Años de trabajo penetrando las comunidades y financiando
proyectos y programas de "democracia" con una visión
anti-socialista en las comunidades de Petare, Municipio Sucre, Estado
Miranda; Catia, Municipio Libertador, Caracas; y otras zonas donde se
concentran la gran mayoría de las poblaciones caraqueñas y
mirandinas, lograron volverlas a manos de la oposición. La
asesoría estratégica hacia una visión separatista y la
infiltración de paramilitares en Zulia y Táchira logró también
asegurar estos territorios tan importantes para la seguridad del
Estado venezolano bajo el control de una oposición subordinada a la
agenda de Washington y los objetivos del Plan Colombia que plagan la
región.
No son sólo los 4.7 millones de dólares invertidos
durante el 2008 por la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados
Unidos (USAID) y la National Endowment for Democracy (NED), y sus
agencias afiliadas, en la campaña opositora para las elecciones
regionales del pasado 23 de noviembre, sino también son los más de
50 millones de dólares otorgados y utilizados, junto a una
asesoría experta del Norte, desde el año 2000 para construir una
base sólida de la oposición venezolana que a partir del 2004
comenzó a enfocar sus objetivos en la penetración de las
comunidades afines al chavismo y los sectores
estudiantiles.
Sin embargo, no se puede descartar ni ignorar la
responsibilidad de ciertos gobernantes que utilizaron la revolución
y la buena fé del Presidente Chávez para obtener poder y luego
abusarlo con sus prácticas corruptas y dañinas a las poblaciones
que representaban. Pero también la campaña mediática que culpa
al chavismo por la inseguridad y corrupción en el país más
que todo en la gran capital de Caracas tuvo su impacto fuerte, y
los gobiernos regionales y nacionales no respondieron con suficiente
efectividad. Lamentable es la memoria tan corta de los venezolanos y
las venezolanas que no recuerda como gobernaba el nuevo alcalde
mayor-electo, Antonio Ledezma, cuando era alcalde de Distrito Federal
en 1993 y prohibía cualquier manifestación o protesta en la
ciudad. O como Ledezma fue uno de los responsables por el deterioro de
los servicios públicos de la ciudad, tanto como de su
infrastructura. Por cierto, fueron los gobernantes chavistas, elegidos
en 2000 y 2004 que heredaron una ciudad capital en ruina total con
su casco histórico casi destruido, sus calles y avenidas llenas de
huecos y sus fachadas manchadas con años de olvido y abandono. ¿Es
posible que el mismo alcalde responsable por destruir la ciudad hace
15 años ahora la salvará? Solo el tiempo lo dirá, sin embargo,
las probabilidades son pocas y la triste memoria corta de los
caraqueños los hará pagar por su decisión impulsiva.
Los estados más estratégicos y poblados del país,
como Carabobo, Miranda, Táchira y Zulia, y la alcaldía mayor de
Caracas, han sido entregados como premios a los mismos actores que
durante los últimos 7 años han ejecutados múltiples atentados
contra la democracia venezolana, incluyendo golpes de estado (Abril
2002 todos estos nuevos gobernantes fueron líderes principales
del golpe), el sabotaje económico que casi destruyó al país y su
industria petrolero en 2002-2003, y numerosas manifestaciones y
acciones de desestabilización desde entonces que han abusado de la
paciencia de la sociedad venezolana. ¿Porqué entonces estas
regiones importantes del país le volvieron poder al
golpismo?
La respuesta es simple y compleja a la vez. Hay una falta
de seriedad dentro de la revolución sobre la importancia y el
impacto de la subversión e injerencia de las agencias extranjeras en
el país. No se trata solamente del financiamiento a los partidos
políticos de la oposición lo cual debe estar prohibido
contundentemente por ley - sino de una red compleja de
diferentes actores, entidades, fachadas y agencias que han logrado
infiltrar las filas del chavismo y lograr captar y extraer partidos
políticos como Podemos y PPT que previamente se identificaban
plenamente con la revolución. Esta red la cual denomino la
Telaraña Imperial también penetra las comunidades y
barrios y promueve proyectos y programas alternos a los propuestos por
el Presidente Chávez que tal vez son más atractivos a corto plazo,
trayendo entonces una satisfacción instantánea a estos sectores
necesitados.
