A propósito de la visita de George Bush

Del Plan Colombia al Plan Andes 2020

Las relaciones entre Colombia y Venezuela llenan un espectro cotidiano de múltiples conexiones. Su extensa frontera común, la diversidad de sus puntos de contacto, las semejanzas culturales en ellos, la complejidad del tejido social que allí se ha formado, son otros tantos datos que se agregan a la intensidad y complementariedad del comercio, la circulación de bienes, servicios, personas y materias primas que contribuyen a la marcha diaria de los aparatos productivos en la frontera occidental. Más que una línea divisoria, élla es el espacio de soldadura de dos sociedades que se necesitan. Colombia y Venezuela son los dos Estados más importantes del área andina. Sobre ellos, como sobre la región, pasa hoy la tragedia de la crisis de la formación económica y social del capitalismo dependiente. El conflicto social e histórico arrastra a sociedades y Estados hacia puntos de colapso. Venezuela ha logrado encontrar una vía democrática para iniciar transformaciones radicales de sentido social y político que por más de sesenta años el pueblo colombiano anda buscando.

El Proceso Revolucionario Bolivariano ha logrado superar hasta ahora los intentos desesperados de las clases dominantes y del imperialismo por aplastarlo. El Encuentro Mundial de Solidaridad celebrado con posterioridad al efímero golpe de estado, derrotado por la movilización popular y la actuación eficaz y oportuna de nuestra Fuerza Armada democrática, dejó reflexiones útiles y profundas sobre el significado del “chavismo”, con relación a los cambios introducidos a través de leyes tales como: habilitante; de la tierra; para los pescadores artesanales; por una educación popular bolivariana; de las organizaciones popular emergentes; la recuperación de PDVSA como patrimonio de todo el pueblo y la intervención del Estado en la macroeconomía (particularmente en lo que se refiere al control cambiario), se han tornado en herramientas decisivas para enfrentar la crisis por la vía de fortalecer el proceso ideológico-político y evitar en el mediano plazo, continúe el deterioro de las condiciones de vida del pueblo venezolano. Más recientemente, todos los programas de tipo social, culturales, de educación, alimentario, del trabajo, de la vivienda social y popular, del transporte, de lucha contra el analfabetismo, del impulso del cooperativismo y la cogestión, todos ellos, financiados con el recurso de los venezolanos, el Petróleo.

La oligarquía colombiana (que detesta lo que está pasando en nuestro lar pues sería un mal ejemplo en su propia realidad), decidió tomar parte en el asunto y por ello, bajo instrucciones precisas de sus amos del norte, en el marco de la visita impectori del presidente de la nación más poderosa del mundo a nuestro Continente, acusan al Comandante Presidente, Hugo Chávez, de aupar la insurgencia colombiana o como intentaron la semana pasada de reputar a nuestro embajador, de realizara actividades calificables de intromisión en los asuntos internos de la patria de Santander; cuyo pueblo por más de 50 años, ha enfrentado los planes de la burguesía internacional y la oligarquía interna, quienes coincidentes con sus homónimos venezolanos y de la región, ejecutan y son parte de los planes tácticos y estratégicos del imperialismo en contra de nuestros países.

El problema hoy, ni siquiera es ser señalado de comunista, en una cacería de brujas histérica como en el pasado de la guerra fría de los 60. El problema es que hasta los nacionalistas moderados, son considerados hoy, enemigos del “progreso” que promueven los neoliberales mentores del globalismo.

La campaña mediática (acá y allá), habla del "santuario de la guerrilla" y de las relaciones de éstos con nuestro país y el Gobierno Revolucionario, lo que le daría luz verde, en el marco del Plan Colombia y Andes 2020, como lo hicieron también en Centro América y otras regiones del planeta, a los grupos paramilitares; quienes no obstante estar presuntamente siendo “desmontados”, la verdad estarían siendo autorizados y avalados (bajo figuras distintas de las utilizadas por las AUC y demás grupos paramilitares), para realizar "persecuciones en caliente" incluso en territorio Venezolano, con el propósito manifiesto de provocar incidentes que afecten las inmejorables relaciones bilaterales colombo venezolanas.

En ese sentido e inscritos en la misma estrategia y táctica que avalan la guerra de baja intensidad norteamericana en nuestros países, voceros de la derecha venezolana atizan argumentos parecidos procurando alentar a sectores de la FAN, para que se sumen a sus planes desestabilizadores, mediante acciones que procuran a todas luces, desmontar y afectar negativamente el gobierno legítimamente constituido del Presidente Hugo Chávez. La orden sería, presionarlo para que negocie; sobre la base de que a todo evento debe doblar la cerviz y también, desmoralizar al Pueblo mediante actos terroristas si es preciso, al igual que ocurre en Colombia. La “Operación Mayo” está en marcha y sería activada una vez Bush abandone la Región si no obtiene resultados acordes a sus aspiraciones.

Es por ello que en Venezuela, cuando el lacayo Carmona (títere de Tío Sam, los grupos de la derecha mayamera y sus aliados internos), no pudo cumplir con la misión encomendada, inmediatamente pasó a gozar de un “exilio” made in USA. Nuestros pueblos y su vanguardia política, entienden que el avance exitoso del Proceso de Cambios que ocurre, marca un rumbo y un ejemplo. Los enemigos que conspiran contra la soberanía venezolana y colombiana son los mismos agentes. Esos, que representan los intereses del intervencionismo militar en nuestro Continente. Aquellos, que añoran la bota opresora y rezan para que un “Pinochet” de nuevo cuño emerja en la Patria de Bolívar.

En ambos países como en el resto del Continente, es rechazado el modelo neoliberal y fascista que buscan imponernos a través del FMI y otras instancias financieras como el BM o el BID. En fin, frente a los intereses amenazantes del imperio y también de cara al futuro de la integración latinoamericana, seremos un solo pueblo unido. Esta idea, nacida de la razón y de la historia, nos llama a abrir los ojos frente a los intentos conspirativos que se ciernen. No debemos permitir por tanto, que la desinformación planificada desde los laboratorios de la guerra sucia (e impulsada a través de los agentes de la comunicación internos), continúen pretendiendo asociarnos al terrorismo internacional a la vez que, vincular a los prohombres del proceso, a presuntos “agentes demoníacos” (algunos de los cuales son hijos putativos de USA), dizque contrarios a los valores del mundo occidental y judeo cristiano. Procuran con ello, que los factores de poder mundial (incluso los que se mantienen “neutros” o aun no fijan posiciones definitivas), e instancias de decisión internacionales, inclinen drásticamente la balanza en función del proyecto económico-político de dominación planetaria impulsado por el club de los neoliberales.


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Manuel José Montañez Lanza


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