Aun cuando el imperialismo gringo posee el arsenal militar más poderoso del planeta y mantiene una racha de agresiones a la Humanidad, desde invasiones a países de varios continentes y daños irreversibles al medio ambiente más una población con alto índice de adicción psicotrópica, sin embargo, en veinte años continuos ha demostrado una torpeza abismal cuando escoge títeres para provocar violencia y consumar golpes de estado que instauren gobiernos a su medida, por lo menos, en el caso de Venezuela.

El fallido golpe de estado del pasado 30-A,  organizado por el par de  “Títeres Inoperantes Activos “(TIA), llamados Guaidó- López,  volvió a revelar las órdenes injerencistas enviadas por los  tanques pensantes anidados en la Casa Blanca, Departamento de Estado y CIA. La lista de político-empresarios venezolanos fichados por el gobierno de turno de EEUU (Bush-Obama-Trump) para derrocar a los presidentes Chávez y Maduro, respectivamente, es larga y tediosa.

Estos neo- “cachorros del imperio”, como los calificaría el comandante Chávez en su tiempo, han sido traidores y mediocres si nos atenemos a los resultados. Derrota tras derrota en el terreno electoral, diplomático y militar indican que estos siniestros personajes de la Derecha Venezolana no tienen capacidad para crear una idea, un proyecto, un liderazgo, un discurso  que convenza por lo menos a la mitad de los venezolanos y venezolanas.

Desde la rancia cogollocracia adeco-copeyana derrotada abrumadoramente en las elecciones de 1998, hasta los abortados y grises líderes de Primero Justica, Voluntad Popular y cuanto partido en alquiler aparece,  hemos visto malogrados golpes de estado, paro petrolero desarticulado, huelga general evaporada, manipulación mediática despiadada, guarimbas  criminales , asesinatos xenófobos, apagones inducidos, chantajes patronales, asedio diplomático y boicot financiero internacional  hasta el defenestrado alzamiento seudo militar del 30-A .

Tanto los primeros como los actuales títeres incoloros han demostrado, con  absoluta crudeza,  insuficiencia mental, política, táctica y estratégica. Siempre terminan como hambrientos falderos de los gringos imperiales. Sinvergüenzas, convictos y consumados,

La única habilidad, maña y cinismo exclusiva de esta camada de líderes de plastilina es la capacidad desarrollada para "chulear" a sus propios amos del norte. Han recibido miles y millones de dólares a través de falsas ONG`s, en cuentas cifradas fuera y dentro del sistema bancario nacional e internacional, paraísos fiscales,  cuentas personales (caso Julio Borges). Viajan al exterior con viáticos holgados y hacen reservaciones en hoteles cinco estrellas. Reciben “asilo”  en gobiernos donde los presidentes son perdularios declarados al servicio de la troika malévola norteamericana y, adicionalmente, se venden como prostitutas de alcurnia.

No dejan de ser peligrosos pero parecen perros callejeros (con respeto a la libertad y cariño de estos animales, bellamente inmortalizados en la canción del recién fallecido Alberto Cortez). Presos o con inmunidad parlamentaria no logran hilar los sentimientos y la sensibilidad política de la población. Son cómplices de una estrategia geopolítica norteamericana, pero aunque ocupen un puesto  de relleno, lo hacen mal. Son culturalmente torpes. Intelectualmente insuficientes.

Los que continúan en Miraflores y movilizan una gruesa cantidad de seguidores cada vez que salen a marchar o votar,  cometen errores económicos que no necesitan cuestionarse porque la hiperinflación habla por sí sola. La corrupción a pequeña, mediana y gran escala goza de robustez, la ineficiencia administrativa alcanza niveles espantosos y obscenos , mientras el impune nepotismo hace recordar una de las tantas razones por qué se conservan en el infierno, los jerarcas de AD y Copei. 

