Los procesos socio-políticos e históricos para entenderlos es necesario estudiarlos, no como islas, separando los territorios sociales unos de otros, sino en las dinámicas políticas que se generan, las cuales dan lugar a inter-relaciones complejas que se construyen y re-construyen en el tiempo y van configurando nuevas correlaciones de fuerzas y de poder en la geopolítica mundial, regional y/o local del momento. Por tanto, para explicar la contienda de Ayacucho hay que visibilizar lo que pasaba en Europa antes de 1824 que fue incidiendo y creando las condiciones para facilitar el triunfo del ejército patriota en el sur de América.
En ese orden de ideas, en 1808 Napoleón Bonaparte invade a España, derroca a Fernando VII y en 1820 instaura la constitución liberal de 1812. Este gobierno liberal transitorio se opuso al envío de soldados a América para sostener el orden colonial que había instaurado España a sangre, evangelización y fuego. Eso significó que el virrey José de la Serna, en América, debía defender el orden colonial frente a la insurgencia independentista sin nuevos refuerzos militares. Por ello, el Virreinato peruano debía de apoyarse en sus propias fuerzas y recursos militares para mantenerse en el poder. En ese mismo proceso, Inglaterra, Alemania y Holanda se erigían como potencias emergentes, en tanto que el liberalismo, en sus aspectos económicos del libre comercio, libre mercado y la defensa de la propiedad privada, además de sus principios políticos: sufragio universal, el Estado y sus tres poderes, los conceptos de libertad individual, justicia e igualdad ante la ley, se expandía por América. Las potencias emergentes le disputaban a España las colonias que tenía en América.
Pero desde antes y durante Ayacucho, se venían configurando y reforzando nuevas organizaciones y fuerzas militares al interior de Colombia la Grande; y varias contradicciones que, en conjunto, tuvieron una incidencia significativa en la campaña de liberación del sur, pero, como parte de la ya iniciada Campaña Admirable en 1813 por la visión integral y estratégica que tenía Simón Bolívar. Entre esas contradicciones de pueden mencionar: 1) La contradicción entre los países colonizadores de Europa versus los territorios colonizados en América que luchaban por su independencia y libertad; 2) La contradicción entre el Estado Monárquico español y la Aristocracia Territorial Criolla de Colombia que abogaba por la libertad política para legislar en favor del libre comercio con las islas del Caribe y México (Veracruz). El Estado Monárquico torpedeaba este comercio con la compañía Guipuzcoana creada en septiembre de 1728 para controlar el contrabando; 3) La contradicción entre los gobiernos monárquicos y los gobiernos liberales en ascenso, que representó un cambio en la lógica económica y política y en las relaciones y alianzas internacionales que se venían configurando; y 4) La contradicción en el seno del ejército realista entre el Virrey del Perú, José de la Serna, de orientación monárquica, y José de Canterac, General del ejército realista, de pensamiento liberal. Esto no permitió que el ejército realista se ayudara entre si ante la ausencia del envío de fuerzas militares ya negada por el gobierno liberal. Y al interior de Colombia La Grande existía una contradicción entre José Antonio Páez en Venezuela y Francisco de Paula Santander en Nueva Granada, por sus orientaciones políticas federalistas contra las ideas centralistas de El libertador Simón Bolívar. Esta contradicción estructural entre estos líderes sirvió de base para el impulso del movimiento separatista de la Cosiata en 1826 y la posterior derrota del Proyecto de Bolívar: La Patria es América (o Colombia La Grande), en el Congreso Anfictiónico de Panamá, celebrado entre junio y julio del mismo año.
Empero, antes de las batallas de Junín y Ayacucho, los realistas habían derrotado a varias expediciones enviadas al sur por el Congreso peruano entre 1822 y 1823. Ante ello, el ejército patriota fue reforzado y reformado con la llegada de Simón Bolívar, declarado jefe Supremo por el Congreso del Perú en 1823. En Junín, el 6 de agosto de 1824, las fuerzas del general realista José de Canterac fueron derrotadas por el ejército de Bolívar. Este emprendió su retirada hacia el Cusco.
Sin embargo, hay que señalar que antes de Ayacucho, el ejercito Libertado había obtenido varios triunfos: Batalla de Carabobo, 24 de junio de 1821y Batalla del Lago de Maracaibo, 24 de Julio de 1823, con las que se libera a Venezuela del yugo español; pero ya en mayo de 1822, el General Antonio José de Sucre al frente del ejército patriota y con la ayuda de San Martin, libera a Ecuador con la Batalla de Pichincha. Cuatro meses antes de Ayacucho ya El Libertador había derrotado el General realista Canderac el 6 de agosto de 1824 en Junín. Este emprendió su retirada hacia el Cusco. Estos triunfos del ejército Libertador lo moralizaron y prepararon las condiciones subjetivas y militares para el triunfo definitivo en Ayacucho.
Pero ¿qué pasó en Ayacucho? . Se peleó el 9 de diciembre de 1824 en la Pampa de Ayacucho, colindante con el pueblo de Quinua. Fue una batalla desigual: de 10.000 hombres disponía el ejército realista; mientras que los patriotas contaron con 6000. Queda claro que en las contiendas lo determinante es la moral de las tropas. La ciencia, la tecnología y la superación en número no es suficiente si un ejército no cuenta con una alta moral. entusiasmo, confianza en el triunfo y alegría. Esto quedó demostrado en la guerra de Vietnam, en la que los vietnamitas derrotaron al ejército norteamericano contando fundamentalmente con la moral, la creatividad, el ingenio y la necesidad de ser libres. Finalmente, el Virrey José de la Serna capituló ante el ejército patriota. En consecuencia, Ayacucho significó la limpieza del Sur del ejercito realista y, con ello, la independencia definitiva de América.
Ayacucho, hoy ¿qué representa?:
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la lucha contra el imperialismo Colectivo delincuencial organizado, en la OTAN y dirigido por los Estados Unidos, para alcanzar nuestra segunda independencia;
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La unidad de los patriotas nuestro americanos y caribeños a partir de los proyectos de integración, avanzados por Chávez: ALBA, CELAC, UNASUR, entre otros y continuados por Maduro; pero fundamentalmente la unidad de los venezolanos y venezolanas por profundizar y fortalecer la Revolución Bolivariana, ante los avances del fascismo, neo-fascismo y el sionismo interno y externo que amenazan la democracia, la libertad y la paz de nuestros pueblos.
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La unidad latinoamericana y caribeña de todos los movimientos sociales revolucionarios y que aspiran superar la sociedad capitalista y construir una sociedad al servicio de todos y todas.
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Hacer alianzas estratégicas a nivel global por construir un nuevo mundo pluricéntrico y multipolar que contribuya al declive definitivo de las grandes potencias que sostienen la unipolaridad, las relaciones asimétricas suma-cero, la violencia y el irrespeto a la libre determinación de los pueblos y el injerencismo.
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La unidad de los venezolanos y las venezolanas para enfrentar y salir airosos de las agresiones de los Estados Unidos con sus medidas coercitivas unilaterales e ilegales contra nuestro país.