EEUU enfila su guerra sucia contra Venezuela

“¿Alguien puede creer que este formidable despliegue conjunto

de la primera potencia militar del mundo y del país más militarizado

de América Latina son para derrotar diez mil insurgentes y unos cuantos traficantes?

Apunta hacia las reservas de hidrocarburos, de agua y biodiversidad de Venezuela, Ecuador y Brasil”.

ENEMIGO A LA PUERTA
Luis Britto García 


Las “bases militares instaladas en Colombia, especialmente la de Palanquero,

le permiten a Estados Unidos tener bajo vigilancia y relativo control

a través de su gran poderío científico, tecnológico, militar y de inteligencia,

tres grandes objetivos en América del Sur:

 primero, la reserva de la Faja Petrolífera del Orinoco;

segundo, la Amazonía;

y tercero, el acuífero guaraní, el más grande del planeta” (Hugo Chávez)


Un ejercicio urgente de la democracia directa en Colombia, lo constituye el pendiente e indispensable rechazo ciudadano, masivo, libre y espontáneo, a la cesión de nuestro territorio a fuerzas militares extranjeras. Para acabar de ajustar, a las del país que más invasiones tiene a su haber en las épocas que corren, y que se ha constituido en el peor enemigo de la humanidad y la vida, debido a su despreciable y mortal neoliberalismo o capitalismo salvaje.

Es necesario expresarlo de una manera clara, constante y contundente. Es un asunto que rebasa los cálculos electoreros y los partidos. Le compete a toda la sociedad, pues la amenaza insólita sobre la paz, es aterradora para las mayorías, sin importar sus banderas ideológicas.

Se trata de la elemental defensa de la soberanía, del derecho a disponer de un territorio propio, sin interferencias externas, lo cual es la razón de ser de la nación, de cualquier nación decente y honorable, libre, independiente, en una palabra, “SOBERANA”.

También se trata de impedir que nuestra juventud se convierta en carne de cañón del imperio, como lo ha dispuesto Álvaro Uribe para garantizar su plan “C” de perpetuación en el poder. Por eso, no le importa enviar colombianos a matar afganos, o a quienes el imperio ordene. 

En lo regional, lo mueve su intención de cobrárselas a Chávez y a Correa, que se han atrevido a decirle la verdad ante el mundo entero, sin que Uribe pueda negar que es cierto lo que de él afirman; o atribuirlo a calumnias de la oposición conformada por terroristas, como Rafael Pardo, inicialmente uribista pero, cuando dejó de serlo, calumniado en el momento de la primera reelección, como supuesto aliado de las FARC, por estos seres mesiánicos del furibismo inmune (o teflónico), impune e insaciable.

Sus odios felinos son implacables, como lo supo Pedro Juan Moreno (su socio en la creación de las Convivir, oportunamente helicopterizado, cuando se convirtió en el más implacable enemigo de su ex socio), y también lo sabe el sacrificado, decente, altivo y libre profesor Moncayo, quien ya entendió que lo único que Uribe quiere es que reciba el cadáver de su hijo, o la noticia de que cayó en una operación de rescate efectuada por el honorable ejército de Colombia, ahora reforzado con sus “subordinados” militares del imperio, dispuestos a servirle en siete bases militares nuestras, si nos dejamos. 

Por eso sabotea el gesto político-propagandístico-humanitario-pacifista (¡mal negocio para los potentados de la guerra!) de las FARC, para liberarlo incondicionalmente.

Para seguir arruinando la patria, a nuestro carismático dictador, agazapado en una legalidad violada de frente, le basta la fe ciega de sus furibistas, que lo adoran y todo se lo perdonan.

Negar la realidad, le es imposible; pero desviar la atención pública sí lo sabe hacer como todo un maestro, bien asesorado, no sólo por su pariente José Obdulio -que es un erudito como brutico-, sino por genios internacionales del engaño como J.J. Rendón, gran amigo de Juan Manuel Santos.

Esto también explica su vil entrega de los recintos militares nacionales para la defensa de los intereses de las multinacionales, que los “halcones” de Washington representan mejor que cualquiera. 

La estrategia usana para salir de la crisis en que nos han sumido, es fortalecer el plan de guerra mundial que trazaron los sionistas. Lo apuraron con el criminal ataque a la Franja de Gaza en diciembre de 2008, pero no tuvieron tiempo de completarlo con el asqueroso Bush[1], antes de que dejara de ser el hombre más poderoso del mundo.

