En la segunda mitad del siglo XVIII, Venezuela produjo cinco de los grandes hombres que forjaron su historia patria: Simón Bolívar, Francisco de Miranda, Andrés Bello, Simón Rodríguez y Antonio José de Sucre. Y es precisamente de Antonio José de Sucre, a propósito de la conmemoración de su natalicio, de quien comentaré en las próximas líneas. Este ilustre cumanés nació el 3 de febrero de 1795 y murió el 4 de junio de 1830, solo vivió 35 años. Antonio José de Sucre, desde muy temprana edad, sintió vocación por la ingeniería, y comenzó su formación en ese campo, en la Escuela de ingeniería militar de Tomas Mires.
Con los sucesos de 1810, siendo un adolescente, se une al ejército en Cumaná, al mando de su padre. Participó en Valencia para defender la 1ª República, bajo las órdenes de Francisco de Miranda. España había enviado al capitán Monteverde para enfrentar a los patriotas que querían independizar a Venezuela. En ese mismo año de 1812 el mes de marzo, se produce el terremoto que afecta a varias ciudades del país, entre ellas Caracas, centro neurálgico de la actividad político-militar junto a Valencia y otras. En medio de ese fenómeno natural, las altas autoridades de la iglesia católica culpan del sismo a la causa patriota. La respuesta de Simón Bolívar, ante semejante actitud contra la lucha por la libertad, no se hizo esperar con la célebre expresión: “Si la naturaleza se opone a nuestros designios, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”. Una vez que Miranda capitula y es hecho prisionero por los españoles, comienza a reorganizarse el movimiento Republicano. Por el Oriente, destaca la campaña de Chacachacare liderizado por Santiago Mariño, Manuel Piar, Francisco Bermúdez y Valdez.
En ese mismo año de 1813 comienza el Libertador Simón Bolívar la campaña desde occidente para liberar a Venezuela. Las dos campañas obtienen triunfos importantes y avanzan hacia la recuperación de espacios territoriales. Sucre sirvió al Estado Mayor del ejército de Oriente desde 1810 hasta 1817. Se une a Simón Bolívar en Guayana, por no estar de acuerdo con el congresillo de Cariaco que dirigido por los generales Orientales, prácticamente desconoce al Libertador. Razón por la cual se produce la necesidad de construir la unidad de mando y obediencia en el ejército libertario. Sucre es ascendido a general de brigada, gobernador de Guayana, comandante general del Orinoco, es el redactor del tratado de armisticio y regularización de la guerra para negociar con el general español Pablo Morillo en 1820 “es el mas bello monumento a la piedad aplicada a la guerra” afirma Bolívar. Sucre libera a Quito en la batalla de Pichincha y Luego, derrota definitivamente a los españoles en la batalla de Ayacucho donde se pone fin al poder de España en América.
Es fundada La República de Bolivia de la cual es su primer presidente. Fue elegido para ocupar el máximo cargo del Congreso admirable. Por sus incuestionables dotes intelectuales, su honestidad, su capacidad de liderazgo, su talento personal, y por el respeto y admiración que inspiraba en nuestro libertador, “El redentor de los hijos del sol”, estaría destinado a sucederlo para dar continuidad a la causa integracionista de América Latina. Sin embargo, los enemigos de Simón Bolívar, tenían ya diseñado un plan para asesinarlo en Berruecos Colombia. En ese abominable hecho participaron el mismo Santander, José María Obando, Juan José Flores, como autores intelectuales y Apolinar Morillo entre otros como ejecutor del crimen. La causa fundamental es la oposición a las ideas bolivarianas de unidad de América y redención social. Sucre fue un paradigma de probidad, eficiencia y de sentimiento patriótico americano, un ejemplo de lealtad incondicional a el Libertador Simón Bolívar.
Por sus ideas y luchas emancipadoras, Bolívar y Sucre cabalgan de nuevo juntos, recorriendo nuestra América con la espada desenvainada. Una segunda independencia ha de venir con las generaciones del siglo XXI.
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