Al momento de escribir estas líneas me ha caído como un balde de agua helada la intervención de Central Banco Universal, junto con otros dos bancos, algo que sospechaba cuando en el lunes NEGRO (y BIEN NEGRO) del 30 de Noviembre, los indignos ejecutivos de este banco publicaron un remitido solemne en el que desmentían que su institución estuviera en mala situación. Lo mismo decían los banqueros delincuentes que quebraron bancos en 1994. Ahora me ha tocado, como otros compatriotas, asumir el papel de víctima de las bribonerías de un mequetrefe llamado Ricardo Fernández Barrueco, cuyos delitos no voy a detallar aqui pues de eso se encargaron muy bien los medios del gobierno y de los sectores de derecha. Y para que nada falte, me toca ser víctima de otro estafador más.
Cuando estábamos afectados por la intervención de cuatro bancos, ese mismo "lunes negro" en la sede de la Superintendencia de Bancos se prohibió la venta de Central, por parte de su dueño el potentado e hiperdelincuente Eduardo Gómez Sigala a un tal Pedro Torres Ciliberto, otro infecto personaje de similar calaña de quien se dice que está fuera del país. Sin embargo, otra información contradictoria declara que la tal venta se concretó. ¿A cual de estas versiones le creo, entonces?
Por supuesto, no caeré en el triste error de culpar de estas quiebras al Gobierno del Compañero Presidente Chávez, como hacen las gentes equivocadas que se cuadran con los mismos "sectores impíos" de la derecha saboteadora, asesina y vendepatria. Desde tiempo atrás, he dicho y repetiré hasta que me canse, que NUNCA defenderé empresas y empresarios. He sido, como muchos de quienes me leen en este instante, víctima de la empresa privada. En el año 2001, el delincuente de Gustavo Adolfo Werner Rossen Poffer, ordenó la reducción de personal de la reprivatizada CANTV, ahora en manos del Estado. ¿Cuanta gente egresada de allí, no pudo volver al mercado laboral pues le cerraron las puertas en las empresas privadas y del mismo Estado?. ¿Cuantas de ellas tenían dinero en estos bancos intervenidos?.
Ah, pero tenía que haber un grupo de ejecutivotes siniestros comandados por el tal Ricardo Fernández Barrueco que se creyeron que el Presidente Hugo Chávez era el mismo firmón de papeles, títere del sionismo y las corporaciones, del tal Barack Hussein Obama, quien se empeñó en dar dinero a banqueros y constructores de automóbiles derrochadores, que vendían bien caros sus servicios y sus vehículos, que complacían las pretensiones inadmisibles de ciertos sindicatos y se ponían en los bolsillos unos bonos de fin de año, en nada comparables a lo que el ciudadano común y corriente podía ganar en 1000 años que viviera.
De modo que estas y otras que no menciono, son las razones que tengo para pensar que, tal como dice el ciudadano del común, pareciera que no hubiese gentes honestas en el ramo bancario y comercial. Sí las debe haber, pero parece que no son la mayoría, por infortunio. Con el pesar que más de uno carga a cuestas por estas pérdidas momentáneas, de todos modos, confio (y que me digan ingenuo, ¡que me importa!) en la palabra del Compañero Presidente Chávez. Porque ahora sí es verdad que prefiero una y mil veces que las instituciones en las que confié mis finanzas, pasen a manos del Estado, no importa que le cambien el nombre, los colores corporativos y el logotipo y digan que son "rojas, rojitas" porque, hay que admitirlo, BANCO DEL ESTADO NO QUIEBRA JAMÁS. Recuerden todos los cierres de Bancos que hubo desde el siglo pasado y verán cuantas víctimas quedaron sin su dinero y hasta sin sus vidas, al no haber un Estado que respondiera. Recordemos al Banco Andino, al BTV, al Banco Nacional de Desarrollo, Barinas, Latino, Construcción, BANCOR, La Guaira...Todos eran bancos privados.
Y para terminar, recuerdo los cierres de diversas organizaciones privadas porque sus presuntos dueños preferían huir del país y asumir una doble nacionalidad, tras sacarle más dinero al Estado. Así pasó con la desaparecida Tiquire Flores, con Venepal, con Rualca, con Alimentos La Gaviota y seguirá pasando hasta que se le pongan condiciones cada vez más duras al empresariado. Si por mí fuera, en lugar de comprarle a los privados sus empresas, se las confiscaría al mejor estilo impuesto por Josef Stalin, con todo y que no soy admirador de semejante dictador genocida.
Pero es lo menos que merecen los representantes de las nuevas generaciones de "ladrones de cuello blanco", expertos en la trampa, en la bribonería, en atacar a los gobiernos progresistas y en defraudar de la más miserable manera a sus clientes y trabajadores, a quienes dejan "en la estacada" sin importarle un bledo las consecuencis. De modo que si el Presidente Chávez insiste en atacar a semejante gentuza, que no nos pida ni el permiso, que para eso le confiamos la dirección del destino de MÍ país, TÚ país, NUESTRO PAÍS que se llama La República Bolivariana de Venezuela.
ADECOS Y COPEYANOS: ¡QUE NO VUELVAN JAMÁS!
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Maracay, Venezuela