Ahora están dispuestos a retomar su macabro designio, valiéndose de sus cipayos. Pero el de Egipto se les asustó, mientras el de Colombia los ve como sus salvadores.

Es una vileza anticonstitucional que bien puede calificarse como traición, pues nos convierte abiertamente en una colonia, tanto como en una amenaza evidente para los países soberanos de América y África.

Mientras Colombia las acapara, algunos de ellos se están sacudiendo las cadenas del neocolonialismo; asumiendo el progreso, liberándose de la maldición bíblica que nos convierte a todos los humanos en esclavos del “pueblo elegido”. El de esos caracterizados enemigos de la humanidad que quieren subordinarnos con el pretexto de que Hítler los trató como ellos a los palestinos, desde que resolvieron despojarlos de la tierra que Adonai les prometió a los judíos, según los sueños de Abraham, que Moisés se encargó de implementar. 

Tal absurdo sustenta el conflicto más antiguo sufrido por la humanidad; el que nos ancla al pasado y nos impide realizarnos como criaturas hechas a imagen y semejanza de Dios, según reza que somos el libro sagrado de los enemigos ideológicos de la especie, grandes genios militares, expertos en el crimen y otras cosas, como la asesoría a déspotas y el monopolio del negocio que ahora llamamos bancario.

En semejante predicamento, le corresponde a la sociedad civil oponerse al macabro designio de USA, resuelto a revivir sus sueños de potencia imperialista, que siempre han contradicho su presunta esencia democrática, de la que se valen para auto proclamarse superiores, como modelos para el resto de los humanos, autorizados a inocularnos la “democracia” por la fuerza, como pretende hacer el Redentor Obama con Afganistán[2].

La ocupación estratégica de posiciones militares que cubren el mundo entero, es una evidente contradicción con su cacareada defensa de los valores democráticos que, según entendemos algunos, son libertad, igualdad, fraternidad y soberanía, como mínimo.

Creímos que con Obama los conceptos habían recuperado su verdadero significado, pero ya casi es innegable que no es más que un títere del poder tras el trono[3]. De ahí su asombroso acomodamiento a los dictados de los halcones que manejan el poder en USA. Si no se les somete, lo matan; así de sencillo[4]. Si lo hicieron con el potentado Kennedy, respetable heredero de su padre irlandés, traficante de alcohol en los años 20, lo que lo convirtió en millonario, ¿qué les impide hacerlo con la “caranga resucitada” -según patética expresión de los abuelos- que sería en la actualidad Barak Obama para los halcones wasp y sionistas?

Por eso, la Clinton es la verdadera interprete de lo que determinan los enemigos de la humanidad que se han aprovechado del Mesías paisa, y sus ansias de eternidad, para septuplicar en Colombia[5] la base de Manta, que el gobierno digno del Ecuador, dirigido por otra abominación de los furibistas, Rafael Correa, reemplazo de los vendepatria que la habían autorizado[6], les negó prorrogar en su país soberano.

No podemos quedarnos indiferentes ante el más grave atentado contra la independencia territorial que ha sufrido la patria, después del despojo de Panamá propiciado por José Manuel Marroquín. 

Éste es el padre del famoso Lorenzo, quien se enriqueció a la sombra de su papi presidente, como el primer “hijo del ejecutivo”, ahora emulado en duplicado por los genios financieros, insólitos empresarios, hijos del presidente Uribe.

Tomás y Jerónimo superaron a Juan Manuel López Caballero, el promotor de la carretera de La Libertad, que le permitió valorizar sus tres hatos ganaderos en los Llanos Orientales, aprovechando la presidencia de su padre, el “pollo” López, otro famoso “hijo del ejecutivo”. Pero éste, que se enriqueció con los bienes expropiados a los alemanes a raíz de la segunda guerra mundial, durante la presidencia de su padre homónimo, parece conservar el récord.

Sería vergonzoso continuar callados observando la afrenta que un presidente bastante cuestionado, desesperado por perpetuarse en el poder, les ha hecho a los países hermanos, abusando del principio de no-intervención en los asuntos internos. Sabe que esto los inhibe para denunciar la decisión, y condenarla masivamente como un atentado contra la seguridad regional y la paz mundial, lo cual es evidente para todo el mundo, excepto para los furibistas, quienes sólo tiene ojos y oídos para su impecable líder. 

