La hostilidad
de la administración Bush hacia el gobierno venezolano ha marcado un
nuevo hito, el 19 de enero de 2008, con las declaraciones del «zar
antidroga» estadounidense John P. Walters. En efecto, durante una visita
a Colombia, acusó al presidente Hugo Chávez de «haberse convertido
en un gran facilitador del tráfico de cocaína hacia Europa y otras
partes del hemisferio». Este nuevo ataque contra el más popular de
los líderes latinoamericanos, lejos de ser gratuito, forma parte de
la estrategia de satanización de la administración bolivariana orquestada
por la Casa Blanca con el fin de justificar una acción más radical
contra Venezuela. Ahora, Washington y Bogotá intentan vincular a Caracas
con el narcotráfico internacional con el fin de empañar la imagen
del presidente Chávez (1).
Ataques
a Venezuela
Algunos días
después, el 24 de enero de 2008, el ministro colombiano de Defensa,
Juan Manuel Santos, declaró que al menos tres jefes de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) vivían en Venezuela, sin
dar más detalles. Al mismo tiempo, el vicepresidente colombiano, Francisco
Santos, acusó al alcalde de Maracaibo, Gian Carlo Di Martino, de proporcionar
armas a la guerrilla colombiana y más concretamente al Ejército de
Liberación Nacional (ELN), basándose en un vídeo que se reveló falso.
Lejos de dar marchar atrás, incluso afirmó que el alcalde venezolano
sería capturado y llevado a Colombia (2). Por su parte, Di Martino
denunció «un montaje que revela el plan que tienen Estados Unidos
[...] y el gobierno colombiano de desencadenar un proceso de desestabilización
en la frontera venezolana» (3).
Los servicios
de inteligencia colombianos también acusaron a Venezuela de abastecer
de municiones a las FARC y al ELN, al compás de las declaraciones del
Departamento de Defensa de Estados Unidos (4). La oposición venezolana
siguió la línea de Washington y Bogotá. Una ex responsable de la
Oficina Nacional Antidrogas (ONA), Mildred Camero, declaró que supuestos
narcotraficantes estaban «protegidos por autoridades venezolanas y
actuaban con absoluta libertad» (5).
El punto común
de todas estas acusaciones es la carencia absoluta de pruebas o hechos
concretos que apoyen las diversas declaraciones. El presidente Chávez
denunció las maniobras colombianas y estadounidenses: «Yo alerto al
mundo de lo siguiente: el imperio norteamericano está creando las condiciones
para generar un conflicto armado entre Colombia y Venezuela», subrayó.
«En menos de una semana vino el jefe de las fuerzas armadas del imperio
a Colombia, [seguido por] el zar antidroga para decir que soy el ‘gran
facilitador’ del narcotráfico», agregó, criticando al mismo tiempo
las declaraciones de ministro de Defensa colombiano (6).
El presidente
de Nicaragua, Daniel Ortega, también puso en guardia a la comunidad
internacional ante el peligro que representa la actual campaña destinada
a vincular a Venezuela con el narcotráfico. «Estados Unidos está
utilizando el territorio colombiano [...]. Es un país que está ocupado
militarmente por Estados Unidos, para tratar de quebrar y romper este
espacio que se está abriendo en América Latina», señaló. «Esperamos
que el pueblo colombiano pueda frenar esta actitud de [su] gobierno
[...] y que no cometa la locura de provocar un enfrentamiento» (7).
Álvaro
Uribe y la Drug Enforcement Agency implicados en el narcotráfico
En realidad,
el único alto dirigente que está implicado en el tráfico de drogas
es el presidente colombiano Álvaro Uribe, como lo demuestra una fuente
libre de toda sospecha: un informe de inteligencia del Departamento
de Defensa de Estados Unidos de septiembre de 1991 que detalla las relaciones
de Uribe con el cartel de Medellín y los paramilitares. Según ese
documento confidencial, que da una lista de 104 «delincuentes, asesinos,
traficantes y abogados sospechosos», tiene entre ellos a «Álvaro
Uribe, un político y senador colombiano que colabora con el cartel
de Medellín». El informe añade que «Uribe estuvo ligado a un negocio
implicado en actividades de narcotráfico en Estados Unidos [...], ha
trabajado para el cartel de Medellín y es amigo personal de Pablo Escobar
Gaviria» (8).
