Para el capitalismo fue un grato acontecimiento la caída del muro de Berlín.
La prensa "de negocios" tituló con regocijo cómo se recogerían los retoños verdes de un comunismo en ruinas. El gobierno de facto del mercado celebró por éstas y otras razones la desintegración de Europa del Este. No sólo tenían, estas repúblicas, "el color de piel correcto", sino que, además, en ellas descargaría el trabajo sucio que sus nacionales ya no están dispuestos a soportar.
La reacción no fue idéntica en Norte América. Allí hubo y hay el temor de que los estados de bienestar independicen a Europa, la alejen de Estados Unidos, y su "exitoso desafío" sea capaz de crear un "virus" que contagie a Latinoamérica, Asia y África. Es ese el origen de la defensa antimisiles que, hoy, ha puesto en riesgo la credibilidad y la confianza de la Otan.
Para Estados Unidos el "escudo antimisiles" no es sólo defensivo. Sirve para moldear el ambiente en otros lugares.
China lo denunció como "...la libertad para emplear la fuerza en las relaciones internacionales, aun contra sus aliados".
Pretende conservar, por y para siempre, el predominio mundial y la supremacía militar de EEUU.
Lo más grave es que asoma –como afirma Chomsky– "el precipicio del futuro". Para proteger intereses comerciales EEUU pretende la propiedad del espacio. Es un propósito económico y no social, tal como en el Protocolo de Kyoto. El verdadero fin es la protección de intereses privados farmacéuticos y de biotecnología. Al capitalismo le importa más eso que la supervivencia. Son ellas las razones por las cuales los gringos rechazan el Tratado que prohíbe armas químicas y biológicas y se oponen al que impide la militarización del espacio.
Sin embargo, no todo es sombrío. Las denuncias del Foro Social Mundial y las protestas populares masivas han producido un notable efecto civilizador. El activismo Sur-Sur, al que se han unido sectores de ricas sociedades industriales, ha ido cobrando forma de alianzas concretas. Esto pudiera estrechar lazos mundiales de solidaridad. "Es posible otro mundo", desafiando el sistema ideológico imperante. Por eso el viaje de Chávez a Suráfrica.
Ex Fiscal General de la República