¿Venezolanos?

¡Señor historiador Guillermo Morón! No pueden ser honorables, ni dignos de respeto los que comprometieron los destinos de la Patria. José Antonio Páez traicionó, destruyó su obra y expulsó de Venezuela al Libertador Simón Bolívar. Si los que atentan contra las leyes de la república padecieran en vida lo que mal hicieron, otra sería Venezuela. ¿Jura Usted respetar la Constitución y las Leyes de la República? ¿Cuántas veces los que han tenido en sus manos los destinos de la Patria se han saltado alegremente este juramento, sin que nada les suceda ni en vida ni después de muertos?

Ayer todavía la Capitanía General de Venezuela, tenía una superficie de Dos Millones y medio de Kilómetros cuadrados, sin tomar en cuenta nuestro mar territorial. Las fronteras correspondían a las provincias que constituían La Real Audiencia de Caracas, creada en 1786, que iban desde el río Esequibo al Cabo de La Vela en la Península de la Guajira; en dirección suroeste los territorios de Arauca, Llanos de Casanare, Vichada y Guainía, y por el río Icana hasta su encuentro con el río Negro, siguiendo hasta su afluente el río Branco; de allí a la Sierra Acaraí en el sureste de Guayana donde nace el río Esequibo y por el curso del mismo hasta el Océano Atlántico, estas eran nuestras fronteras originales.

Unos meses antes del Tratado de Coche, el General Páez y la oligarquía criolla, por mediación del ministro plenipotenciario Don Pedro Rojas, le envían correspondencia a su Majestad Británica para que intervenga militarmente en Venezuela los ayudaran a derrotar a los Federales y los dejaran a ellos en el poder; a cambio le cedían todo el territorio al sur del río Orinoco; se quedaron con el Esequibo.

Dos meses antes de entregar el gobierno, López Contreras firmó un Tratado de Límites con Colombia que nos costó 500.000 Km2 de nuestro territorio, dejó a Venezuela sin la Península de la Guajira, los territorios de Arauca y Casanare e hizo a la hermana República ribereña en el Orinoco. López dijo, que éramos un país inerme, que no había ejército, que hubiésemos sido aplastados, que era un sacrificio inútil. Es muy diferente que nos arrebaten por la fuerza un pedazo de territorio como le sucedió al Ecuador, a reconocer por contrato la legitimación de un despojo. ¿Es que acaso no pensaron en las terribles proyecciones que el hecho concitaría contra la soberanía nacional?

Después los ajustes con Brasil, iniciados por Santos Michelena y continuados por una comisión de ambos países, les conceden derechos sobre el territorio al sur de la Sierra de Pacaraima (lo que es el actual Estado de Roraima) hasta el río Negro; dijeron que teníamos mucho territorio. Estos ajustes, reducen nuestro país a 912.050 Km2.

Uno de los grandes culpables de estos despojos fue el Presidente Antonio Guzmán Blanco, que para ponerse en un título de Conde o Marqués, le ordenó a su pupilo Andueza Palacios, que la Reina de España debía ser árbitro, en la delimitación de nuestra frontera con Colombia. ¿Cómo se les ocurre, no fue acaso, Simón Bolívar y los Venezolanos quienes le arrebataron a España su Imperio en América?

En el gobierno de Carlos Andrés Pérez, Parte I, querían entregar a Colombia el Golfo de Venezuela, habían unos textos en la educación primaria donde mencionaban Golfo de Coquivacoa y lo compartíamos con Colombia.

Cuando el golpe de estado de Abril 2002, iban volver a las andadas, esta vez con los Estados Unidos, Colombia sería ribereña en el Lago de Maracaibo.

¡Señor historiador!, ante estos desafueros, usted guardó un silencio sepulcral.

Yo acuso. Yo te emplazo. Yo demando.

ataibos@cantv.net







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Manuel Taibo Fernández.


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