Es una deslealtad peor que la de Julio César Turbay cuando no respaldó a la Argentina en su reivindicación armada de las Malvinas, que fue el recurso desesperado del dictador Galtieri, totalmente desacreditado, para intentar seguir ejerciendo el poder dictatorial, masacrando a su pueblo, al que logró convocar acudiendo a una causa nacional de superior jerarquía, elemental recurso de los maquivelitos criollos para calificar de traidores a quienes no los apoyen en su megalomanía oportunista.

Pero la conmoción regional, con tintes nítidamente bélicos, sería la forma más expedita de provocar la hecatombe de grandes proporciones que disuelva los increíbles escrúpulos del gurú paisa, tan temeroso de Dios, autorizándolo a seguir sacrificándose al servicio de la patria, mediante la instauración de una dictadura lo más legítima posible.

Es lo más natural para un gobierno acostumbrado a pisotear el pacto social de 1991, en una muestra absoluta de desprecio por la voluntad popular auténticamente y legítimamente expresada, y que, en su vergonzante populismo viajero de demagogo en campaña permanente, quiere remplazar con encuestas amañadas y con referendos absolutamente ilegales por donde se les mire. 

Dicho gobierno, desde su primera administración, asumió como banderas, entre los 100 puntos de su programa, la lucha contra las FARC, a las que exterminaría en el plazo de un año. Este seductor objetivo lo complementó con otros tres, igualmente sensibles para la opinión pública: la derrota de las consuetudinarias corrupción, politiquería y clientelismo. En este terreno, el resultado es que jamás han sido tan enormes tales calamidades, después de siete años de trabajo al cubo del mejor presidente que ha tenido la patria; el estadista máximo que ha conocido el mundo.

Añora la constitución aristocrática y patriarcal que impuso Rafael Núñez en 1886, bajo la inspirada pluma de Miguel Antonio Caro, literalísimo tío abuelo de Rafael Pardo, uno de los pocos oligarcas decentes que quedan y que el régimen uribista oportunamente calumnió, como ya se dijo.

Uribe añora el régimen patriarcal y arbitrario. No entiende que los tiempos han cambiado, e insiste en anclarnos a un pasado colonial, absolutamente anacrónico, que se esmera en revivir. Anhela emular a algún virrey de Felipe II, o algo así. Por eso derrocha las riquezas de la patria, sin medida ni proporción, como un jeque petrolero. Y dispone de la vida, honra y bienes de los ciudadanos, y del mismo territorio patrio, de acuerdo a lo que considera la mejor defensa de sus intereses despóticos personales, de caudillo mesiánico e imprescindible, dueño de la soberanía nacional que trata de regalarles a quienes considera que pueden protegerlo cuando el pueblo despierte y lo llame a rendir cuentas.

Los ciudadanos tenemos la obligación patriótica de combatirlo, en defensa de las instituciones que insiste en pisotear; de nuestra república independiente y soberana; de la paz con los vecinos; de nuestros intereses económico mutuos; de nuestra hermandad, convivencia y destino común, que sólo los gobiernos colombianos traicionan de manera tan evidente.

Tenemos el deber de denunciar y rechazar el caudillismo, ejerciendo nuestra soberanía personal o individual en defensa de la colectiva, seriamente amenazadas por la megalomanía de un indeciso en su alma, pero totalmente inclinado por su codicioso corazón a perpetuarse en el poder, si nos dejamos.

Es una obligación directa de nuestro pueblo, y una responsabilidad indeclinable con los pueblos hermanos, vedados para intervenir en lo que Uribe presenta como una decisión soberana, aunque la toma a espaldas del pueblo y desconociendo la Constitución. 

Ellos depositan su confianza y sus esperanzas en nosotros, el pueblo sensato, unido con lazos de sangre y solidaridad ajenos al cálculo mezquino de un ambicioso de siete suelas y sin escrúpulos.

Es una tarea que nos compete a los ciudadanos pensantes y dignos, capaces de entender la gravedad de la autorización para que USA disponga de siete bases militares en Colombia.

