El Imperialismo, nuestro desafío

“El imperialismo es la etapa del capitalismo en que este luego de haber avanzado todo lo posible, comienza a declinar” La causa de la decadencia reside en que las fuerzas productivas resultan trabadas por los marcos de la propiedad privada y los límites del estado nacional. El imperialismo pretende dividir y redividir el mundo. A las guerras nacionales les suceden las guerras imperialistas en busca de mercados y materia prima, que son de carácter totalmente internacional y reaccionario, y expresan el impase, el estancamiento y la decadencia del capital monopolista.

Sabemos que lo que hay es una reglamentación evocando un principio abstracto de igualdad en la jornada, es en realidad, dentro del sistema de producción capitalista, el imponer el anárquico absurdo de hacer producir lo suficiente y propio a cualquier economía nacional, estimando que para lograrlo es indiferente su clima, sus fuentes naturales de riquezas y hasta la educación técnica de directores y de obreros. Siempre fue un recurso para compensar las desigualdades naturales, en calidad del suelo, clima, minerales, petróleo, etc. Entre las economías nacionales el trabajar más los países más pobres; es decir, explotar más a fondo su capacidad de trabajo para suplir la deficiencia, motivado a la falta de recursos y la pobreza del suelo, a la cual se deben agregar otras desigualdades, que también se compensan por tal medio: por ejemplo, la diferencia de los utillajes industriales, e imponer una desigualdad económica; porque ello es despreciar el fin del trabajo, que es la producción suficiente. El efecto inmediato es una insuficiencia de la producción, compensada con las importaciones de los países natural e industrialmente autosuficientes, pagadas en dólares por supuesto. Porque, la esencia internacionalista del dinero es demasiado conocida; de tal realidad procede qué la entidad que lo posee y lo sublima sea cosmopolita, con vista, a la disimulación y ocultación de su verdadero fin...

El imperialismo, sabe por razones históricas que la oligarquía de Colombia aspira a ser ribereña del Lago de Maracaibo y el Golfo de Venezuela, como ya lo es del Orinoco, y también que es el país de la región que posee mejor situación geográfica y ejercito suficiente para invadir a Venezuela, ellos saben que el enemigo en potencia existe y está ahí; por medio de las bases que están instalando les suministraran armamento y la logística necesaria para darles confianza y el apoyo para que se atrevan a invadirnos, y así evitar ellos por el momento “intervenir” directamente en el conflicto, para luego más tarde y con la excusa de la guerra ocupar militarmente la Faja Petrolífera del Orinoco, su único objetivo. El imperialismo, bajo todas sus máscaras, es el principal obstáculo en el camino de la consolidación de la UNASUR. La verdad intrínseca, subjetiva llamémosla así, en lo económico y político y hasta en lo moral no existe, será verdad o error en abstracción; pero al ser subordinada para nosotros a la dialéctica de la Revolución –única realidad y por tanto, la única verdad- para todo auténtico revolucionario, ha de ser así, debiendo obrar en consecuencia.

Por otra parte, la burguesía apátrida criolla apoyará el conflicto, ya que, su adaptación al imperialismo les permite hacer plácidas y agradables ganancias a costa del pueblo oprimido. La mejor manera que tienen de ocultar esta adaptación la da la consigna “defensa de la democracia” es decir la amistad con el imperialismo. Esto les da oportunidad de publicar periódicos sin lectores, organizar pomposos congresos y toda clase de publicidad internacional. Esta corporación de profesionales de la “amistad con el imperialismo”, que tras sus ruidosos clamores contra el socialismo ocultan su parasitismo social y su obsecuencia hacia el imperialismo, se convirtió en una verdadera plaga contrario al movimiento revolucionario. Este medio para mejorar el estado económico de una clase es en sí un empobrecimiento de la otra.

En un determinado momento de la Revolución muchos de los llamados “dirigentes”, que sólo eran contrarrevolucionarios, perdieron totalmente su sentido de orientación. A pesar del reconocimiento por parte del pueblo chavista, se dieron cuenta que no podían cometer más errores y acciones inadecuadas, cercados por las masas revolucionarias, no encontraron otra forma de defenderse que la calumnia más vil contra el Comandante Presidente. Caen como llovidas del cielo las acusaciones de que va a cubanizar a Venezuela, que se esta instalando una tiranía castro-comunista, etc., estaban colaborando activamente para su propia caída, por ello el “salto de talanquera” fue su única salida. Para justificar su odio al pueblo estos oportunistas se ven obligados a despreciar y a denigrar contra los que permanecen fieles al proyecto revolucionario. Las etapas de la Revolución y la contrarrevolución se suceden a un ritmo acelerado, las contradicciones entre los protagonistas y la cambiante situación adquieren un carácter inesperado y extremadamente agudo.

