Mi amigo Pepe y los yanquis

Tuve un conocido cubano, admirador otrora de los gringos, pues salió de cuba por su mente gusana, quería vivir en Miami Beach. Él Pepe, deseaba vivir en yanquilandia. En cuanto llegó a Venezuela, cuando salió de Cuba, como la canción, consiguió trabajo en una compañía norteamericana, lo prefirieron a él, antes que a ningún otro.

Corrían los años de la guerra en Vietnam. Al fin Pepe Blanco, logra su sueño, tiene ya el dinero necesario para comprar los boletos de avión. Como loco dejó su trabajo en la compañía norteña y se largo con su esposa a su paraíso en yanquilandia.

Que sorpresa compadre, la de Pepe, al llegar a sus mayamis, patria añorada por los pitiyanquis latinos. Lo agarran, y lo reclutan, por aquello de que Pepe tenía ciudadanía Norteamericana, circunstancia esta de la que estaba muy orgulloso, más que de ser cubano.

Y -qué sucede entonces? – al estilo gringo un solo interrogante- pues, lo enrolaron en la USAF nada menos que para ir al Vietnam. Pepe, tenía que sacrificarse por su patria adoptiva, y si llegaba el caso hasta morir por ella, debía hacer méritos ya que aunque cubano y enemigo oportunista de Castro, no era gringo de pura cepa. Pepe, -le informaron los de la USAF- por tu nueva patria, estas obligado a prestar el servicio militar. Eso, si quieres mantener tu ciudadanía norteamericana.

Hasta ahí, le llegó a Pepe su gringuisimo yanquismo. Y prefirió, renunciar a su ciudadanía de USA, y regresarse a Venezuela y ¡cosa grande!

Pepe, prefirió perder su ciudadanía Norteña, antes que ir a Vietnam sin saber si regresaría vivo o en un ataúd como sardina enlatada, pobres sardinas.

Así mismo, al igual que Pepe Blanco, existen muchos venezolanos, nacidos en esta tierra, de esos que gritan: libertad, libertad con las manos de blanco, y marchan por esas calles y se tuercen la lengua y enronquecen su garganta y gesticulan por los medios hablando las mil pestes contra Hugo Chávez, su dictadura –según ellos- y el proceso bolivariano. Que se vayan a USA, a que los recluten y los manden como carne de balas a Irak, Afganistán o alguna otra guerra de esas inventadas por los gringos contra –los terroristas- y los pongan a buscar a -Osama Bin Laden- que tienes más vidas que un gato. ¿A cambio de qué? Pues de una residencia en USA o una medalla póstuma y su entierro con bandera del norte, honores y todo y a lo mejor hasta una medalla por su sacrificio. –por la patria- y por los intereses de Wall Street.

requenave1@gmail.com


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José Juan Requena

Soñador, escritor y poeta.

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