No sólo amenazan la paz regional, en su afán de acabar con los regímenes populares, independientes del imperio; sino que la cuestión social en Colombia empeora[7]

La protesta popular queda amenazada de muerte, y los bombardeos que permite la alta tecnología militar usana, que nos han mostrado por CNN cuando han atacado a Afganistán o a Irak, y que emplearon contra las aldeas de Vietnam y siguen empleando ahora contra las aldeas de los países mencionados, y también de Pakistán; no tendremos que vivirlos virtualmente. Ahora serán una experiencia cotidiana, en vivo y en directo, aunque no inédita: “... la agencia EFE en Bogotá informa que “El 22 de abril el embajador de EEUU en Colombia, William Brownfield, se reunió con el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, y le comunicó que el Departamento de Estado decidió “levantar el veto que desde enero de 2003 aplicaba a la base aérea de Palanquero, en el centro de Colombia, que estaba sancionada desde 1999 cuando aviones que despegaron de allí bombardearon por error un pueblo y mataron a 18 campesinos”. Estados Unidos sanciona, impone o levanta vetos a las bases militares en territorio colombiano, y sus soldados son inmunes a las leyes de Colombia. A su collar de enclaves allí añade ahora las bases de Malambo, Palanquero, Apiay, Tumaco, Bahía Málaga, Tolemaida y Fuerte Larandia. (Boletin Entorno, Año 7 Número 65, Lun 17 ago 2009: Luis Britto García ENEMIGO A LA PUERTA) (subrayado por DBP)

 

Si no reaccionamos pronto, preparémonos para otros cien años de iniquidad, de los cuales ya hemos transitado siete, por lo menos.

En tal caso, el futuro es de muchos más despojo, depredación, desplazamiento, exclusión social, miseria, atraso, arbitrariedad, crimen y circo. De pan, poco. Pero de aislamiento y desprecio, bastante.

Todo depende de nuestra capacidad para defendernos, por encima de mezquindades y diferencias artificiales; como hermanos en una patria común latinoamericana, independiente del imperio, altiva, soberana, rica y autosuficiente.

Enfrentamos el reto decisivo de construir el futuro luminoso que reconozca la importancia de todas las culturas y rechace enfáticamente el criminal capitalismo salvaje que nos tiene al borde del colapso definitivo.

Los pueblos milenarios, respetuosos de la naturaleza y promotores de la vida, tienen mucho que aportar para la tarea de enmendar los aterradores daños que ha ocasionado el consumismo irracional.

Éste es el fundamento de las sociedades de mercado, empeñadas en convertir todo en basura, y en extraerle a la madre Tierra hasta la última gota de petróleo, para poder sostener el creciente envenenamiento del aire que nos vemos obligados a respirar la mayoría de los mortales, incluyendo los no fumadores.

Sus crímenes, justificados por el afán de lucro (conseguir dinero y más dinero, aprovechando el poder) de unos pocos potentados, son incontables y abarcan toda clase de escenarios. Llegan al punto de arrasar las tierras de los gentiles orangutanes, dedicándolas al cultivo extensivo, intenso e inmisericorde con el medio ambiente, de palma africana. 

El propósito es obtener más ganancias para los potentados -a un altísimo costo para toda la sociedad humana y la vida que llamamos superior-, mediante la producción de biocombustibles, tan nocivos para el medio ambiente como el petróleo y el carbón.

En este caso del arrasamiento miserable e imperdonable de las selvas de Borneo, el crimen tiene unas connotaciones antropológicas, éticas y morales, particularmente serias, pues estamos extinguiendo la especie animal más cercana a nosotros, quizás superior, pues parece haber superado el instinto asesino que nos caracteriza y nos está acabando.

Naturalmente, los consumistas son incapaces de entender estas sutilezas romanticoides, de modo que no los afecta ni les importa el irreparable crimen. Su gran ambición y valor supremo son el derroche y el boato, respectivamente. A quien no comparta tan alta axiología, lo desprecian. Para eso tiene con que. Por eso insisten en defender el sistema caduco, a pesar de su olor mortecino y los gusanos que expele, exigiendo sepultura.

Por eso, son los pueblos raizales que saben convivir con la naturaleza, los que deben asumir la orientación fraternal, para que no perezcamos todos por la locura del consumismo imparable y creciente.

Pero los potentados, que fincan sus fortunas en ese comportamiento suicida, no están dispuestos a tolerar que la satisfacción de las necesidades de consumo de toda la población, no sólo de quienes tienen capacidad adquisitiva, se someta a la razón. Por eso, no tienen inconveniente en estar armando una guerra mundial a la vista de todo el que quiera mirar.

¿Será que derrotan a la humanidad y a la vida?

De la actitud de cada uno depende todo. ¡O nos comprometemos, o nos jodemos! 


