El mejor chiste del año. En Cúcuta no hay mafias. Cristo y santo

            Estaba convencido que de los mejores chistes del año eran, el orden no expresa una definición, los seis meses dados por Ramos Allup, más que para salir de la presidencia, entrar él de mandamás a Miraflores, el nuevo encendido de los motores de Maduro, la eficacia de los Clap, los barriles de petróleo de Delsa Solórzano, el cantar fraude de la señora Clinton y paremos de contar. Pero cuando el año entra en su última quincena, de la vecina Colombia, la de nuestros amores fraternales y tantos dolores, nos llega uno que pareciera dejar a los nombrados, y los no por razones de espacio, en el rincón de los olvidos.

          Un ministro del vecino país, creo que es algo así como de los asuntos interiores, no la canciller, la bella señora Holguín, produjo unas declaraciones en respuesta a otras dadas por el presidente Maduro que, al rompe nos causaron sorpresa, pero puestas las cosas en su sitio, unas enormes carcajadas. No sé si el señor ministro es dado a la ironía o tan patriota que tiene una visión idílica de lo que allá sucede. Hasta ahorita, estaba convencido que en eso de ver las cosas a su manera, solo puras cosas bellas e idílicas, nadie como el presidente Maduro. Pero de Colombia, y justamente para ripostarlo, le salió un fuerte contrincante.

            Lo más curioso es que el funcionario colombiano, con la cabeza puesta no el limbo, porque recordemos que a ese espacio lo eliminó un Papa antes de Francisco, sino en un “Mundo Feliz”, para recordar, porque cada vez me lo recuerdan, a Aldox Huley, tiene apellido Cristo. Jesús, el “Mesías”, a quien también se le llama Cristo, supone uno vive en el cielo o mejor es éste su lugar oficial de residencia, porque en verdad anda en todas partes, tiene una visión del mundo tal como es, pero lucha y procura que el hombre lo haga de acuerdo a sus deseos y como su espacio preferido. Cristo no miente ni acepta con él a los mentirosos y menos demagogos o agentes de la maldad.

               Este Cristo colombiano, para más señas ministro, ha dicho que en la ciudad de Cúcuta no hay mafias. Quien escucha eso, los colombianos mismos, incluyendo a Álvaro Uribe Vélez y sus amigos, hasta en un momento de calentera por tener entre manos un enorme arrume de billetes de cien y no hallarle salida sólo por ahora, no tiene otra opción que reventar de la risa. Por supuesto, aparte de las ya nombradas, las mafias de todo tipo, las de las drogas y la gasolina, por sólo nombrar dos, deben estar riendo a mandíbula batiente.

            Hasta Santos, quien lleva el apellido y no lo es,  antes que Cristo y otras figuras importantes de Colombia, menos ligados a los santos evangelios, han admitido lo de las mafias fronterizas porque eso es tan cierto como que allí hay aire y la gente lo respira. El tratado de Paz recientemente firmado en Colombia las reconoce. La DEA sobremanera lo sabe y unos cuantos ciudadano de aquel país, aparecen en sus listas, pese no ser sospechosos de enemigos de gobierno gringo alguno y por supuesto ñángaras. No es como de quienes aquí mencionan que están “los que son” y los que no son también, porque se volvieron incómodos a los fines de la vida americana.  El presidente Maduro que, en verdad no suele ser muy discreto que digamos, largó lo de las mafias, cosa que no es primera vez que lo hace, porque seguro está como lo estamos todos, colombianos y venezolanos,  no sólo que esas mafias existen, sino que son numerosas y no hacen nada por disimular. Es más, el gobierno de aquel lado las ampara. Basta con ver en las vías de Cúcuta, a los ojos de todos, centenares de vendedores de gasolina venezolana, llevada allá de contrabando, tributarios del fisco.

            Las mafias de los billetes no sólo operan, sino que para nada disimulan. Llegan al cinismo que grabar videos y distribuirlos por las redes y quienes eso hacen, también exhiben sus rostros a sabiendas que gozan de absoluta impunidad. Los defensores, hasta en Venezuela, de la conducta de las casas de cambio en Cúcuta, con lo cual revelan su desprecio por el interés común venezolano, sólo por deshacerse de Maduro, alegan que la resolución oficial colombiana que ampara sus crueles y mafiosas actividades, se fundamentan en la libertad económica. Según ellos, la paridad bolívar-peso se establece en la libertad del mercado, entre la concurrencia de vendedores y compradores, siendo la moneda una mercancía más. Es el mismo cuento chino o cristiano, ahora que estamos en navidad, según el cual el mercado opera con absoluta libertad. En este caso, los cambistas no se ponen de acuerdo y fijan la tasa, sino que surge libre del mecanismo operativo. Siendo así, no habría mafias, sino señores pulcros, llenos de buena fe.

            Esto último todo pudo pensarlo Cristo, el ministro colombiano. Por lo que se sintió muy ofendido por los suyos, los cambistas de Cúcuta, por sólo nombrar una parte de la mafia. Por lo que se sintió en el deber y por la dignidad misma, decirle a Maduro que en Cúcuta no hay mafias sino pura gente llena de buenas intenciones. Digo esto porque el presidente de Venezuela, quien se destaca por ser poco sutil, no ha dicho que Cúcuta está llena de mafiosos por los cuatro costados. Que habiéndolo dicho, justificaría el reclamo de Cristo, el ministro colombiano. Demás está decir que de este lado, desde las alturas del gobierno hasta las “catacumbas”, palabra que me suena odiosa pero está de moda, donde vivimos los venezolanos de a pie, sabemos bien que mafias hay allá y aquí. Pero también que la mayoría de allá, como la de acá, es ajena de esos grupos podridos. Es decir, el pueblo colombiano en su mayoría nada tiene que ver con las mafias.

            Pero Cristo, no el Mesías, sino el funcionario colombiano, no teniendo nada inteligente que decir nos soltó el chiste del año, que allá en la frontera no existen mafias. Con lo que quiere decir de paso, que Cristo siguiendo una orden de Santos, las vainas están invertidas, nos lanzó un contundente mensaje ¡Ojala, lo que este Cristo dijo, tuviese algo de verdad, allá y aquí!



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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