Negar la solidaridad para negar el pretexto es ridícula política de avestruz, que nada tiene que ver con el carácter internacionalista de las revoluciones sociales. Dejar de solidarizarse con la revolución venezolana Bolivariana no es negarle un pretexto sino solidarizarse de hecho con el imperio norteamericano y su política de dominio y esclavización del mundo.
La Republica Bolivariana de Venezuela es un pequeño país de economía subdesarrollada, como todos los que fueron durante siglos dominados y explotados por el colonialismo y el imperialismo, con 27 millones de habitantes, que nos enfrentamos a numerosos obstáculos por llevar a cabo un desarrollo económico-social sostenible, que no es otra cosa que construir el país que todos queremos. Grandes peligros se han cernido sobre nuestra Patria desde el triunfo de la Revolución Bolivariana, pero no por ello conseguirá el imperialismo doblegarnos, sin que deban importarnos las dificultades que un pueblo revolucionario consecuente pueda conllevar.
Desde el punto de vista revolucionario la publicación de muchos libros, revistas, videos, películas, de la revolución venezolana admite una alternativa para optar por la nueva conciencia. En contraposición de la posición del pueblo y el gobierno venezolano, la CÍA, el Pentágono y el gobierno de los Estados Unidos, y sus aliados, han tenido la osadía y cobardía de crear documentos en la propia patria de Bolívar con el compromiso de incitar al crimen organizado, y a la desestabilización de nuestro país
El gobierno de Bush y los más altos jefes militares del pentágono sobradas razones tienen para no publicar la buena gestión de este gobierno Bolivariano revolucionario, liderado por nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías, porque admitirían de cajón una nueva derrota, que se sumaria a las incontables derrotas que han sufrido, tanto la CÍA, como el Pentágono y el gobierno de los Estados Unidos con sus aliados.
Por otro lado, el imperialismo tiene también sus razones: Hugo Rafael Chávez Frías y su ejemplo extraordinario de socialista e humanista cobran fuerza cada vez mayor en el mundo. Sus ideas, su nombre, son banderas de lucha contra las injusticias entre los oprimidos y los explotados y suscitan interés apasionado entre los estudiantes y los intelectuales de todo el mundo.
En los propios Estados Unidos el movimiento negro, los estudiantes, los grupos progresistas, que son cada vez más numerosos, han convertido en algo suyo las ideas y propuesta del presidente Chávez. En las manifestaciones a nivel mundial por los derechos civiles, sociales y contra la agresión a muchos países, sus ideas, nuestra tricolor son esgrimidos como emblemas de lucha. Pocas veces en la historia, o tal vez nunca, una figura, un nombre, un ejemplo, se han universalizado con tal celeridad y apasionante fuerza. Es que nuestro presidente encarna en su forma más pura y desinteresada el espíritu socialista-humanista-internacionalista que caracteriza al mundo de hoy y cada vez más al de mañana.
De un continente oprimido ayer por las potencias coloniales, explotado hoy y mantenido en el retraso y en el subdesarrollo más inicuo por el imperialismo norteamericano, en este siglo 21, surge la figura de nuestro comandante Hugo Chávez, quien se convierte en aliento universal de lucha revolucionaria hasta en las propias metrópolis imperialistas y colonialistas.
Los imperialistas temen la fuerza de este ejemplo y todo lo que pueda contribuir a divulgarlo. Es el valor intrínseco del pensamiento humanista revolucionario, expresión viva de una personalidad extraordinaria, un libro abierto en cada una de sus alocuciones, lección ejemplar con al calor necesario para la lucha del cada día, pólvora inflamable, demostración real de un hombre latinoamericano que no se inmuta frente a los esclavizadores de pueblos y sus ejércitos mercenarios.
Los capitalistas no han vacilado en calificar a nuestro presidente de equivocado, de autoritario, de comunista, de dictador, siendo la realidad que nuestro presidente es el canto y la voz que le faltaba al pueblo, que por muchas décadas, han sido pisoteados, vejados, maltratados, nuestro presidente es la esperanza de la lucha en América Latina, y el mundo.¡Cuántos de estos miserables estarán detrás del magnicidio de nuestro presidente, sin sonrojarse siquiera de pensar que sus posiciones y razonamientos coinciden por entero con los de los oligarcas más reaccionarios y el imperialismo a nivel mundial!
Cuantos dirigentes traidores que en determinado momento no vacilaron en apoyar el proyecto de vida propuesto por nuestro presidente, y que en este momento, hacen alianzas vergonzosas y ridículas o simplemente componendas políticas, porque son absolutamente incapaces de presentar propuesta o proyecto en pro del bienestar colectivo; son personas que nunca han querido luchar o combatir, por el pueblo y su liberación, y sus declaraciones o intervenciones tratan de caricaturizar las ideas revolucionarias cuando salen de boca de estos traidores, haciendo de su contenido instrumentos que no tienen nada que ver con los intereses reales de los pueblos.
Los que nos ven, desde todo el mundo, están seguros que esta revolución bolivariana es el desenlace de sus luchas, y la concreción de las luchas de todos los grandes precursores y pensadores revolucionarios, incluidos los fundadores del marxismo, que no pudieron culminar la obra y contemplar en vida los frutos de sus nobles esfuerzos.
En la Republica Bolivariana de Venezuela ni la muerte de grandes revolucionarios, asesinado por agentes al servicio del imperialismo han podido frustrar el objetivo de nuestras luchas, ni con la muerte de brillantes pensadores de la revolución bolivariana, como los camaradas asesinados en puente llaguno, van a poder impedir el triunfo de un proceso que comenzó hace doscientos años, y nadie en absoluto podrá poner en duda la profunda justeza de la causa y la línea de lucha de aquellos próceres, ni la vigencia de sus ideas esenciales que inspiraron siempre a nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías, a los revolucionarios y al pueblo venezolano.
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