Por una nueva Ley Orgánica del Trabajo realmente Democrática y Revolucionaria

Una ley decidida por el ejecutivo nacional y cuyos recaudos se filtren a través de una comisión de personajes donde uno solo es miembro de alguna organización sindical, los demás son representantes patronales o del estado burgués y de paso ex adeco seguidor oportunista de todos los lineamientos del gobierno al punto de ser la cabeza de una corriente sindical patronal que ni siquiera ha hecho valer los derechos de los trabajadores petroleros en el cumplimiento de su contratación colectiva, no podrá significar un paso adelante en los derechos de los trabajadores, ni en dotarlos de mas poder de decisión en el ámbito del trabajo.

La única ley laboral que puede servir a los trabajadores es aquella que surja de sus propios debates y sea sancionada por ellos mismos e implementada por sus órganos de poder que hoy no existen en el país. De aquí tenemos que concluir que la Ley del Trabajo que prepara el gobierno por ningún lado va a ser ni democrática revolucionaria y menos aún socialista. Pero este importante hecho no es óbice para que la clase obrera y demás sectores revolucionarios nos atemos de manos y  pies, para no bregar en esta coyuntura por una Ley del Trabajo que amplíe los derechos democráticos y reivindicativos ya existentes, lo que implica mantener el llamado a impulsar algunas propuestas necesarias que partiendo de la movilización independiente y autónoma de la clase, fortalezca  unidad y capacidad combativa.

Dentro de esas propuestas como Corriente Socialista Revolucionaria – El Topo Obrero proponemos 21 puntos para la discusión sobre lo que debe contener la nueva Ley del Trabajo.

1.- La garantía del salario para los trabajadores que se vayan a la huelga por violaciones a sus derechos legales y contractuales, en solidaridad con otros sectores en lucha y por la conquista de nuevos derechos.

2.- La garantía del pago del salario (semanal o quincenal) de aquellos trabajadores despedidos hasta que el mismo sea calificado o se termine el proceso legal.

3.- Que el salario mínimo sea igual a la canasta básica que requiere una familia de 5 personas para vivir.

4.- Que establezca la Escala Móvil de Salarios como mecanismo para evitar el deterioro compulsivo de los ingresos de los trabajadores.

5.- Que establezca la Escala Móvil de las Horas de Trabajo sin reducción salarial para aquellas situaciones de empresas que tengan dificultades en la producción y/o distribución de bienes y servicios y que por lo tanto requieran bajar la producción o se vean obligados a vender menos, por lo que se pone en peligro la estabilidad laboral.

6.- Que cualquier empresa que tenga dificultades en la producción y venta de bienes y servicios, garantice el salario de sus trabajadores hasta tanto se normalice su situación.

7.- Que los patronos, sean del sector público o privado que violen los derechos de los trabajadores, aparte de las respectivas multas, sean sancionados con prisión hasta tanto prueben, ante una Comisión de Trabajadores de la Empresa   que han restituido los derechos de los infringidos.

8.- Que el derecho a huelga no esté sujeto a ninguna decisión de funcionario público alguno  o de jueces del trabajo y que ninguna ley pueda limitar, entorpecer o negar el libre ejercicio de la misma, sino que se realice o suspenda solo a la libre voluntad de los trabajadores que la requieran ejercer.

9.- Que así como hoy día un patrón viola la Ley en cuanto a la contratación colectiva, los derechos legales, la estabilidad en el trabajo, sea despidiendo o tercerizando la mano de obra, se establezca con toda claridad que los trabajadores se podrán ir a la huelga sin necesidad de pasar por ningún período de conciliación, como está establecido en la actual Ley.

10.- Que establezca la jornada semanal laboral en 36 horas sin reducción de los salarios para todos los trabajadores, sin excepción.

11.- Que mientras exista desempleo, queda terminantemente prohibido el laborar horas extras.

12.- Que los convenios colectivos tengan una duración máxima de un año.

