Luego de varias interrogantes sobre el presidente demócrata Barack Obama, la verdad queda al descubierto: la nueva administración de EEUU, sigue fiel al modelo imperialista, enfila su flota y amplia bases militares en Colombia, bajo el argumento de su guerra contra el narcotráfico, dando de esta manera continuidad a la era Bush, que fue tan nefasta en el mundo. Quedaron en falsas promesas las palabras pronunciadas en la reunión con los presidentes de América Latina, en la V Cumbre de las Américas realizada en Trinidad y Tobago, en Abril de 2009.
En esa Cumbre, los presidentes de los 12 países de la Unasur recibieron al presidente Obama, y trataron diferentes tópicos de interés para la región, quedando la sensación de un cambio en la relaciones con EEUU, que se llego a concebir como un nuevo comienzo en las relaciones de Estados Unidos con Latinoamérica, según lo expresaron allí algunos presidentes latinoamericanos, quienes esperaban que se profundizara el diálogo y se dieran pasos concretos. Pero a solo cuatro meses de esta cumbre, un nuevo zarpazo imperialista pergeñado por los sectores militares y de inteligencia de EEUU, con la anuencia de la derecha hondureña, daba un golpe de estado (no reconocido como tal por la Canciller Clinton), mientras que el Departamento de Estado daba un tímido apoyo al presidente destituido Manuel Zelaya.
Una nueva era de expansionismo se avecina en América Latina
La aprobación del presidente Obama de continuar con el Plan Colombia y ampliar sus bases militares en esta nación sudamericana, demuestra una vez más la doble diplomacia de Estados Unidos, quien se autoproclama como el paladín de la democracia en el mundo, pero apoya golpes de estado, secuestra presidentes como Bertrand Aristide en Haiti o invade a Panamá para secuestrar a Manuel Noriega, o como se intentó con el presidente de Venezuela Hugo Chávez y de la misma manera lo hicieron con el presidente Zelaya, manteniendo una conducta que en el pasado propició el asesinato de Jacobo Arbenz y Salvador Allende por sendos golpes de estado auspiciados por la CIA y el Departamento de Estado.
Otro ejemplo de la nueva era Obama son los nuevos fondos para vender la imagen de la “democracia norteamericana”, con 7 millones de desempleados en el año 2009 producto de su propia crisis económica, con el estallido del globo inmobiliario. Para alcanzar este objetivo en el año 2010, el gobierno de Estados Unidos empleará 2.200 millones de dólares a través del Departamento de Estado y la USAID para promover su política, 12% más que los recibidos por el gobierno de Bush el último año de su mandato. De ellos, casi 450 millones se destinarán a demostrar que modelo unipolar impuesto al mundo significa democracia y respeto a los derechos humanos.
Ante la preocupación del viraje de Obama desde abril a Honduras y las nuevas bases en Colombia, surge la propuesta del presidente de Brasil, Luíz Ignacio Lula Da Silva, de solicitar una reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) con Obama para discutir las relaciones con la región.
Sobre esta iniciativa el presidente de Venezuela Hugo Chávez manifestó “Me pareció muy buena la propuesta de Lula; él propuso reunirnos con Obama para que nos explique de qué se tratan esas bases, cuál es el interés de EEUU cuando se suponía que se iban a replegar las fuerzas imperiales. Mientras EEUU se retira de Irak, viene para acá con la cuarta flota y ahora con las siete bases militares en Colombia”.
Asevero el mandatario venezolano que la “bases militares instaladas en Colombia, especialmente la de Palanquero, le permiten a Estados Unidos tener bajo vigilancia y relativo control a través de su gran poderío científico, tecnológico, militar y de inteligencia, tres grandes objetivos en América del Sur: primero, la reserva de la Faja Petrolífera del Orinoco; segundo, la Amazonía; y tercero, el acuífero guaraní, el más grande del planeta”. A lo que agregó que “el Gobierno colombiano se presta a las intenciones de EEUU y alienta sus pretensiones al permitir la presencia de militares de ese país en la región y al difundir falsas informaciones, como la presunta entrega de misiles a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por parte de Venezuela”, allí retó al presidente Álvaro Uribe Vélez a mostrar las pruebas de sus acusaciones.
Las verdaderas intenciones del gobierno de EEUU, el petróleo venezolano
A partir de la reciente culminación de la cuantificación del bloque Junín 7 de la Faja Petrolífera del Orinoco, en la que los cálculos de Petróleo Original en Sitio (POES) arrojaban 30.400 millones de barriles, la República Bolivariana de Venezuela, a través del Proyecto Orinoco Magna Reserva, avanza con mayor fuerza para alcanzar los 314.000 millones de barriles necesarios para ocupar el primer lugar en reservas probadas de petróleo a nivel mundial.
Actualmente las reservas probadas ascienden a 173.000 millones de barriles, con los que el país alcanza el segundo lugar a nivel mundial con las mayores reservas probadas sólo antecedida por Arabia Saudita, que posee 264.000 millones de barriles.
Para dejar sentado la veracidad de esa certificación, así como la participación de empresas internacionales en la explotación del crudo venezolano, se señalan las empresas que han suscrito compromisos de cooperación en la Faja que son: En Boyacá la portuguesa Galp; Petrosa, de Suráfrica; Petropar, de Paraguay, la cubana Cupet y la Petronas de Malasia. En el campo Junín la vietnamita Petrovietnam; CNPC, de China; Repsol YPF, de España; Sinopec, de China; StatoilHydro, de Noruega; Belorusnebt, de Belarús, Lukoil, de Rusia y Eni, de Italia.
En Ayacucho operan la ecuatoriana Petroecuador; Enap, de Chile; Enarsa, de Argentina, y Petropars, de Irán, y en el campo Carabobo trabaja la brasileña Petrobras. De esta manera Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa), a través de su filial Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), busca cuantificar y oficializar al menos 17% del POES del volumen de 1.36 billones de barriles de crudo pesado y extra pesado que posee la Faja Petrolífera del Orinoco.
Estas reservas de petróleo son indudablemente el objetivo principal, de la campaña virulenta de la administración del presidente de EEUU Obama contra el gobierno venezolano, personalizando su acción desestabilizadora en el presidente Hugo Chávez, al cual acusan de apoyar a la guerrilla colombiana y permitir que su país sea territorio libre del narcotráfico. Falsas acusaciones de dos gobiernos hipócritas, EEUU y Colombia, el primero el mayor consumidor de estupefacientes y el segundo el mayor productor a nivel mundial, como ambos estados terroristas con invasiones a otras naciones EEUU a Irak y Afganistán entre sus últimas acciones, mientras que Colombia invadió a Ecuador y ahora apunta sus acciones hacia Venezuela.
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