Un memorándum
elaborado por el abogado del Departamento de Justicia de Estados Unidos
Thomas M. Kent, revela también que la Agencia de lucha contra la droga
(Drug Enforcement Agency – DEA), que forma parte del
Departamento de Justica, ha colaborado regularmente con los narcotraficantes
colombianos y los paramilitares y que sus funcionarios son «agentes
corruptos de la guerra contra la droga». Este documento es una acusación
implacable contra la DEA y afirma, entre otras cosas, que numerosos
funcionarios están al servicio de los narcotraficantes colombianos,
que son cómplices en los asesinatos de informadores y están implicados
directamente en las operaciones de lavado de dinero de los escuadrones
de la muerte. El memorándum añade que los agentes corruptos gozan
de la protección de las más altas instancias gubernamentales (9).
El memorándum
de Kent, del 19 de diciembre de 2004, se basa en las declaraciones de
agentes de la DEA en Florida, apartados del servicio por denunciar los
casos de corrupción. Según el abogado estadounidense, dichos agentes
han tenido que afrontar «enormes riesgos para sus carreras, su seguridad
y la seguridad de sus familias» por revelar «los nombres de quienes
estaban directamente involucrados en la actividad criminal en Bogotá
y Estados Unidos» (10).
Según Kent,
un agente de la DEA estuvo implicado en una actividad criminal por colaborar
con los escuadrones de la muerte de la organización paramilitar
Autodefensas Unidas de Colombia
(AUC), responsable de varios miles de asesinatos. El memorándum expone
«su implicación en el lavado de dinero para las AUC». Lejos de ser
llevado ante la justicia, este agente fue ascendido y «ahora se ocupa
de numerosas investigaciones de narcóticos y de lavado de dinero».
El abogado afirma que los funcionarios del Departamento de Justicia
archivaron el caso comprometedor. «En junio de 2004, la OPR [Office
of Professional Responsability, que es una rama de la DEA] y la
propia DEA […] pidieron al agente encargado del caso que les proporcionara
toda la información [...]. Una semana después, la investigación sobre
el lavado de dinero fue cerrada» (11).
El memorándum
de Kent detalla también tres casos que implican a agentes de la DEA
en Colombia. Los funcionarios en cuestión formaron parte de una conspiración
para asesinar a informadores que confesaron. «Hicieron revelaciones
asombrosas sobre agentes de la DEA en Bogotá. Afirmaron que los agentes
los habían asistido en sus actividades de narcotráfico. Señalaron
de manera específica que los agentes les proporcionaban información
sobre las investigaciones y otras actividades en Colombia», escribió
el abogado. Los agentes de Bogotá se reunieron después con el informador
autor de la confesión. «Después de la reunión, fue asesinado»,
afirma el memorándum. «Otros informadores [...] que trabajaron con
el grupo de la DEA en Florida también fueron asesinados. Cada asesinato
estuvo precedido por una petición de identificación por parte de un
agente de la DEA» (12).
Los agentes
de la DEA en Bogotá también impidieron que varios informadores viajaran
a Estados Unidos para testificar. Mientras estaban encargados de ocuparse
de su viaje, los funcionarios de Bogotá procedieron a su detención.
El memorándum enfatiza que «los informadores permanecieron detenidos
durante nueve meses mientras llovían las acusaciones. Una vez que se
pudo demostrar que los agentes de Bogotá mentían, los informadores
fueron liberados. Uno de ellos fue secuestrado y asesinado en Bogotá,
donde se escondía» (13).
Por otra parte, los agentes de la DEA en Colombia impidieron que un informador se reuniera con agentes que vinieron de Florida en el marco una investigación que les concernía. No escatimaron medios. «Un agente de Bogotá viajó a Washington y afirmó esta vez que el informador era pederasta. La investigación se clasificó. Se requirió al agente para que demostrara su información pero no pudo aportar ninguna prueba» (14).
La dudosa legitimidad moral de Washington y Bogotá
Las revelaciones
del abogado Kent son abrumadoras tanto para Colombia como para Estados
Unidos y ponen muy en duda su legitimidad moral para erigirse en jueces.
En cuanto a Uribe, el informe del Departamento de Defensa es implacable
contra él y demuestra su implicación en el crimen organizado y en
el narcotráfico internacional.
Uribe no es
el único mandatario de Colombia implicado en el tráfico de narcóticos.
Un general del ejército colombiano retirado, Pauselino Latorre, ex
jefe de los servicios de inteligencia, así como su sobrino Leobardo
Latorre, ex fiscal de la unidad de antinarcóticos de la Fiscalía,
fueron arrestados en enero de 2008 por lavado de dinero, por importe
de un millón de dólares, y asociación con las mafias de la droga.