Estas agencias extranjeras, como la USAID y la NED, ya
mencionadas, y otras como Freedom House, el Instituto Demócrata
Nacional (NDI), el Instituto Republicano Internacional (IRI),
Fundación Konrad Adenaeur (Alemán), FAES (España), FOCAL
(Canadá), Friedrich Ebert Stiftung (FES- Alemán), entre otras,
tienen años en Venezuela trabajando, asesorando y financiando a
partidos como Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Podemos para
ayudarlos construir plataformas y estratégias políticas que
reflejan las necesidades y deseos del pueblo venezolano, pero que
manejan una agenda oculta que promueve una visión neoliberal,
anti-socialista. Acuérdense que estamos en la Batalla de las Ideas y
en ésta Guerra sin campo, todo armamento al alcance es empleado para
lograr neutralizar al enemigo.
Estas agencias también han hecho un trabajo sumamente
efectivo con las ONGs y movimientos o grupos estudiantiles con
tendencia derechista, como Súmate, Cedice, Hagamos Democracia,
Sinergia, Movimiento Estudiantil "Manos Blancas", y otros,
que con este ayuda han lograr conquistar espacios que habían sido
tal vez olvidados o no tan atendidos por la revolución.
No se puede subestimar la capacidad y efectividad de la
injerencia extranjera y su puño imperial. Su estrategia de
"promover la democracia" en países como Venezuela es más
peligrosa que una invasión militar. ¿Porqué? Su detección es
dificil y su fachada es casi perfecta se esconde tras ONGs y
programas con nombres y misiones nobles que pretenden ayudar las
comunidades y mejorar al país, pero en realidad buscan
desestabilizar e implementar una agenda contraria a los intereses
soberanos del pueblo. Su red es inmensa y su manifestación en la
sociedad venezolana se realiza a través de los medios de
comunicación, los discursos bonitos de voceros como Yon Goicochea, que
intentan engañar al pueblo con palabras y frases poéticas y
cómodas, y los reclamos de los defensores de derechos humanos como
Human Rights Watch, la Sociedad Interamericana de Prensa y la
Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Estados
Americanos (OEA).
Esta es la injerencia más peligrosa que enfrenta la
Revolución Bolivariana. Su red mortal se extiende por el país con
los resultados del 23 de noviembre. El pueblo y gobierno nacional
tiene que actuar ya para neutralizar esta creciente amenaza a su
futuro. El hecho de que el nuevo Partido Socialista Unido de Venezuela
(PSUV) logró ganar en 17 gobernaciones con casi 6 millones de votos
es un paso importante para la consolidación de la Revolución.
Muestra también el compromiso revolucionario de una mayoría de
venezolanos. Sin embargo, la victoria estratégica de las fuerzas
opositoras no se puede negar ni desprestigiar, y su reconquista de
estos poderes regionales debe servir como un gran despertar para el
pueblo revolucionario y el gobierno venezolano. Ellos utilizarían
estos espacios para introducir y promover su visión anti-socialista
e individualista encubierta en una fachada de "democracia y
libertad". Y abrirán aún más las puertas de sus regiones a
la gran red imperial. La zona fronteriza está en riesgo grave. La
media luna venezolana se consolida aún más con Táchira y
Zulia en manos de los actores opositores más reaccionarios y
derechistas del país.
Es hora de decisiones firmes para combatir la injerencia
de las agencias extranjeras en el país. Si no las neutralice ahora,
lograrán empotrar sus miembros tan profundamente dentro del país
que no las podrán sacar nunca.
**Eva Golinger es abogada, investigadora, escritora y
autora de los libros "El Código Chávez", "Bush vs.
Chávez: La Guerra de Washington Contra Venezuela" y "La
Telaraña Imperial: Enciclopedia de Injerencia y Subversión"
que acaba de ser publicado en Venezuela en noviembre 2008. evagolinger@gmail.com