Increíble pero cierto. El rey de España y su Jefe de Estado, perdió los estribos. La irracionalidad lo llevó a mandar a callar a otro Jefe de Estado como él, con la diferencia con éste es que pertenece a la nobleza europea de azules ojos, mientras que el otro es “sudaca” o lo que es lo mismo, asqueroso producto de una mezcla de indio, negro y un tanto de blanco. ¡Pregúntenle qué piensa de los latinos y negros el mozalbete rubio que pateó salvajemente a la niña ecuatoriana en el metro de Madrid hace pocos días!
Nada extraña la conducta de un soberano que lo es de la grandiosa España de Cervantes, de García Lorca, de Unamuno, de Machado y de otros cientos de miles de maravillosos seres de esa hermosa tierra, no por una decisión soberana del pueblo español, sino como una imposición de uno de los mayores criminales que ha parido la tierra, nada más ni nada menos que Francisco Franco y Bahamonde, a quien la Santa Iglesia Católica y Romana le otorgó el título de Caudillo por la Gracia de Dios.
Como se recordará, Franco asociado con el capital transnacional de la época, el mismo que aún campea por el mundo bajo otras vestimentas y el decidido apoyo de Mussolini y Hitler, dio al traste con la República en 1.936 e instaló una sangrienta dictadura hasta 1.975.
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