgracia.

Lo vimos cuando ordenó separarlos de sus padres migrantes mexicanos, ahí llamaba la atención su estado imperturbable a pesar de la gravedad de su medida, algo propio de un psicópata, de un ser sin escrúpulos. Muchos infantes aun andan huérfanos sin poder encontrar a sus progenitoras.

Pienso además en la situación de los 25 niños que se encuentran aquí en Italia, que no reciben asistencia médica, porque el Gobierno de Trump les tiene bloqueados los recursos para el trasplante de sus médulas óseas. Eso es algo diabólico, que trasciende al homicida tradicional, es una actitud de un ser enfermo, desquiciado. El simple homicida mata, pero, repito, no se pavonea en la aflicción del perjudicado ni en la perversión de hacer daño, como el gran infanticida del mundo. El sabe que esos muchachos se mueren por su culpa y permanece inmutable, más bien gozoso, pareciera que no le corre sangre por las venas.

¿Será que no tiene nietos, sobrinos, amigos con hijos, como los que manda a matar en sus bombardeos? ¿Será que ni en algún momento absorto o de ocio en su vida recuerda a sus hijas pequeñas, lo que le duelen a uno los muchachos? ¿Sería tan infeliz cuando sus hijas estaban niñas? No sé cómo calificar ni que pensar de una persona que sabe que está matando muchachos y no siente ni siquiera el más mínimo remordimiento. No es capaz de ponerse, aunque sea un segundo, en los zapatos de esos padres, de esas madres, con sus hijos hechos pedazos en los brazos.

Lo que hace con los niños hospitalizados en Italia es algo horroroso, propio de películas de terror; aquí tenemos 25 pequeños en peligro de muerte recluidos en centros asistenciales de Roma, Milán, Génova, Torino, Bologna, Pavia, Umbria, porque le tiene a Pdvsa represados los dólares de hacerles sus respectivos trasplantes de médula ósea.

Ya uno de esos niños, Giovanni Figuera, murió por culpa de su criminal bloqueo económico y financiero, y la fundación italiana que está a cargo de la situación confirmó que ya no podía hacer más nada sin dinero; nuestro canciller Jorge Arreaza hace todas las gestiones necesarias para garantizarles a los pacientes su respectivo tratamiento, aunque le ha sido imposible.

Hizo pública, incluso, la denuncia ante la ONU buscando sensibilizar al mundo sobre lo que ocurre con estos infantes que se podrían salvar si Trump les permite el pago de su asistencia médica. Venezuela tiene cinco mil millones de euros represados por parte de Citibank, Novo Bank, Banco de Inglaterra, North Capital Bank, entre otras entidades financieras.

Recientemente, 19 organizaciones no gubernamentales internacionales y movimientos sociales apoyando nuestros reclamos, protestaron en la embajada de Portugal en Caracas, para que el Novo Banco de ese país, libere los recursos de atender a los niños recluidos en Italia, de Italia y de cualquier parte de Venezuela, porque en la Patria de Bolívar también hay niños en peligro de muerte sin medicamentos por el bloqueo de ese infanticida.

Así como lo lee camarada lector, camarada lectora, así de esa magnitud es la perversión de un ser tan despreciable como Donald Trump…Ojalá Dios, porque solamente Dios mediante un milagro, puede sacar el odio y la frustración del corazón de un psicópata como ese monstruo.

Para colmo de males, contamos con una oposición que en lugar de sumarse a la solución de estos problemas que afectan directamente al pueblo venezolano, se suma a la desestabilización del país como hicieron hace días los hampones Juan Guaidó y Leopoldo López, cabecilla de la organización terrorista Voluntad Popular, quienes apoyan al mayor infanticida del planeta, que sigue asesinando niños en Venezuela y en cualquier parte del mundo con bloqueos financieros o con bombas y misiles.



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Gian Carlo Di Martino

Politólogo, profesor, abogado. Ex-Alcalde de Maracaibo. Cónsul de Venezuela en Milán - Italia.

 giancarlodimartino2017@gmail.com      @gcdimartino

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