El gobierno corporativo de los estados unidos de Norteamérica, desde George Washington en 1789, pa’ acá, ha tenido 44 presidentes y, cada uno de esos gobiernos, uno más que otro, se ha dedicado a imponer decisiones y a caracterizar condición social en otros países según sus necesidades, un país que por sus ambiciones , ha tenido gobiernos guerreristas que siempre están saqueando, atacando, apropiándose y violando derechos en los países donde colocan su bota, pero además, un país donde hasta respirar, se ha convertido en una violación a los derechos humanos. El comandante Chávez decía, que el problema no era el hermano pueblo norteamericano, que el problema era, el departamento de estado y sus políticas, que el problema era el gobierno que ha amenazado e invadido de manera grosera a los países con las mayores riquezas energéticas en el mundo, buscando imponerse, saquear y destruir. Hoy, ese imperio de papel maché, está en decadencia.
Para entender la arremetida contra Venezuela, debemos recordar los procesos conspirativos que hubo antes contra Afganistán, Siria, Libia, e Irak hoy todas destruidas luego del paso del perverso gobierno gringo, pero además su desesperación supremacista, lo lleva a mantener bloqueada a Irán y a Cuba, países hermanos que han osado retarlos y a seguir avanzando por el sendero de su soberanía y que junto al pueblo de Bolívar y Hugo Chávez, han experimentado un método táctico de defensa integral que los tiene frenados. Un pueblo noble pero aguerrido dispuesto a todo para garantizar la continuidad de la revolución. Ese imperio en decadencia, continúa en pleno siglo XXI aplicando su política de asfixia como hiciera el policía blanco con el negro Floyd. Lo que jamás imaginaron, era que, lo que ellos han financiado en otros países para desestabilizarlos, lo está sufriendo en carne propia, pero sin financiamiento y convertido en la primavera negra.
Ciertamente tenemos tres enemigos a combatir; el Covid 19 que lo estamos conteniendo con la habilidad y el compromiso del presidente Maduro, el imperio en decadencia que hoy dirige Trump, que nos quiere doblegar y que nos está robando nuestra tranquilidad, dado que necesita nuestros recursos y, lo más triste, con ayuda de dirigentes de la oposición venezolana, quienes resultaron ser unos indolentes y traidores y, por último, el más peligroso de los enemigos, nuestras miserias y en ella; la deslealtad, el egoísmo, el desconocimiento hacia las capacidades del otro compatriota, el sedentarismo político y el saltimbanquismo, se fijan porque es el más peligroso? De ese debemos cuidarnos.
Lo cierto es que una vez superadas las batallas contra estos tres enemigos, estamos condenados a seguir profundizando el espíritu del comandante Chávez, a seguir luchando por la prosperidad y la reconstrucción social de la dignidad de todas y todos, sin dejar de lado las acciones de un desesperado imperio que está en decadencia.
A LO INTERNO: Me gusta cuando ventea, porque espanta el basurero.