13.- Que establezca la estabilidad absoluta de todos los trabajadores. 

14.- Que la constitución de sindicatos sea un trámite de simple manifestación de cualquier grupo y número de trabajadores. Si el patrón plantea que su constitución es ilegal, la mismo solo puede proceder por falsificación de datos y mientras se prueba este hecho los sindicatos constituidos tendrán plena legalidad y ejercerán legalmente en todos los planos que la Ley hoy les faculta.

15.- Que las elecciones sindicales son un derecho a ser ejercido por los trabajadores organizados sin que ningún organismo pueda interferir, supervisar o tutelar las mismas.

16.- Que el Ministerio del Trabajo tan solo servirá de órgano receptor de los papeles de trámite que dan fe de la realización de las elecciones y de los resultados de las mismas.

17.- Que los funcionarios del Ministerio del Trabajo o los jueces que incumplan las normas, los lapsos dentro de los cuales tienen que dictar sentencia o tomar decisiones sean destituidos de sus cargos y sufran prisión hasta tanto se restituya la legalidad infringida.

18.- Que sancione, que el mecanismo de desarrollo del Control Obrero, es mediante el debate en todos los trabajadores en todos los ámbitos de la cadena de producción y comercialización de cada fábrica, empresa o instituto u organismo donde se labore. Que el órgano ejecutor de las decisiones tomadas por los trabajadores sea constituido mediante plena participación de los mismos trabajadores en Asamblea. Que las directivas del Consejo de trabajadores, organismos constituido por Delegados electos democráticamente por los trabajadores, puedan ser revocados en el momento que quienes lo eligieron, así lo decidan.  Que los organismos de Control Obrero tienen el poder de decisión sobre todo lo referente a la producción, elaboración de bienes y servicios y de venta y distribución, así como el control de compra de todo lo necesario para el buen funcionamiento de la empresa u organismo gubernamental, la administración de los mismos y de la venta.

19.- Que sancione a los Consejos de Trabajadores como órganos electos desde las bases por todos los trabajadores que laboren en cualquier empresa o institución u organización pública, según sea el caso y cuya función es velar por la ejecución y desarrollo del Control Obrero y que en ningún caso servirá para sustituir a los Sindicatos y que su funcionamiento será de plena autonomía de los órganos del poder estatal.

20.- Que son los trabajadores organizados los que elegirán y destituirán a todos los funcionarios del trabajo, incluyendo al Ministro del Trabajo y a los jueces de los Tribunales del Trabajo de su jurisdicción, así como a los jueces que en tribunal Supremo de Justicia, velen por el cumplimiento de la materia laboral. Así comenzaríamos a tener unos órganos del trabajo favorables al débil jurídico y económico: al trabajador.

21.- Que la Ley amparará a todos los trabajadores (obreros y empleados) tanto del sector público como del privado.

Una ley con estos contenidos y otros que han sido expuestos en diversos espacios de clase, género, sector social daría “privilegios” a los trabajadores que los patronos públicos y privados no están dispuestos a aceptar, pues para ellos, a los trabajadores, quienes son los únicos creadores de la riqueza, tan solo deben aceptar migajas de beneficios y derechos y a las chiquititas, la subordinación a los amos del capital y sus funcionarios que administran la leyes burguesas del estado Burgués en Venezuela y en cualquier parte del mundo.

