La confección de listas negras en EEUU un instrumento fascista

La convicción casi paranoica del presidente George Bush, de que él y EEUU están destinados, a imponer al mundo su modelo de sociedad, se ha convertido en una peligrosa amenaza para el mundo, no solo invade naciones si aprobación de la ONU, monta cárceles clandestinas de la CIA en varias naciones. Ahora también confecciona listas negras, sobre personas, naciones, bancos, instituciones, baja el solo criterio de que son enemigos de EEUU, como el mismo Bush, lo manifestó en un discurso, “el que no esta conmigo de acuerdo, esta contra mi”, frase que condice con su visión totalitaria de la sociedad y el mundo.

Sin ningún acuerdo internacional Estados Unidos, asumió hace tiempo el derecho a confeccionar "listas negras" para calificar a todos los países del mundo según los criterios predominantes en Washington. Estas listas son generalmente anuales, confeccionadas por la Casa Blanca en sentencias unilaterales, sobre las más diversas actividades y posiciones políticas, de naciones del mundo.

Estados Unidos no tiene miramientos, en calificar de instigadores al terrorismo a los gobiernos de numerosas naciones, se adjudica la `potestad para definir quien combate el tráfico de drogas, sin embargo apoya a Colombia, uno de los mayores productores. Hay oscuras listas, donde la administración estadounidenses, consideran que no alcanzan el calificativo de demócratas, califica de violadores de derechos humanos, como define unilateralmente quien ataca la libertad de prensa, según las normas de los monopolios de prensa.

Estigmatiza estados, calificando aquellos gobiernos, que supuestamente son poco activos en el combate al tráfico de personas y al incremento de la prostitución. Más allá, de esta atribución de juez internacional asumida por Washington, el carácter de arma política de tales calificaciones es denunciado constantemente por distintos países por considerar que menoscaban su independencia y soberanía.

En el caso de la administración del presidente George W. Bush, por ejemplo, nadie se asombra de la aparición en todas esas listas, siempre con carácter negativo, de los gobiernos nacidos al calor de las revoluciones cubana y bolivariana.

La decisión de sacar a China de sus listas y agregar nuevos países.

Estados Unidos sacó a China de su lista negra de los países que más violan los derechos humanos, pero incluyó en ella a Siria, Uzbekistán y Sudán, según su informe anual sobre el tema divulgado hoy. El informe 2007 del departamento de Estado sobre la situación de los derechos humanos afirma que China, que organizará los Juegos Olímpicos en 2008, fue eliminada de la lista negra en la que se encuentran Corea del Norte, Birmania e Irán, y en la que permanece Cuba.

El informe no suministra razón alguna para la eliminación de China un socio clave de Washington en las negociaciones para la desnuclearización de Corea del Norte de la lista de los violadores sistemáticos de los derechos humanos. ¿Cómo puede preguntó Fidel Castro un gobierno de los Estados Unidos, y menos el actual, acusar a Cuba, y ponerlo en primer lugar en la lista de terroristas.

Colombia es otro de los beneficiados al salir de la lista negra, será un premio a la masacre militar en territorio ecuatoriano, a la constante violación de lo derechos humanos, a la legalización del sicariato (asesinos a sueldo), autorizando pagos a mercenarios y desertores de la guerrilla. O para Bush, un estado penetrado por el para militares y carteles de la droga, confirmado por la detención de legisladores y colaboradores de Uribe, es un pecado menor si sirven a los intereses geopolíticos de EEUU.

Sectores del Partido Republicano aliados a Bush quieren condenar a Venezuela.

En otras noticias, dos legisladores estadounidenses del Partido Republicano presentaron una resolución para que Venezuela sea incluida en la lista negra de Estados que patrocinan el terrorismo, que de aprobarse implicaría sanciones para el país latinoamericano, uno de los principales abastecedores de crudo a Estados Unidos.

Luego de esta propuesta, el presidente Bush, afirmó que “la crisis reciente entre Colombia y Ecuador, era el paso más reciente, en un patrón perturbador de conducta provocadora del régimen en Caracas". El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al referirse al nuevo ataque mediático, afirmó "ya ustedes vieron al propio jefe imperial arremeter de nuevo contra nosotros... anda desesperado el jefe del imperio".

Voces en Estados Unidos se preocupan de volver a las lista de 1950.

Sean Penn teme que aquellas prácticas discriminatorias hayan regresado en estos tiempos de vísperas bélicas para ser aplicadas contra quienes tienen en el mundo del entretenimiento las opiniones más críticas y las objeciones más fuertes hacia la política exterior de George W. Bush y sus planes en Irak.

Cuando tuvo el indicio de que la historia podía repetirse de la peor manera, Sean Penn seguramente no pudo evitar que en su rostro se dibujara una mueca de disgusto. En la década de 1950, su padre y también actor Leo Penn fue uno de los 320 integrantes de la comunidad de Hollywood (entre actores, directores, músicos y guionistas, con mayoría de estos últimos) que sufrieron las consecuencias de quedar dentro de las "listas negras" confeccionadas contra quienes supuestamente desarrollaban lo que por entonces era calificado como actividades antinorteamericanas.

Esa situación absurda es una realidad denunciada esta semana en París por Dick Marty, senador suizo y relator del Consejo de Europa sobre las actividades ilícitas de la CIA. Por segunda vez en el año Dick Marty cambió el ángulo del fusil que apunta a miles de inocentes calificados como terroristas o sospechosos de mantener algún hipotético vínculo con organizaciones terroristas internacionales.

El senador había presentado en abril pasado un informe escalofriante sobre las cárceles secretas de la CIA en Europa, particularmente en Polonia y Rumania. Marty había revelado que entre 2003 y 2005 la CIA utilizó centros clandestinos de detención en esos dos países en el marco de un programa de la agencia de inteligencia norteamericana que apuntaba a “matar, capturar y detener” a personas sospechosas de lazos con el terrorismo. El texto, que había provocado un gran revuelo, reveló que esa cooperación había sido posible gracias a un acuerdo pactado el 4 de octubre de 2001 entre Washington y sus aliados de la OTAN.

Siete meses después de haber presentado ese informe, Dick Marty vuelve a la escena con otro documento espeluznante sobre los estragos del sistema de listas negras de terroristas utilizado por la Unión Europea y las Naciones Unidas.

El relator del Consejo de Europa, que hizo aprobar su informe por la Comisión Jurídica de la Asamblea Parlamentaria del Consejo, estima que esas listas constituyen una violación flagrante de los derechos al tiempo que suelen contener a menudo casos dignos de una novela de Kafka: “La práctica actual de las listas negras pisotea los derechos fundamentales y le resta credibilidad a la lucha internacional contra el terrorismo”, dijo Marty. Para el senador suizo, esas listas negras de supuestos terroristas o afines representan un “desvío peligroso de las democracias occidentales hacia lo arbitrario” al tiempo que “emiten un mensaje devastador al resto del mundo”.

Este mecanismo demente lleva a que el senador suizo constate que “hoy, un asesino en serie tiene más derechos que una persona inscripta en una lista negra”.

E-mail: diegojolivera@gmail.com


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Diego Olivera

Periodista. Director de Barómetro Internacional

 diegojolivera@gmail.com

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