La guerra mediática, psicológica, casi que de linchamiento, La guerra psicológica y la guerra mediática presenta un torcimiento distinto a la realidad que vive el pueblo venezolano. Mucha gente me ha comentado que cuando vienen a Venezuela se encuentran con una realidad completamente diferente de la que ilustran algunos medios de comunicación. Venezuela está en estos momentos en completa paz. En este momento el pueblo venezolano en el sector oposicionista al Chavismo organiza un proceso de primarias a los fines de participar con un candidato unitario en las próximas elecciones presidenciales programadas constitucionalmente para el año 2024, igualmente el PSUV, partido que conduce el gobierno actual vive un proceso de renovación de su dirección por las bases del PSUV, esta es la realidad actual en Venezuela. Pero las corporaciones mediáticas al servicio de la Casa Blanca y de sus aliados hablan de dictaduras.
Venezuela es una democracia que cuenta con libertad de expresión, considerada como la más amplia de todo el continente americano. Todo el mundo puede decir lo que quiera, cuando quiera, en las condiciones que quiera a veces en situaciones que otro país no toleraría. Los comentarios racistas, los crímenes de odio, los llamados al asesinato del presidente de la República, que uno ve con cierta frecuencia en medios de comunicación venezolanos y extranjeros, y en redes sociales no serían tolerados en países como Francia o España o como Inglaterra. Está en el recuerdo del pueblo venezolano, cuando Donald Trump, dio la orden de atacar a TeleSUR. La disposición forma parte de la estrategia de guerra del imperialismo contra los pueblos latinoamericanos. Su propósito es el de silenciar a esta multiplataforma informativa que se ha constituido en la contraparte de la hegemonía estadounidense, en el campo de la comunicación, así como de los intereses de las oligarquías y del sionismo criminal, debido al rol fundamental que cumple para difundir la verdad de los hechos y acontecimientos históricos y noticiosos que se dan en el mundo, con una visión crítica, un sentimiento de rebeldía ante las injusticias y una investigación seria de la realidad concreta.
Las corporaciones mediáticas al servicio de la Casa Blanca y sus aliados desestabilizan la democracia venezolana. Igualmente recordamos cuando el exdiputado rastrojo Juan Guiado autoproclamado presidente de la República Bolivariana de Venezuela, por voluntades divina de Donald Trump, cumpliendo las disposiciones emanadas desde EE.UU, publicó en su cuenta de Twitter un mensajes en los cuales daba a conocer el objetivo de la Casa Blanca, de apoderarse de TeleSUR. El interino de manera soberbia y prepotente declaro TeleSUR, ha sido utilizado para promover la desestabilización de la región, Solo un traidor a su Patria entregado al gobierno de los EE.UU, puede expresar tal idiotez.
Otras veces, sin embargo, entender quiénes son los dueños de las corporaciones mediáticas es fácil: basta con seguir el hilo en base a unos detectores automáticos, apuntados en la retórica entre buenos y malos. El bien, como sabemos, promueve la democracia y los derechos humanos, los medios de comunicación hegemónicos, su norma es la manipulación Colocan precios como hizo el demente Donald Trump: con Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
Las corporaciones mediática al servicio de la Casa Blanca, sostenía al interino mediáticamente, mentían, manipulaban y engañaban. Ya hoy no es posible, muestra el descalabro y a la vez trata de matizar el apoyo que mantiene el exdiputado rastrojo Juan Guaidó, La legitimidad política del Presidente Nicolás Maduro se mantiene, hoy no es posible para las corporaciones mediáticas, al servicio de la Casa Blanca, seguir negando tal realidad,