Habían elaborado un sistema para enviar importantes cantidades de cocaína
(diez toneladas al mes) no sólo a Estados Unidos sino también a Europa
y África (15).
Una realidad diferente
Conviene recordar
algunos elementos indispensables sobre la problemática del narcotráfico
y arrojar luz sobre la campaña de desprestigio contra Venezuela que
han lanzado Washington y Bogotá. En efecto, el mayor productor de cocaína
y el consumidor más importante de esta sustancia en el mundo no es
Venezuela, sino Colombia. Detrás, Estados Unidos sigue siendo el más
importante consumidor de drogas del planeta y jamás ha actuado contra
las instituciones financieras implicadas en el lavado de dinero procedente
del narcotráfico (16).
La administración
Bush intenta convencer al mundo de que Venezuela se está convirtiendo
en el centro mundial del narcotráfico. El Departamento de Estado ubicó
por tercer año consecutivo a Venezuela en la lista de países que han
fracasado en la lucha contra el narcotráfico. No obstante, el informe
mundial de las Naciones Unidas de 2007 sobre las drogas contradice estas
afirmaciones:
«Se informa
a menudo de que las remesas con destino a España pasan por Venezuela,
Brasil y cierto número de otros países, incluidos Ecuador, República
Dominicana, Argentina y, como nueva tendencia, México. Sin embargo,
la tendencia principal en los últimos dos o tres años ha sido el envío
de cocaína a África occidental, por lo general a las aguas situadas
ante las costas de Cabo Verde, Guinea Bissau y las Islas Canarias, así
como a diversos países del Golfo de Guinea, como Ghana, Costa de Marfil,
Togo, Nigeria, y más hacia el oeste a Guinea, Sierra Leona y Liberia
para su posterior entrega en Europa» (17).
Por otra parte,
se reconoce la labor de Venezuela por su activa lucha contra el narcotráfico.
Desde la ruptura de la colaboración con la DEA en 2005, las autoridades
bolivarianas pasaron de 43,25 toneladas incautadas en 2004 a 77,52 toneladas
en 2005. En Venezuela, la DEA fue responsable de actividades conspirativas
y de espionaje a favor de la oposición golpista. La DEA también hizo
burla en varias ocasiones de la legislación venezolana procediendo
al arresto de varios individuos, competencia exclusiva de las autoridades
del país. Caracas había denunciado «una flagrante violación de la
soberanía nacional y una puesta en peligro de la seguridad y la defensa
de la nación» (18).
Por fin, resulta
difícil acusar a las autoridades venezolanas de laxitud o inmovilidad
en la lucha contra el narcotráfico. En efecto, según la Oficina Nacional
Antidrogas, en 2007, se incautaron 57 toneladas de drogas y 53 aviones
en el territorio nacional. Se destruyeron trece laboratorios de producción
de cocaína cerca de la frontera colombiana y 60 pistas de aterrizaje
clandestinas. Además, se están desmantelando otras 126 pistas. Se
incautaron más de 178 toneladas de sustancias químicas, así como
23 inmuebles, 25 embarcaciones, 18 aviones, 53 fincas y 106 vehículos
utilizados en esta actividad criminal. Venezuela también procedió
a la extradición de tres individuos hacia Colombia en marzo y abril
de 2007, respondiendo favorablemente a una petición del Departamento
Administrativo de Seguridad (DAS) de este país. Un ciudadano estadounidense
también fue deportado, después de una petición de Washington (19).
Venezuela ha
invertido 480 millones de dólares en la instalación de radares que
permiten controlar el espacio aéreo nacional y especialmente la frontera
con Colombia. Más de 380 funcionarios de los servicios de seguridad
del Estado dedican su tiempo a vigilar los eventuales tráficos ilegales
y analizar imágenes satelitales para detectar los cultivos ilegales.
En diciembre de 2007, se efectuaron al menos 14 vuelos de inspección
sobre la zona fronteriza (20).
Las instituciones
internacionales tales como las Naciones Unidas, pero también la Organización
de Estados Americanos, alabaron los esfuerzos venezolanos en la lucha
contra el narcotráfico, particularmente en cuanto a la utilización
del «Sistema Interamericano de Datos Uniformes sobre el Consumo de
Drogas», la aplicación de programas de prevención, la realización
de investigaciones nacionales, la creación de un registro nacional
de sustancias químicas que hay que controlar, la promulgación de la
ley orgánica contra el crimen organizado, la erradicación sistemática
de cultivos de drogas y la ratificación de varios convenios internacionales
de lucha contra las drogas (21).