Para nosotros de lo que se trata precisamente es de que la clase tenga el poder democrático de decidir y controlar la política laboral, a los funcionarios que la deben administrar y los recursos económicos que se requieran para hacer cumplir los derechos laborales, pues en definitiva nosotros si creemos y militamos en la idea de que el pueblo trabajador ejerza y sea el poder en Venezuela y el mundo. Si, en esta discusión en el fondo de lo que se trata es de que clase social va a tener el poder de decisión para dirigir el desarrollo de laborar y la sociedad toda. Aceptar menos de lo aquí propuesto, de tener el control sobre la producción, sobre los despidos, sobre el mínimo que debemos ganar los trabajadores, de quién debe tener el poder sobre la calidad y cantidad del empleo y de las sanciones sobre los violadores de los derechos laborales, de elegir y revocar a los funcionarios y jueces que deben aplicar las leyes, es aceptar que los dueños del capital, no solo tienen el derecho legal a apropiarse de la plusvalía que producimos los obreros, sino que tienen el derecho a negarnos un trabajo digno, y el poder de decidir democráticamente y de controlar todo lo referente a la administración de la justicia laboral. Si los trabajadores somos la mayoría en el mundo del trabajo, somos los trabajadores quienes tenemos que tener el poder de decisión.

En esta llamada revolución Bolivariana, donde hace unos años se nos dijo que éramos el poder, aunque desde hace años ya desapareció esta propaganda de que el pueblo es el poder, evidentemente la burguesía es la que detenta el poder económico, es la que usufructúa lo esencial de los beneficios, incluso de los programas sociales y de la renta petrolera, siendo esto lo que hace posible que los dueños de los bancos hayan prácticamente duplicado sus ganancias durante el año 2011 con respecto al 2010, lo que significa que si en el año 2.010 los amos del capital  pagaron el capital invertido para montar sus bancos en 4 o 6 meses, en el año 2011, lo pagaron en 2 y 3 meses.

En el capitalismo, en todas sus formas y matices, solo la clase trabajadora está en capacidad de sustituir a la burguesía destruyendo al capitalismo y colocarse al frente de la sociedad, por tanto, que no se escandalicen los empresarios y quienes creen que se puede crear un socialismo conciliando con el gran capital y dejando la estructura de poder en las empresas en manos de los empresarios, no se escandalicen por las aspiraciones de los trabajadores y sus necesidades para crear una sociedad realmente justa sin explotadores ni explotados. Lo aquí expuesto es tan solo una parte de las medidas que la clase obrera tiene que tomar para construir un socialismo que supere al capitalismo. Los que crean que planteamos cosas exageradas que no se van a realizar, entonces ni siquiera son auténticos y consecuentes demócratas, pues ninguna de nuestras propuestas trasciende el capitalismo, ni siquiera hemos planteado la expropiación de los monopolios y de la banca bajo Control Obrero.

Llamamos a todos los sectores democrático revolucionarios y a los socialistas revolucionarios a levantar estas y otras propuestas que no solo alcancen los beneficios reivindicativos para la clase como mejores salarios y una mejor jornada de trabajo, sino que peleemos por conquistar mayor poder de decisión, un verdadero poder de decisión en el ámbito laboral, que sea el pie de fuerza para conquistar en una dinámica de lucha frontal contra el capital, la destrucción del capitalismo y la construcción del socialismo sin patronos, sin burócratas y sin corruptos. Negarse a luchar por propuestas como estas es negarse a luchar por el socialismo, es aceptar resignadamente al dominio del gran capital sobre nuestras vidas y a los burgueses y burócratas como los vividores de nuestro trabajo.

Estamos claros que solo una ley elaborada por los propios trabajadores, alcanzada a través de la movilización y lucha y ejercida por la autoridad del poder de la clase trabajadora al frente de la sociedad, podrá ser verdaderamente democrática revolucionaria y socialista, cualquiera otra es caricatura de socialismo. Saludamos la apertura de la discusión que se ha venido dando sobre el tema, pero hay que redoblar esfuerzos pues la burguesía y sus acólitos también lo vienen haciendo, pero con el único fin de desviar y frenar cualquier asomo de una Ley del Trabajo realmente revolucionaria. Ellos quieren que la nueva Ley del trabajo no sea más que otra Ley que permita la explotación de la mano de obra asalariada por parte del capital y la violación de los derechos que dicen que tenemos la clase obrera y que el poder de decisión quede en manos de cualquiera, menos que en la de los propios trabajadores.
 
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