La XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, que tuvo lugar en Chile del 8 al 10 de noviembre de 2007, fue objeto de un intenso debate que enfrentó a América Latina contra Europa y España en particular. Un incidente ocurrido entre el presidente venezolano Hugo Chávez por un lado y, por el otro, el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el rey Juan Carlos de Borbón, ha tenido una amplia repercusión mediática internacional. No obstante, la prensa occidental se esmeró en centrarse únicamente en la violenta y descortés reacción del rey de España, sin abordar las cuestiones de fondo que desembocaron en el vivo intercambio.
Varios dignitarios latinoamericanos tales como Evo Morales de Bolivia, Carlos Lage de Cuba, Daniel Ortega de Nicaragua y Chávez llamaron a la instauración de un nuevo modelo económico alternativo al neoliberalismo salvaje que asola el continente desde los años ochenta. La privatización de los recursos naturales y de las empresas latinoamericanas, que ocasionaron la ruina de varias economías y hundieron a las poblaciones en un desamparo social sin precedentes, sólo beneficiaron a las elites locales y a las multinacionales extranjeras. “Los servicios básicos como el agua potable, el alcantarillado, el teléfono o la energía no pueden seguir siendo de negocio privado”, declaró Morales.1
Estas palabras no fueron del agrado del presidente del gobierno español Zapatero, quien replicó que las nacionalizaciones no eran un “fin” y aprovechó la ocasión para señalar la “enorme responsabilidad” de América Latina en su retraso actual, eludiendo completamente la realidad de la sangrienta conquista española. Zapatero deseaba sobre todo proteger los intereses de las multinacionales españolas presentes en el continente. Por su parte Carlos Lage, el vicepresidente del Consejo de Estado cubano, puso en evidencia “la contradicción entre la necesidad de cambios y los intereses de las multinacionales”.2
Contestando a Zapatero, el presidente Chávez puso en guardia contra la tentación fácil de minimizar los “factores externos” que explican el marasmo en el cual se encuentra América Latina. “Veamos nuestra historia y ni siquiera la historia de hace 200 años, sino la historia más reciente”, en referencia al golpe de Estado que organizó la CIA contra Salvador Allende en 1973. “Un presidente con un proyecto pacífico y democrático” fue derrocado, y se instauró una de las más crueles dictaduras del continente.3
El presidente venezolano recordó también que José María Aznar, antiguo presidente español, apoyó el golpe de Estado orquestado contra él y ahora recorre el mundo llevando a cabo una campaña de diabolización en su contra. Calificó de “fascista” a este heredero de la ideología franquista –su mentor fue Manuel Fraga Iribarne, antiguo ministro del dictador Franco y miembro de la Falange Española– que secundó abiertamente la efímera dictadura de Pedro Carmona en 2002 y participó en la sangrienta invasión de Iraq.4
Contra todo pronóstico, Zapatero tomó la defensa de Aznar alegando que éste había sido eligido por los españoles y merecía un poco de respeto. Devolviendo la pelota, Chávez le recordó al presidente español de manera oportuna que Aznar no había sido nunca un modelo de cortesía hacia él, sin que eso suscitase nunca ninguna reacción por parte de España. “Tengo derecho a defender la dignidad de Venezuela”, agregó.5
Pero según parece todas las verdades no se pueden decir. Fue demasiado para el rey de España quien, perdiendo su legendaria serenidad, se dirigió al presidente venezonalo de manera virulenta y particularmente ofensiva. “¡Tu! [...] ¿Por qué no te callas?”, exclamó apuntándolo con el dedo de manera nada amistosa, sumiendo a los 22 países participantes en el más completo asombro.6
Lejos de responder a la actitud irrespetuosa del monarca españnol, Chávez se contentó con citar a José Gervasio Artigas, heroe de las guerras de independencia latinoamericanas contra el Imperio Español: “‘Con la verdad, no ofendo ni temo’. El gobierno de Venezuela se reserva el derecho a responder a cualquier agresión en cualquier espacio, en cualquier momento y en cualquier tono ».7
El Partido socialista español (PSOE) apoyó al rey. “España quiere mantener buenas relaciones con los países latinoamericanos, pero no tolerará la falta de respeto a sus ciudadanos, y menos a alguien prominente como Aznar”, declaró Diego López Garrido, portavoz del PSOE en el Parlamento. Por su parte, el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió que si Chávez deseaba mantener buenas relaciones con la península ibérica, debería “respetar a nuestro rey, a nuestro presidente y a nuestros ex presidentes”. Incluso el canciller chileno se puso en fila del lado de España, lamentando “el estilo” de Chávez. El Partido Popular español (PP) del cual proviene Aznar, invitó al gobierno a que tomara medidas frente a las “gravísimas acusaciones” que lanzó el presidente venezolano.8
