Uno de los primeros actos de gobierno de Biden fue extender por un año el decreto de Obama, que definía a Venezuela como «una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de Estados Unidos», y que allanó el camino para un posterior endurecimiento, todavía en progreso. El 17 de marzo, el senador Rick Scott, acompañado del habitual Marco Rubio y sus compinches, aprobó una ley que prohíbe a las agencias federales cualquier relación comercial con personas o empresas «que apoyan al régimen» o estén vinculadas al presidente Nicolás Maduro. Una ley denominada «Ley Bolívar» fue aprobada por unanimidad en el Comité de Asuntos Gubernamentales y Seguridad Nacional del Senado de los Estados Unidos la Ley de Prohibición de Operaciones y Arrendamientos con el Gobierno legítimo Venezolano, la cual prohíbe a «las agencias federales hacer negocios con cualquier persona que apoye a nuestro Presidente Nicolás Maduro».
Según informó el senador Rick Scott, esta normativa fue patrocinada por sus pares Jacky Rosen, Marco Rubio y Thom Tillis. en abierto desprecio por el bicentenario de la Batalla de Carabobo, que Venezuela celebra este año junto a movimientos populares de todo el mundo.
La Comisión de Servicios Armados del Senado estadounidense.dijo el martes el almirante Craig S. Faller, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el mando castrense estadounidense se refirió a los problemas económicos que existen en Venezuela, los cuales, a su juicio, han acelerado el éxodo de venezolanos..reconoce que el Gobierno venezolano continúa fuerte y estable Asimismo, dijo a los senadores que la influencia de Estados Unidos se está "erosionando" en la región, donde va "hundiéndose en la influencia china", advirtió.
En este sentido, reiteró las acusaciones antichinas de EE.UU., afirmando que Pekín está utilizando la ayuda a los países en plena pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, como una palanca para persuadir a otras naciones a asociarse con el gigante asiático en proyecto de infraestructura.
Por su parte, el general Glen Van Herck, jefe del Comando Norte de EE.UU., lanzó una advertencia similar, indicando que Washington "se está quedando atrás" en una competencia con Moscú y Pekín. Es una situación bastante compleja.Yo espero que no lleguemos a intervenir. Y creo que lo mejor es buscar una solución pacífica. No tiene sentido, especialmente para los intereses estratégicos de Estados Unidos, promover una guerra civil o una intervención militar en nuestro hemisferio.
Esto mientras, Caracas denuncia que son las sanciones coercitivas de Washington que fomentan la migración irregular, pues se han impuesto al país bolivariano a fin de perseguir la destrucción de la economía venezolana. la crueldad de las sanciones criminales de EE.UU., promovidas por un puñado de políticos malintencionados, malvados y muy corruptos de la derecha venezolana". Sí es cierto que muchas entidades financieras a nivel mundial han dejado de operar con bancos venezolanos, especialmente con los estatales, desde hace varios meses. Este cese de operaciones se realiza más de manera preventiva que en base a alguna sanción, y logra que el flujo internacional de activos de las entidades estatales venezolanas sea más difícil, aunque ciertamente no imposible.
Las mal llamadas "sanciones" de EE.UU, la dirigencia de esta derecha política criolla ha hecho negocios descaradamente sucios para robarse los recursos de Venezuela en el exterior, entre ellos la empresa Monómeros que está en Colombia y la empresa Citgo, en suelo estadounidense. Antes de que las «sanciones» impuestas por Estados Unidos, avaladas en varias ocasiones por la Unión Europea, y el robo de los activos de Venezuela en el exterior, tras el bloqueo del oro en los bancos europeos, Las «sanciones» impuestas al socialismo bolivariano desenmascaran a los propios mecanismos de la democracia burguesa, exponen sus dobles raseros. El viceministro de Políticas Antibloqueo, William Castillo, lo explicó magistralmente, al inaugurar la Cátedra antibloqueo, en su informe «Cinco mitos sobre el bloqueo de Venezuela». Por un lado, el imperialismo niega los efectos reales de las «sanciones», mientras que por el otro aplaude su efectividad, en el transcurso de numerosas declaraciones emitidas por sus máximos representantes. Según la página web de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac), desde el inicio de las sanciones económicas emitidas por el Departamento del Tesoro en enero de 2019, más de 87 empresas han sido incluidas en la lista negra por mantener relaciones con el gobierno de Maduro y con Pdvsa. Estados Unidos ha tratado de evitar el comercio de petróleo y la compra de alimentos y medicinas por todos los medios: desde el bloqueo de barcos, hasta la persecución y chantaje de empresas e instituciones, y autoridades portuarias.Violaciones flagrantes de esos «derechos humanos» con los que los países capitalistas se llenan la boca, mientras pisotean los derechos básicos de las clases populares. Violaciones, incluso, de la libertad de comercio, tan alabada en los países capitalistas. Una cadena de opresión que utiliza las instituciones internacionales para cometer aberraciones legales que deberían inquietar a más de un demócrata. Así lo demuestra el caso del empresario colombiano Alex Saab, cuya empresa fue sancionada por Estados Unidos por comerciar con Venezuela. Saab también es diplomático de la Unión Africana y del gobierno bolivariano, pero a pesar de ello fue secuestrado ilegalmente mientras se encontraba en tránsito en Cabo Verde y está a la espera de ser extraditado a Estados Unidos: en clara violación de la Convención de Ginebra.