Un imperio agonizante pero peligroso

El imperialismo no sale de fracaso en fracaso. Ha fracasado en su intento por controlar al rebelde pueblo iraquí; ha fracasado en sus intentos por llevar la guerra al valiente pueblo iraní; ha fracasado en Líbano; Darfur, el Chad, Nigeria y África toda se rebela contra sus planes. En nuestro continente ha perdido a gran parte de los países clientelares latinoamericanos y caribeños, y fracasado, una y otra vez, en sus reiterados intentos por recuperar su control sobre la región. También ha fracasado en su intento por extender el “israelizado” conflicto colombiano a toda la región; ha fracasado en la ONU; ha fracasado en la OEA; ha fracasado en Río; y, sin duda, fracasarán en sus planes secesionistas para Bolivia. Todo esto no hace más que reflejar el creciente aislamiento político de la “primera potencia mundial”, y en el peligro que también ello representa.

Un grave problema yace dentro de la misma casa del imperio. Allí, dentro, también ha fracasado la actual administración Bush.

Con la popularidad más baja de la historia de los Estado Unidos, este genocida (Bush) no ha logrado un sólo día de calma y seguridad para su pueblo.

Lo más alarmante (para las clases dominante norteamericana) es que, ese pueblo adormecido con drogas, embrutecidos en el consumismo y envenenado con racismo y xenofobia, ya comienza a despertar de su letargo. Sus condiciones reales objetivas lo llevan a ello. No todavía no con la consciencia necesaria como para provocar una revolución, pero si con la suficientemente útil como para frenar al belicoso. Veamos.

Con más de 45 millones de estadounidenses sin seguridad social (sin cobertura medica alguna); con una economía en bancarrota y una crisis inmobiliaria sin precedente; por el creciente desempleo; con nuevos 5 millones de ciudadanos pobres (según sus propias estadísticas). Todo esto, paralelamente al gasto militar de cera de 3 billones de dólares en una absurda guerra con Irak y Afganistan; y por llevar el peso en sus consciencias de ser corresponsables de más de un millón de civiles iraquíes muertos y cerca de 25 mil soldados estadounidenses entre muertos y heridos. Son las causas fundamentales que golpean la consciencia de ese pueblo.

Oportunistas, los Demócratas como Hillary Clinton y Obama, hoy nos hablan de una retirada inmediata de sus tropas en Irak y de una condena al regimen crimial de Uribe. Pero Bush y los SioCons (Sionistas-Conservadores) desesperan. La historia, como en la naturaleza, nos ha demostrado que una bestia (el imperialismo EUA) acorralada y herida se hace más peligrosa que nunca. Que agotadas sus posibilidades legales de infringir golpes contra los gobiernos soberanos, las vías terroristas se colocan en la primera linea. Los mercenarios directamente contratados por el imperio y sus transnacionales para golpear y chantajear a los gobiernos soberanos y desplazar a los pueblos como en Colombia, Darfur, Nigeria, Chad, Irak, etc., son pruebas fehacientes de este peligro.

Lo cierto es que la historia no se detiene. Un pueblo consciente y movilizado es capaz de vencer en mil batallas contra el peor y más poderoso enemigo. Ejemplo de ello es Cuba revolucionaria; su capacidad de resistencia es obra de su gran consciencia.

basemtch@yahoo.com


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Basem Tajeldine

Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos. Moderador del programa VOCES CONTRA EL IMPERIO, RadiodelSur y RNV.

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