No obstante, la indignación del gobierno español, del rey, del partido socialista, del Partido Popular y de Chile después de las palabras del presidente venezolano es de geometría variable y algo hipócrita. En efecto, Aznar atacó en reiteradas ocasiones a Chávez y a su gobierno a los que calificó succesivamente de “dictador”, “de caudillismo populista”, de “tiranía”, de “nueva especie totalitaria”, de régimen autoritario”, de “régimen totalitario”, de “vuelta al nazismo”, de “grandísimo peligro para la democracia en América”, de “demagogia barata”, de “efecto de contagio peligroso”, de “indigenismo racista”, de “adversario de la libertad que ahora se viste de populista”, puso en guardia contra “la eliminación de las libertades básicas como la de expresión” y concluyó que “las malas ideas producen a Hugo Chávez”.9
Estas palabras jamás han suscitado la reprobación de Juan Carlos, de Zapatero, de Chile o del PSOE. En cuanto a las “graves acusaciones” que evocó el PP, que pretende ignorar el apoyo de Aznar al golpe de 2002, una fuente incontestable –la declaración del actual canciller español Miguel Ángel Moratinos que tuvo acceso a los archivos no desclasificados del ministerio de Relaciones Exteriores español– permite arrojar luz sobre esta cuestión. Durante su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso el 1 de diciembre de 2004, Moratinos se expresó con claridad: “Mis afirmaciones fueron: 1. que hubo un golpe de estado en Venezuela; 2. que el Embajador español recibió instrucciones del Gobierno; 3. que el objetivo de estas instrucciones, o mejor dicho, para evitar juicios de intención, que el efecto de la ejecución de esas instrucciones y de otras actuaciones fue apoyar el golpe [...]. Mis palabras deben entenderse en el sentido de que por apoyar quise y quiero decir que no condenó el golpe de estado, que lo endosó y que le ofreció legitimidad internacional”.10 No se podría ser más claro.
En realidad, el presidente venezolano sólo replicó a los innumerables ataques verbales que emanan del antiguo presidente español. La irritación de Zapatero y la rabia del rey de España suscitaron una gran incomprensión. Interrogado por la prensa después del incidente, Chávez confesó que no se había dado cuenta de la ira del rey: “Ni sé lo que dijo, yo estaba defendiendo la dignidad de millones de personas”, agregando que “ningún jefe de Estado tiene derecho a mandar a callar a otro”. “La verdad, la digo de frente y con respeto”.11 Expresó su sorpresa frente a la “furia de su majestad, un hombre maduro”. “Sólo hablaba de historia universal”, subrayó aludiendo a la conquista española.12
Al vicepresidente venezolano Jorge Rodríguez no le agradó la invectiva de Juan Carlos contra Chávez y recordó que su país era independiente desde la victoria de Carabobo. “El señor Juan Carlos puede tratar así a sus súbditos si ellos se lo permiten”, declaró lamentando el tono insultante que usó el monarca.13 “Cuando el rey explota ante las expresiones de un indio, explotan 500 años de prepotencia imperial [...], 500 años de sentimiento de superioridad”, recordó Chávez.14
El presidente Chávez también rechazó las palabras de Zapatero quien justificó su defensa de Aznar por el hecho de que éste había sido eligido por los españoles. “Hitler también fue electo, ¿no? Entonces no podrás criticar a Hitler porque fue electo por el pueblo. Es absurdo”. “Cuando digo que Aznar, antiguo presidente español, es un fascista, es una gran verdad”, dijo, recordando que éste era responsable del genocidio iraquí. Anunció una revisión completa de “las relaciones políticas, diplomáticas y económicas” con España.15
También quiso enfatizar que él era un jefe de Estado “como el rey, con la diferencia que yo he sido electo tres veces y él no”.16 Recordó una realidad que algunos en España prefieren olvidar: “hay que recordar cómo se hizo Rey. El caudillo de Dios, como es que le decían a Francisco Franco, por la gracia de Dios y la desgracia de España, lo nombró Rey”. En efecto, Juan Carlos ni siquiera dispone de legitimidad monárquica, pues la norma hubiera querido que su padre Juan de Borbón, heredero legal, accediera al trono. Pero el dictador Franco había dedidido otra cosa.17
¿Por qué el hecho de recordar que Aznar había apoyado el golpe de Estado contra Chávez llevó al rey de España a perder los estribos? “Señor rey responda: ¿sabia usted del golpe de Estado contra el gobierno de Venezuela, contra el gobierno democrático legítimo de Venezuela en 2002”?”, cuestionó Chávez.18 Según el Título II de la Constitución española de 1978, “el Rey es el jefe de Estado [...] [y] asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales”.19
El embajador español Manuel Viturro de la Torre había aplaudido el golpe de Estado contra Chávez en 2002 y brindó su apoyo político y diplomático al dictador Pedro Carmona. Viturro informó a Aznar en un telegrama del 13 de abril de 2002 que había sido recibido por Carmona.20 “Es difícil pensar que el embajador va a estar apoyando a los golpistas, que va a ir al Palacio [presidencial] sin la autorización de su majestad”, subrayó Chávez. “Ahora yo entiendo la furia del rey [...], por eso se enfurece cuando digo que Aznar es un fascista. [...] Si era el mismo rey el que dirige la política exterior”.21
Su Majestad tiene la palabra.