Así, el informe
de 2007 de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de
Drogas (CICAD) reconoce los esfuerzos realizados por Venezuela. Caracas
también firmó 50 acuerdos bilaterales, con 37 países, relativos a
la lucha contra el narcotráfico. La Oficina Nacional Antidroga recibió,
por su eficacia, distinciones de la mayoría de los países de la región
y también de naciones tales como España, Reino Unido o los Países
Bajos (22).
El gobierno
bolivariano también ha elaborado una estrategia nacional para luchar
contra el narcotráfico construyendo tres aeropuertos en Maracaibo,
Margarita y La Guaira, que serán los únicos puntos de entrada y salida
para los aviones privados y permitirán así ejercer un mejor control
del flujo aéreo. Se ha instalado un sistema de identificación (IFF)
que permite seguir el rastro de los aviones que entran ilegalmente en
el espacio aéreo del país. Se ha creado una red nacional antidroga
que implica al conjunto de los servicios sociales de la nación. Finalmente,
Caracas ha lanzado un innovador plan quinquenal (2008-2013) para mejorar
la lucha contra el crimen organizado con un control más adecuado de
las vías marítimas y aéreas (23).
Conviene recordar
que Estados Unidos, que pretende abanderar una guerra mundial contra
el tráfico de sustancias ilegales y que acusa Venezuela de falta de
cooperación en este campo, impidió que el gobierno bolivariano adquiriera
aviones españoles indispensables para la vigilancia de las fronteras,
pues éstos contenían componentes estadounidenses. Washington también
prohibió, por las mismas razones, que Brasil vendiera 24 aviones
Tucanos a Caracas, que se iban a utilizar en la lucha contra el
narcotráfico. Por fin, la administración Bush decidió retirar dos
radares de vigilancia que se encontraban en suelo venezolano (24).
La doble moral de Washington
y las amenazas de Bogotá
Como se puede
constar fácilmente, la Casa Blanca no tiene ninguna autoridad moral
para estigmatizar a Venezuela en la cuestión de la lucha contra la
droga. La credibilidad de Washington deja mucho que desear y por eso
las llamadas del Departamento de Estado y su portavoz, Thomas A. Shannon,
para retomar el diálogo sobre este asunto no pueden ser tomadas en
serio (25).
Además, Caracas
jamás ha ninguna mostrado ambigüedad con respecto a este asunto, al
contrario, ha sido muy clara: «El narcotráfico es una actividad criminal
de consecuencias inmorales y trágicas. Aporta millones de dólares
a los carteles de la droga, pero destruye física y moralmente a millones
de seres humanos que pueblan la tierra. La lucha contra el narcotráfico
es una obligación ética» (26).
Hugo Chávez
reiteró su advertencia ante una eventual ofensiva colombiana contra
Venezuela. Los servicios de inteligencia de los países de la región
confirmaron sus sospechas (27). El presidente anunció que las fuerzas
armadas estaban en estado de alerta pues «es posible que Colombia se
preste a una acción militar contra Venezuela pero se arrepentiría
por cien años» (28) «Yo acuso al gobierno de Colombia de conspirar,
actuando como una marioneta del imperio norteamericano, y de planificar
una provocación militar contra Venezuela» (29). Por su parte, Washington
negó semejante posibilidad (30).
Durante una
reunión con los familiares de los rehenes colombianos, el canciller
venezolano Nicolás Maduro reiteró su deseo de mantener relaciones
cordiales y pacíficas con Colombia y brindó modestamente su contribución
a favor de la liberación de todos los secuestrados y de la paz. Por
cierto, las FARC acaban de anunciar la liberación unilateral de otras
tres personas (31).
La campaña
de desinformación que ha lanzado la Casa Blanca y que Bogotá ha secundado,
no tiene otro objetivo que empañar la imagen del gobierno venezolano.
En efecto, Washington no acepta ver a una nación del subcontinente
librarse de su tutela y reivindicar su independencia.
Revisado por Caty R.
Notas
(1) The
Associated Press, «Venezuela rechaza acusación de zar antidrogas
de EEUU», 21 de enero de 2008.
(2) Agencia
Bolivariana de Noticias, «EEUU crea condiciones para generar conflicto
entre Venezuela y Colombia», 26 de enero de 2008.
(3) Agencia
Bolivariana de Noticias, «Di Martino: El vídeo es un montaje»,
26 de enero de 2008.
