El imperio norteamericano, valga decir los Estados Unidos de Norte América, quien otrora fungió como atalaya de los derechos humanos y civiles dentro del contexto de las naciones del mundo (…), hoy por hoy no es mas que una potencia tecnológica (tigre de papel) en franca decadencia, con un formidable amasijo de hierro militar y sujeta por obligación u omisión a los inevitables vaivenes del mercado energético mundial (petróleo). Y por si fuera poco, sujeto a los caprichos y designios de los grandes poseedores-productores de esa energía fósil; energía en manos de países del tercer mundo y codiciada por la potencia de marras. Sí, queridos compatriotas, ésta dizque la mas colosal potencia militar y económica de la tierra, con su panoplia de guerra como no ha habido otra en este mundo, está –como así lo oyen— en franca y acelerada decadencia moral, social, económica y militar. O lo que es equivalente a decir, desde la mejor acepción de la frase… ¡a todo cochino le llega su hora! ¿Verdad que sí, amigo lector?
Pues, a esa nación con sus genuflexos amigos europeos, y como lo ha venido repitiendo reiteradamente nuestro líder socialista Hugo Chávez, le quedan aproximadamente 45 años de decadentes, impositivas y férreas políticas neoliberales, las cuales más que elevar la prosperidad de los países beneficiados por la protervia de esas políticas capitalistas, mas bien lo que han hecho por más de cien años de su inicua aplicación es causar la ruina a innumerables países (sobre todo a los más pobres), acabando con lo autóctono, con las raíces socio culturales y con todas aquellas riquezas que en buena hora fueron prodigadas por la Madre Tierra.
Veamos un poco lo que nos dicen los textos espirituales respecto a este bodrio viviente (EEUU), decadente nación que en su momento estelar de la historia tuvo su cenit, cayendo luego desde lo más alto de su sitial por causa de su engreimiento, arrogancia, excesivo egoísmo y desbordado afán de riqueza. Es decir, aquí aplicó o se hizo realidad aquella indubitable Ley de Newton en la Física, que dice: “Para cada acción hay una reacción igual y contraria”. De modo que los Estados Unidos al frente de esos diabólicos gobernantes –luchan en contra de un tiempo histórico que le es adverso— y se niegan absurdamente a aceptar los cambios humanistas de las corrientes sociales mundiales que florecen al alba del siglo XXI. Tiempos, en cuya edificación del aquí y el ahora se yergue un mundo regido por la solidaridad, el intercambio, la igualdad de oportunidades, el compañerismo, la paz y el fomento de la no violencia. Es decir, un mundo regido por la igualdad de todos y por el sano, pacífico y mutuo intercambio entre los pueblos, sin necesidad de dañar, someter o imponer condiciones abrasivas o draconianas, que menoscaben e irrespeten la hermandad del género humano o el buen juicio de las relaciones entre naciones.
No pretendo dar una lección de teología con lo que voy a exponer, pero sí estoy seguro que lo que voy a citar tiene relación muy estrecha con lo que recogen los textos espirituales desde hace muchos milenios… Dicen los sabios que: “La nación o sus ciudadanos que hacen buen uso de lo que se le ha dado, recibirá más y tendrá en abundancia. Pero a quien no es fiel, incluso la poca responsabilidad que tenga se le quitará. Y ese siervo inútil, arrojadle a las tinieblas exteriores…” En este espejo de la vida se está viendo el pueblo norteamericano por culpa de la élite gobernante de los EEUU, ya que por cada invasión o genocidio que comete cava aún más su propia tumba. Sobre el particular, cabe citar lo que dijera hace más de 3000 años Buda El Iluminado: “Al igual que el polvo lanzado al viento y que el viento lanza de vuelta, la maldad regresa hacia el necio que lesiona al inocente… El diamante muele al diamante, la maldad aplasta a quien hace el mal… el hombre necio siembra sus propias semillas de destrucción al burlarse de los desposeídos, los nobles y los virtuosos”.
En esta era, denominada por muchos sabios y eruditos como la era de la maldad o de la máquina, ha declinado día tras día… la justicia, la corrección, la veracidad, la pureza, el perdón, la compasión, la longitud de la vida, la fortaleza corporal y la agudeza de la memoria… el criterio en cuanto a la alcurnia, la moralidad y los méritos será únicamente la riqueza. Por otra parte –como se está viendo hoy en día— el poder o la fuerza bruta representarán el único factor que determine la justicia o la rectitud… sólo el embuste o la falsedad representarán la fuerza motriz de los tratos comerciales. La capacidad de dar placer sexual será el único criterio para juzgar la excelencia masculina o femenina… La justicia encontrará todas las oportunidades para viciarse debido a la incapacidad para gratificar a los que la administren. La falta de riqueza será la única prueba de impiedad y la hipocresía será el criterio de prueba de la bondad. De manera que estas y otras acotaciones son más que suficientes para catalogar, por ejemplo, a medios televisivos venezolanos como lo fue el caso de RCTV y lo que disociativamente sigue haciendo Globovisión, o más brutal aún lo que se refiere al poder de penetración de los grandes medios estadounidenses, que como manejadores de las frecuencias radio televisivas mundiales reposa en ellos o se hacen acreedores, de poderosísimas armas del espectro radio eléctrico. Por los que se infiere que en manos no acordes con la ética y la buena moral –valga el dicho— son o vienen a ser como un mono con una hojilla en la mano (¡!)
¡Patria, Socialismo o Muerte!
¡Venceremos!!