Notas
1 Cuba Información, « Quién fue el responsable del incidente entre Chávez y el Rey de España », 12 de noviembre de 2007. http://www.cubainformacion.tv/index.php?option=com_content&task=view&id=2625&Itemid=86 (sitio consultado el 13 de noviembre de 2007).
2 Ibid.
3 Ibid.
4 Ibid. ; Agencia Bolivariana de Noticias, « Juzgar la verdad del pasado no tiene por qué ofender a los españoles », 10 de noviembre de 2007 ; Agencia Bolivariana de Noticias, « No puede minimizarse influencia de factores externos en situación latinoamericana », 10 de noviembre de 2007.
5 Cuba Información, « Quién fue el responsable del incidente entre Chávez y el Rey de España », 12 de noviembre de 2007, op. cit.
6 Ibid.
7 Federico Quilodran, « El rey de España manda a callar a Chávez en la Cumbre », Associated Press, 11 de noviembre de 2007.
8 Daniel Woolls, « España : socialistas respaldan al rey en disputa con Chávez », Associated Press, 12 de noviembre de 2007 ; Associated Press, « Canciller chileno se solidariza con España en pugna con Chávez », 12 de noviembre de 2007.
9 Javier Alder, « Aznar respetando a Chávez », Kaos en la red, 11 de noviembre de 2007.
10 Miguel Ángel Moratinos, « Los fax que envió la embajada española en Caracas que muestran el papel del gobierno Aznar en el golpe de Venezuela », Rebelión, 14 de noviembre de 2007.
11 El Nacional, « Rey de España manda a callar a Chávez », 11 de noviembre de 2007.
12 El Nacional, « Hugo Chávez responde : ¿Por qué no se calla usted, rey? », 11 de noviembre de 2007.
13 JMS, « Vicepresidente Rodríguez : El señor Juan Carlos puede tratar así a sus súbditos, si ellos lo permiten », Globovisión, 11 de noviembre de 2007.
14 Agencia Bolivariana de Noticias, « Si yo me callara gritarían las piedras de los pueblos de América », 12 de noviembre de 2007.
15 Federico Quilodran, « El rey de España manda a callar a Chávez en la Cumbre », op. cit. ; Agencia Bolivariana de Noticias, « Chávez señaló que revisa con profundidad las relaciones con España », 14 de noviembre de 2007.
16 Federico Quilodran, « El rey de España manda a callar a Chávez en la Cumbre », op. cit.
17 El Nuevo Herald, « Chávez acusa al rey de prepotente », 14 de noviembre de 2007.
18 JMS, « Presidente Chávez: ¿Sería que el Rey sabía del golpe contra mí? », Globovisión, 11 de noviembre de 2007.
19 Constitución española de 1978, Título II.
20 Miguel Ángel Moratinos, « Los fax que envió la embajada española en Caracas que muestran el papel del gobierno Aznar en el golpe de Venezuela », op. cit.
21 Paulina Abramovich, « Chávez vincula al rey con golpe del 2002 », Associated Press, 12 de noviembre de 2007 ; El País, « Chávez acusa al Rey de pasividad en la intentona golpista de 2002 », 11 de noviembre de 2007 ; Jorge Marirrodriga, « Chávez reta al Rey a revelar si conocía el golpe de Estado de Caracas en 2002 », El País, 12 de noviembre de 2002.
Traducido por el autor y revisado por Manuel Talens
Salim Lamrani es profesor, escritor y periodista francés especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Ha publicado los libros: Washington contre Cuba (Pantin: Le Temps des Cerises, 2005), Cuba face à l’Empire (Genève: Timeli, 2006) y Fidel Castro, Cuba et les Etats-Unis (Pantin: Le Temps des Cerises, 2006).