(4) Gonzalo
Guillén, «Acusan a Chávez de suministrar balas a las FARC y el ELN»,
El Nuevo Herald, 21 de enero de 2008.
(5) The
Associated Press / El Nuevo Herald, «Ex jefa antidrogas denuncia
apoyo a narcos en Venezuela», 4 de febrero de 2008. Ver también
The Associated Press / El Nuevo Herald, «Denuncian protección
de narcos en Venezuela», 3 de febrero de 2008.
(6) The
Associated Press / El Nuevo Herald, «Chávez: EEUU propicia conflicto
armado Colombia-Venezuela», 26 de enero de 2008.
(7) Ibid.
(8) Agencia
Bolivariana de Noticias, «EEUU conoce vínculos del presidente
de Colombia con el narcotráfico y el paramilitarismo», 23 de enero
de 2008.
(9) Agencia
Bolivariana de Noticias, «DEA colabora con narcos y paramilitares
en Colombia», 25 de enero de 2008.
(10) Bill Conroy,
«Leaked Memo: Corrupt DEA Agents in Colombia Helps Narcos and Paramilitaries.
Internal Justice Dept. Document Alleges Drug Trafficking Links, Money
Laudering and Conspiracy to Murder», The Narco News Bulletin,
9 de enero de 2006. http://www.narconews.com/docs
(11) Ibid.
(12) Ibid.
(13) Ibid.
(14) Ibid.
(15) Agencia
Bolivariana de Noticias, «General y ex fiscal colombianos arrestados
por pertenecer a mafia de la droga», 25 de enero de 2008.
(16) Agencia
Bolivariana de Noticias, «Discurso del Embajador Jorge Valero,
viceministro para América del Norte y Asuntos Multilaterales y Representante
permanente de Venezuela, ante el Consejo Permanente de la OEA», 23
de enero de 2008.
(17) Oficina
contra la Droga y el Delito, 2007, Informe Mundial sobre las Drogas,
Naciones Unidas, 2007, p. 81. http://www.unodc.org/documents
(18) Agencia
Bolivariana de Noticias, «Discurso del Embajador Jorge Valero,
Viceministro para América del Norte y Asuntos Multilaterales y Representante
Permanente de Venezuela, ante el Consejo Permanente de la OEA»,
op. cit.
(19) Ibid.
(20) Ibid.
(21) Ibid.
(22) Ibid.
(23) Ibid.
(24) Ibid.
Ver también: The Associated Press / El Nuevo Herald, «Venezuela
instalará nuevos radares para combatir narcotráfico», 24 de enero
de 2008.
(25) Néstor
Ikeda, «EEUU invita otra vez a Venezuela a ir al diálogo», The
Associated Press / El Nuevo Herald, 23 de enero de 2008.
(26) Agencia
Bolivariana de Noticias, «Discurso del Embajador Jorge Valero,
Viceministro para América del Norte y Asuntos Multilaterales y Representante
Permanente de Venezuela, ante el Consejo Permanente de la OEA»,
op. cit.
(27) Agencia
Bolivariana de Noticias, «Presidente advierte que Colombia pudiera
estar preparando ofensiva contra Venezuela», 3 de febrero de 2008.
(28) The
Associated Press / El Nuevo Herald, «Chávez: Militares en alerta
ante posible amenaza de Colombia», 2 de febrero de 2008.
(29) Jorge
Rueda, «Chavez: Colombia Plans ‘Aggression’», The Associated
Press, 26 de enero de 2008.
(30) The
Associated Press / El Nuevo Herald, «Subsecretario de EEUU descarta
conflicto armado Venezuela y Colombia», 23 de enero de 2008.
(31) Agencia
Bolivariana de Noticias, «Canciller Maduro reiteró el compromiso
del Gobierno de Venezuela con la paz», 5 de febrero de 2008.
Salim Lamrani
es profesor, escritor y periodista francés especialista de las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos. Ha publicado los libros:
Washington contre Cuba (Pantin: Le Temps des Cerises, 2005),
Cuba face à l’Empire (Genève: Timeli, 2006) y
Fidel Castro, Cuba et les Etats-Unis
(Pantin: Le Temps des Cerises, 2006). Acaba de publicar
Double Morale. Cuba, l’Union européenne et les droits de l’homme
(Paris: Editions Estrella, 2008). Contacto: lamranisalim@yahoo.fr
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la revisora y la fuente.
lamranisalim@yahoo.fr