[1]Como dijo Bush en 2002 al formular la nueva Estrategia de Seguridad Nacional: “Estados Unidos necesitará bases y estaciones dentro y más allá de Europa Occidental y el noreste de Asia, como así también arreglos de acceso temporal para el despliegue de las fuerzas de Estados Unidos a gran distancia”. (id., Britto)

[2] Obama dijo un discurso en la Convención Nacional de Veteranos de Guerras en el Extranjero, en Phoenix: “Tal como dije cuando anuncié esta estrategia, habrá más dificultades en los días por venir. La insurgencia en Afganistán no se generó de un día para otro, y no la derrotaremos de un día para otro. Esto no será rápido. Tampoco será fácil. Pero nunca debemos olvidar que esta guerra no es una elección, esta guerra es una necesidad. Los que atacaron a Estados Unidos el 11 de septiembre están conspirando para volver a hacerlo. Si no la controlamos, la insurgencia de los talibanes representará un refugio seguro aún mayor desde el que Al Qaeda podrá conspirar para asesinar a más estadounidenses. Por lo tanto, esta no es solo una guerra que vale la pena luchar. Es fundamental para la defensa de nuestro pueblo”. (subrayado por DBP)

[3] “... el imperio norteamericano -y en eso también tiene razón Chávez- tiene intereses superiores a los de su timonel de turno: Barack Obama es una anécdota” (‘Puro realismo’, por Antonio Caballero en revista Semana)

[4] *Docena de manifestantes armados asistieron a concentración en contra de Obama en Phoenix * En noticias de Estados Unidos, los partidarios del control de armas manifestaron preocupación por el creciente número de manifestantes armados que asisten a los foros abiertos y discursos del Presidente Obama.
El lunes, la policía de Phoenix informó que al menos una docena de manifestantes portaban armas cerca de una sala de convenciones donde habló el primer mandatario. Al menos un hombre tenía un rifle de asalto semiautomático AR-15 colgado del hombre. La policía no hizo arrestos basándose en una ley estatal que permite el porte de armas si éstas no están ocultas. El 11 de agosto, la policía arrestó a un hombre por tener un arma cargada y sin licencia en su coche cerca de una escuela de New Hampshire donde más tarde se realizó un foro sobre el sistema de salud al que asistió Obama. En otro incidente, un hombre que estaba en el mismo evento tenía un arma en una funda ajustada a su pierna. Manifestantes también llevaron armas a foros abiertos sobre el sistema de salud recientemente celebrados en Tennessee y Arizona. El lunes, el congresista republicano Phil Gingrey se presentó en Hardball con Chris Matthews, y defendió el derecho de los manifestantes a portar armas.
(subrayado por DBP)

 (Ver Democracy Now: *Docena de manifestantes armados asistieron a concentración en contra de Obama en Phoenix http://www.democracynow.org/es/2009/8/18/titulares#6)

[5] De cuenta nuestra, para que no se diga que regalamos la soberanía, en tratándose de siete bases USAnas que los usanos tendrían que sostener, si no fuesen “nuestras”, ni ellos fuesen “nuestros siervos”, como es evidente para todo el mundo acostumbrado a ver los pájaros tirándoles a las escopetas.

Recordaba pertinentemente Hugo Chávez en su entrevista a RCN que los Estados Unidos nunca han permitido que sus tropas estén bajo mando extranjero, ni siquiera en las misiones de Cascos Azules de la ONU. Con lo cual la afirmación de que en sus nuevas bases en Colombia se someterán a la autoridad de los oficiales colombianos no pasa de ser un chiste (Citado en ‘Puro realismo’, por Antonio Caballero en revista Semana)

[6]El Comando Sur obtuvo del régimen entreguista del presidente ecuatoriano Noboa la Base Aérea de Manta en la costa noroeste, que dominaba el Putumayo, extendía la vigilancia aérea por la región andina y proporcionaba inteligencia al ejército colombiano y a los escuadrones de la muerte entrenados y dirigidos por EEUU” (ib., Britto)

[7]La ayuda contra el terrorismo -o sea, en el caso colombiano, la intervención en la guerra interna contra la subversión de las Farc- estaba explícitamente excluida del Plan Colombia tal como se firmó en tiempos de Andrés Pastrana y Bill Clinton” (id., Caballero)



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Diego Olivera

Periodista. Director de Barómetro Internacional

 diegojolivera@gmail.com

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