La estructural y transitoria crisis del capitalismo pro imperial venezolano va asfixiando  el alma, conciencia y  estómago del pueblo. Por todos lados sufrimos las consecuencias del boicot económico - financiero internacional. La podrida “comunidad internacional” no deja de mancillar la soberanía del país, no obstante, las calles siguen vacías de protestas furibundas, tipo Caracazo-1989. El sonido de las tripas en los casi treinta y tres millones de barrigas venezolanas, es cada vez más continuo y  llamativo.

Mientras esto ocurre, los nuevos chulos de la CIA, Casa Blanca y Dpto. de Estado se toman “selfis” (cual quinceañeros trasnochados) para luego insertar en las redes sociales. Luego cuentan el número de "seguidores invisibles" por si, de pronto  los dueños de Facebook, Youtube, Instagran, Telegran los bonifican con unos cuantos dólares.  Conceden entrevistas a medios de información, internos y externos, con un guión preestablecido y previa sugerencia de los asesores de imagen.

Vivimos una mezcla venenosa de tres elementos claves para entender la dimensión de la crisis. Por un lado, dirigentes de derecha  eunucos ideológica y doctrinariamente, con escasísima  moral y exorbitante vocación anti patria. Por el otro, una vanguardia, raramente de izquierda, moviéndose  en el cuadrilátero de la realidad, ejecutando decisiones económica-política y comunicacionales inconsistentes pero, con una firmeza admirable en el tema de la soberanía nacional.

Y, finalmente, el pueblo de a pie, el de las cajas de CLAP, con fiestas los fines de semana, haciendo “cola” en una agencia de lotería, quejándose  hasta por el retraso de las lluvias y el exagerado costo de la botella de cocuy. Esperando que un Mesías descienda del planeta Marte para gobernar desde Miraflores y vuelva el derroche, el nada-me- importa y la importación de bisutería.  

A este coctel de factores endógenos, por demás venezolanísimo, habría que añadir en honor a la diversidad de criterios propios de nuestra débil formación política, el vendaval de fatalistas que anuncian “el fin de la historia” de Venezuela. Para estos "meteorólogos de tragedias", Venezuela se derrumbó. Se acabó. No vale nada, por lo tanto hay que tirar la toalla o irse a otra nación a soportar la misma crisis, en otro idioma y otra pronunciación del castellano.

En fin, mientras los gringos buscan títeres inteligentes, con buena recompensa de por medio, para que permitan robarse nuestro petróleo, la república toda resiste el asedio canallesco interno y externo, se fortalece la red especuladora enriqueciendo a pocos y empobreciendo a muchos. Pequeños pero poderosos grupos económicos, haciendo jugosos negocios con cierta camarilla corrupta oficial. El día a día es una ruleta mortal que va disminuyendo, peligrosamente, la paciencia e impotencia colectiva.

En medio de los truenos de invasión gringa y las predecibles secuelas de una realidad hipercrítica, hay que dar un paso hacia adelante. Armarnos de conciencia y valor, participar directamente en nuestros espacios de vida y actividad económica-social-cultural y deportiva locales. Contribuir en la solución práctica de los problemas comunitarios. Vencer el desaliento ante la inercia administrativa gubernamental y asumir una actitud humilde, respetuosa, consecuente y proactiva, porque tiene más sentido arrogarse la responsabilidad individual y corresponsabilidad colectiva que seguir culpando a los demás por lo que pasa en el país.

Una flor no hace la primavera pero sí advierte que la naturaleza está viva, como viva está la historia de la Venezuela  capaz de vencer las dificultades y avanzar por encima de las piedras. No es la primera vez ni será la última  crisis que nos coloque, cara a cara, como pueblo o como una masa indiferente de habitantes. Nademos contra la corriente con la certidumbre que saldremos del naufragio con líderes capaces para cogobernar y una conciencia firme  de nuestro pasado y presente.

O nos atrevemos a ver la crisis como una oportunidad para deslastrarnos de una falsa conciencia, alienada y enajenada ,convencidos de que este es el momento para deshacernos de líderes no aptos para el ejercicio del poder o terminamos como un país inmensamente pobre de futuro.