Que el vicepresidente Francisco Santos les había solicitado a los "paracos" replicar su modelo armado en Bogotá y que, por su parte, el ministro de la defensa, Juan Manuel Santos, les pidió ayuda para derrocar al presidente Ernesto Samper Pizano, no son las únicas y explosivas acusaciones del paramilitarismo que colocan en entredicho al gobierno de Uribe Vélez.
Desde tiempo atrás se vienen señalando como socios de los narcoparacos a muchos otros altos jerarcas del Estado colombiano (parlamentarios, gobernadores, jefes policiales, alcaldes y altos dirigentes políticos que llevaron a Uribe a su primera presidencia y, luego, a la reelección), lo cual nos indica que la política del hermanos país está hoy en manos de forajidos de la peor calaña y eso, sin duda alguna, coloca en grave riesgo la estabilidad de la región, en especial la de nuestro país y la del Ecuador y más aún, como sabemos, porque esas mafias son parte del plan Patriota, antes el llamado Plan Colombia que tiene como objetivo fundamental evitar que el huracán revolucionario siga recorriendo con éxito nuestras tierras latinoamericanas.
No han sido un secreto para nadie los planes muy concretos para atentar contra la vida del Comandante Chávez por parte de esas mafias del narcoparamilitarismo, como ocurrió con el centenar de “paracos” descubiertos en mayo del 2004 en la finca Daktari del Hatillo, los cuales fueron traídos a Caracas por la oposición golpista a objeto de crear caos y especialmente para asesinar a Chávez, tal y como lo confesaron algunos de sus integrantes y más recientemente, porque un alto exfuncionario del DAS, Rafael García (jefe de sus servicios secretos), quien permanece preso en su país por denuncias de corrupción, le declaró a la revista Semana (abril/06), que el Director del organismo policial para entonces, Jorge Noguera, persona de la mayor confianza del presidente Uribe y seis altos funcionarios más de su gobierno, cuyos nombres los mantuvo en absoluta reserva, negándose a suministrarlos al periodista, eran parte de esos planes magnicidas.
De manera que hay razones y muchas para pensar que esos grupos siguen activos en sus planes de desestabilizar a nuestro gobierno por la vía de eliminar físicamente al presidente Chávez, como bien lo ha estado denunciando en sus columnas y espacios de opinión el periodista y exvicepresidente de la República, doctor José Vicente Rangel, denuncias esas que -obviamente- las desestiman de forma alegre y muy sospechosa altos funcionarios del gobierno “cachaco”, como lo son su Canciller Araújo y el Ministro de la Defensa, Juan Manuel Santos.
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