Para enfrentar a la burguesía fascista, el Gobierno Revolucionario debe asumir una actitud irreconciliable hacia todos los grupos oposicionistas, ya que seremos capaces de lograr la liberación total si a la cabeza del PSV colocamos verdaderos dirigentes identificados plenamente con la causa revolucionaria; ya qué, la lucha revolucionaria contra el imperialismo y sus lacayos internos exige coraje, audacia y espíritu de sacrificio. Podemos decir del mismo modo que, los “socialdemócratas”, (adecos) esos clásicos oportunistas, nos manipularon durante mucho tiempo, con el cuento de que lograrían transformar la sociedad a través de una completa serie de “reformas sociales” hasta alcanzar la emancipación de todos los venezolanos. Obviando que para la formación e ideologización del pueblo debían implementar una campaña concentrada y sistemática, que sería muy educativa para todos, abriendo así posibilidades cada vez mayores de emancipación pacífica. Especialmente para la juventud.

La evolución materialista de la historia es imposible detenerla; todo lo más se la frena ¡Y a que costo! A costa de aceptarla en teoría, para frustrarla en la práctica. La lucha contra las narcotizantes y debilitantes ilusiones del oposicionismo constituyen el elemento más importante de la doctrina socialista. Es tan invencible la fuerza que lleva al pueblo al socialismo, que sólo esa misma fuerza, oponiéndola a si misma puede lograr disminuir la velocidad de la evolución; más exactamente, disminuir el avance de la Revolución.

La conspiración inflacionaria en progresión geométrica creciente, amenaza la fortaleza de nuestra moneda, al ser automáticamente anulada por el aumento de los precios y el robo permanente por parte de la burguesía a través de sus empresas de maletín y sus pulperías, sino le ponemos mano dura no podrá el pueblo recobrar la baja del poder adquisitivo, por muchos aumentos de salario que por decreto nos aumente el Presidente, convirtiéndose así en única enemiga de la Revolución. ¿Qué pasó con las leyes inexorables anunciadas? ¿Por qué el ministro de Comercio no actúa en consecuencia parándoles el trote a estos miserables especuladores?

El Estado, tiene que importar directamente los insumos de primera necesidad y sobre todo alimentos, eliminando de este modo los empresarios de maletín. A la vez debe crear una empresa de interés social paralela a Mercal, para la distribución de alimentos con sus medios de transporte y toda la logística necesaria colocándoles el PVP a todos los artículos importados, esta empresa socialista les comprará sus productos directamente a los productores del campo, los pescadores y la agro industria colocándole a cada artículo el precio sugerido, y por tal medio eliminamos las organizaciones de intermediarios mafiosos entre los productores y los consumidores. Debemos expropiar el Mercado de Coche y los mercados municipales de todo el país y convertirlos en empresas de interés social, para el acopio y distribución de alimentos con todo el equipamiento que necesiten; esta empresa socialista hará la distribución de los productos a las tiendas que venden al detal, y nos serán de gran utilidad abaratando el costo de la vida, y de esta forma se ataca la mega inflación que nos afecta; mensualmente estos delincuentes aumentan los precios de los productos de primera necesidad; investiguen, del mes de enero del año en curso al día de hoy, muchos artículos los aumentaron el 80%.

El objetivo de nuestra Revolución es abolir la explotación y la desigualdad entre las clases, crear una nueva sociedad y lograr una distribución racional y justa de los productos del trabajo entre todos los venezolanos, ese es nuestro objetivo. No hay falsificadores que puedan cambiar estos hechos, por más que dispongan de poderosas cadenas de Tv., poderosas cadenas radiales y grandes rotativas. Es por integración superadora de tesis y antítesis como la síntesis se hace una realidad, una verdad, acorde final de lo subjetivo y objetivo. Cada paso adelante debe ser el resultado de la investigación, de la crítica abierta y de la discusión colectiva.


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Manuel Taibo


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